A pesar de una sequía histórica y las lluvias en cosecha que redujeron la producción total de granos 2017/18 en un 22 %, el sector agroexportador siguió liquidando divisas en el MULC en los primeros 7 meses del año. El acumulado ene-jul de este año es un 5 % mayor a lo liquidado a igual período de 2017.
El campo argentino y el sector agroindustrial nacional, a pesar de la fuerte sequía histórica y las lluvias en época de labores de cosecha que redujeron la producción de granos gruesos de manera aguda, vienen realizando un importante aporte al ingreso de divisas de la República Argentina a través de sus exportaciones de granos, aceites y subproductos.
Los datos provistos por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) para el cierre del mes de julio de 2018 muestran que se liquidaron un total de 14.253 millones de dólares en este año, aproximadamente un 5% más que en igual período del año anterior. El registro del año 2017 para igual período había ascendido a 13.608 millones de dólares.
Si a este valor acumulado se lo compara con los últimos seis años, el año 2018 estaría ocupando un cuarto lugar en el ranking sobrepasando a lo liquidado en los períodos ene-jul de los años 2015 y 2017. Comparándolo con otros años con fuertes sequías, el valor acumulado apenas se encuentra por debajo de las US$14.575 M de divisas liquidadas en el año 2012 y por encima de los US$10.971 M liquidados en 2009.
Tal como lo informa CIARA – CEC, la liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos a los productores agropecuarios, los cuales serán exportados posteriormente ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites vegetales y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate.
Si se corre una regresión utilizando los datos de compras totales (con precio en firme) semanales relevadas por el Ministerio de Agroindustria, se advierte que sigue una oscilación muy parecida al momento en que se liquidan las divisas.
Sobre esto es lo que se hizo hincapié esta campaña. A pesar de que se obtuvo una menor cosecha gruesa, las ventas por parte de los agricultores mantuvieron un ritmo igual o mayor que el año precedente, por lo que en la primer parte del año las liquidaciones de los exportadores se mantuvieron por encima que el año pasado. Hasta inicios de junio, las compras a precio firme por parte de la industria y del sector exportador de granos superaban, en términos absolutos, los volúmenes del año pasado. Baste observar el gráfico adjunto, en el que se plasma la evolución de las compras conjuntas de maíz y soja. Mirado en términos relativos, el ritmo de las operaciones cerradas con precio que se llevan hechas en esta campaña supera tanto al del año pasado como al del promedio de las cinco anteriores campañas
Fuente: Patricia Bergero-Julio Calzada-Federico Di Yenno