En la reunión en Cañada de Gómez se conversó sobre diferentes puntos: acciones que mantienen el nivel de enfermedad por debajo del umbral de daño económico, impacto en el control de distintas enfermedades, intercambio de experiencias entre los asistentes, de cara a una campaña que se perfila como de alta incidencia de esta problemática, en el principal cultivo de la región.
Profesionales y consejeros se reunieron en la Agencia de Extensión Rural del INTA Cañada de Gómez para participar de un “Seminario sobre Enfermedades del Cultivo de Soja”. En el inicio de la capacitación, la Ing. Agr. Silvia Distefano de INTA Marcos Juárez definió como manejo a las acciones que mantienen el nivel de enfermedad por debajo del umbral de daño económico. Y agregó, “Estas acciones pueden ser dirigidas hacia una sola enfermedad o a todas las enfermedades que amenazan al cultivo y pueden o no ajustarse a un sistema supervisado o aún a un sistema integrado de control”.
Según la especialista, los métodos de control varían de una enfermedad a otra dependiendo del tipo de patógeno, del hospedante, y de la interacción entre ambos. La mayoría de ellos se utiliza para proteger a las plantas antes de que se enfermen y a grandes rasgos se pueden distinguir: prácticas culturales, resistencia genética, control químico y biológico. Estos métodos incluyen a la rotación de cultivos, eliminación de hospedantes alternativos, tratamientos de suelo o semillas, fecha de siembra, sistema de labranza y protección química, entre otros.
Distefano destacó que el control mediante la Rotación de Cultivos es eficaz y en algunos casos completo, cuando se trata de patógenos que son invasores del suelo, es decir que sólo sobreviven sobre las plantas vivas ó sus rastrojos. Por el contrario, si el patógeno es un habitante del suelo, la rotación de cultivos no constituye una práctica eficaz. En cuanto al Control Biológico, expresó que existen microorganismos benéficos que pueden controlar a los microorganismos patógenos para las plantas. Entre los principales microorganismos benéficos usados en control biológico se encuentran: Pseudomonas, Bacillus subtilis, Trichoderma, Serratia, Clonostachys y algunas especies de Actinobacterias.
La experta consideró que los métodos más comunes que se utilizan incluyen el Control Químico – tratamiento de semillas y aplicación en el follaje – y algunos métodos de Control Biológico. “Los curasemillas sirven como medida preventiva para evitar la introducción y diseminación de organismos en áreas aún no infectadas” dijo Distefano. Y añadió, “son necesarios cuando la semilla permanece más tiempo en el suelo, expuesta a microorganismos que causan el deterioro o la muerte de las plántulas, debido a la mala calidad de semillas por problemas de infección o contaminación con patógenos, baja disponibilidad hídrica o siembras que se realizan bajo condiciones adversas de baja temperatura y/o alta humedad”.
A continuación, la especialista explicó que los fungicidas aplicados al follaje se usan en general para aumentar el rendimiento y mejorar la calidad de la semilla, a través del control o reducción de la incidencia de algunas enfermedades como antracnosis, tizón del tallo y vaina, mancha marrón, mancha púrpura de la semilla, mancha ojo de rana y otras. Condiciones ambientales propicias para el desarrollo de patógenos durante los primeros estadios reproductivos, desde inicios de floración a inicios de formación de semillas – temperaturas superiores a 25 ºC y alta humedad ambiental – son causantes de mermas en los rendimientos y pérdidas de calidad de semilla. Consecuentemente la aplicación de fungicidas foliares que protejan el cultivo durante estos estadios permitirá mejorar la calidad y cantidad del producto obtenido.
Para finalizar, Distefano mostró ensayos de evaluación de diferentes principios activos y su impacto en el control de distintas enfermedades. Hubo muchas consultas e intercambio de experiencias entre los asistentes, de cara a una campaña que se perfila como de alta incidencia de esta problemática, en el principal cultivo de la región. El resultado obtenido, una instancia de actualización muy productiva.
Fuente: INTA