Se describe un brote de pediculosis por Haematopinus quadripertusus, Anoplura: Haematopinidae (piojo de la cola del bovino), en un establecimiento ganadero dedicado a la cría bovina situado en la región chaqueña de la Provincia de Salta, Argentina. El cuadro clínico ocurrió en solo uno de los cuatro rodeos de hembras y también en la tropa de toros, con severa infestación de la punta de la cola y la región perineal, principalmente alrededor de la vulva y el ano, al igual que en los bordes palpebrales superior e inferior. La región de la base de la cola y la zona perineal de los vacunos afectados mostraron dermatitis pruriginosa severa a moderada, con alopecia leve. La prevalencia de la pediculosis se estimó en 70% para las hembras y 35% para los toros. El rodeo infestado por H. quadripertusus presentó una tasa de preñez más baja que los rodeos restantes. Esta publicación constituye el primer informe de H. quadripertusus en nuestro país, completando la lista de haematopínidos con potencial parasitario para los bovinos de Argentina.
INTRODUCCIÓN
Los procesos de expansión e intensificación de la
ganadería bovina en los diferentes ecosistemas del noroeste
argentino, plantean la necesidad de reconocer y
controlar los problemas sanitarios que impactan sobre
dicho ganado. Entre ellos se ubican los ectoparásitos
que, como en el caso de los piojos, inciden negativamente
en la producción bovina 6, 11 .
Las primeras citas sobre presencia de piojos en vacunos
de nuestro país datan de hace poco más de un siglo
6 . Más tarde, los estudios de Lahille y Roveda aportaron
abundante información sobre esta parasitosis en
el ganado local, pero esos trabajos se discontinuaron,
salvo contadas excepciones. Tres especies de piojos picadores
son reconocidas hasta hoy como parásitos de
los bovinos en Argentina: Haematopinus eurysternus,
Linognathus vituliy y Solenopotes capillatus, a los que
se suma una cuarta especie masticadora: Bovicola bovis
1, 5 .
La familia Haematopinidae incluye a los piojos de
mayor tamaño de los animales domésticos. Comprende
un solo género, Haematopinus, cuyas especies son todas
de importancia por su acción expoliativa e irritante.
Los bovinos son parasitados por tres especies del género:
H. eurysternus, H. quadripertusus y H. tuberculatus,
aunque este último es más conocido como parásito
de los búfalos 4 .
Se reconoce que una elevada parasitosis por Haematopinus
sp puede ser causa de anemia, predisponiendo
a enfermedades respiratorias, aborto o muerte 12 ,
además de intenso prurito, generando lesiones traumáticas
auto-infligidas y pérdidas productivas.
En este trabajo se describe por primera vez en Argentina,
la ocurrencia clínica de un brote de H. quadripertusus
en un rodeo bovino de la región chaqueña de
la Provincia de Salta.
MATERIAL Y MÉTODOS
El brote se presentó en un establecimiento de 5.500
ha de extensión, dedicado a la ganadería de cría bovina,
ubicado al extremo este del Departamento Anta
(24º53’21.69”S-63º13’10.91”O) de la provincia de Salta,
dentro la región fitogeográfica chaqueña, área con una
pluviometría anual de 750 mm. El rodeo se componía
por 2.070 vientres cruza índica con predominio de razas
Braford y Brangus negro y colorado, separados en
cuatro grupos con servicio por monta natural.
Durante sendos exámenes para diagnóstico de gestación,
en mayo y junio de 2014, se detectó una parasitación
por piojos ubicados casi exclusivamente en las
zonas caudal y perineal de las hembras bovinas de uno
de los rodeos. En la segunda ocasión (junio) este rodeo
se inspeccionó clínicamente, recolectándose ejemplares
de piojos que ingresaron al laboratorio donde, después
de ser aclarados con lactofenol, fueron examinados
microscópicamente.
La determinación taxonómica se realizó siguiendo
el trabajo de comparación de especies de Haematopinus
en bovinos de Meleney y Kim 3 . Con posterioridad,
durante el examen clínico anual de los toros, también
se observó en ellos la infestación por piojos. El rodeo
problema fue tratado con un endectocida inyectable de
larga acción (Ivomec Gold 3.15 Merial) en dosis única
de 1 cm3
/50 kg de peso.
En los rodeos restantes solo se realizó vigilancia
epidemiológica, examinándolos periódicamente para
establecer la presencia del ectoparásito. Esta práctica
se extendió al ciclo productivo posterior (año 2015).
RESULTADOS
Clínicamente los animales afectados presentaron
dermatitis pruriginosa moderada a severa, con alopecia
moderada en forma difusa en la región de la base
de la cola y perineal, tanto en las hembras como en los
machos (Figura 1).
Las hembras mostraban una infestación por piojos
de grado leve, moderado o severo alrededor de la vulva
(Figura 2), mientras que en los machos los parásitos se
establecían alrededor del ano, zona de piel más delgada,
propicia para la fijación de los estadios ninfales de los
piojos.
La cara inferior de la cola, desde el extremo distal
hasta su inserción dorsal, se reveló como zona de tránsito
de los parásitos, mientras que la presencia de huevos
o liendres era más abundante en el extremo caudal
(Figura 3), detectándose también en ciertos casos en los
pelos de la comisura labial de la vulva.
Algunos animales mostraban completa depilación
de la punta de la cola, posiblemente debido a traumatismo
autoinfligido como consecuencia del prurito. Se observó
además una infestación moderada en los bordes palpebrales de los toros, pero sin evidencias de efectos
clínicos de consideración (Figura 4).
El examen de los piojos adultos permitió establecer
que se trataba de ejemplares de Haematopinus quadripertusus
Fahrenhölz 1916 (Figuras 5 y 6), conocidos
vulgarmente como piojo de la cola de los bovinos, región
anatómica en la cual prevalecían al momento de
ser colectados
Curiosamente los piojos parasitaron a uno solo de
los cuatro rodeos con que contaba el establecimiento
ganadero. La prevalencia de la pediculosis fue de alrededor
de un 70% en el rodeo de hembras afectadas,
mientras que en los toros fue cercano al 35 %, incidiendo
más en los bovinos de capa clara (marrón) que en los
de capa oscura (negra).
Al momento del examen clínico y reproductivo
anual de los toros, éstos ya integraban un único rodeo
después de haber sido asignados por grupos al servicio
en los distintos lotes de vacas, sin que pudiera establecerse
cuales habían trabajado en el rodeo infestado. Por
otra parte, en 2014, el porcentaje general de preñez para
la totalidad de vientres del establecimiento fue de 86%.
Pero mientras los tres rodeos no afectados por H. quadripertusus
lograron en conjunto un 89,5% de preñez,
el rodeo con pediculosis, compuesto principalmente
por vaquillonas y algunas vacas CUT (279 vientres),
alcanzó apenas un 66% de preñez.
El tratamiento antiparasitario aplicado fue efectivo
para el control de H. quadripertusus, el cual no volvió
a aparecer durante el siguiente ciclo productivo. En
ninguna oportunidad se observaron otras especies de
piojos en los bovinos del establecimiento.
DISCUSIÓN
En Argentina hay escasos registros sobre la situación
de la pediculosis de los bovinos. Una de las últimas
publicaciones relevantes sobre el particular fue la
actualización de Prieto y colaboradores (1991) 6 . Un
estudio posterior mediante encuestas a productores ganaderos
del este de la provincia de La Pampa reveló que
el 43% habían tenido piojos en sus vacunos, sobre todo
en invierno, y más de la mitad de ellos aplicaban al menos
dos tratamientos anuales para controlar o prevenir
la parasitosis 11 .
En cuanto a H. quadripertusus, su presencia fue
considerada como “muy probable” en Argentina hacia
fines del siglo pasado 1 , pero no había sido confirmada
hasta ahora. Según Roberts, los estudios de Fahrenhölz
(1916) describieron a H. quadripertusus a partir
de ejemplares colectados en Camerún, África 7
. El
nombre de esta especie fue más tarde relegado a una
sinonimia de H. eurysternus, pero en 1947 se revalidó
en base al estudio de especímenes recogidos de la cola
de bovinos de Florida, USA.
Finalmente, en 1974 Meleney y Kim revisaron
las especies de Haematopinus de los vacunos, redescribiendo
a H. quadripertusus en base de sus rasgos
morfológicos, distribución geográfica y biotipos de
hospedadores y sitios (microhábitats) predilectos para
su fijación 3
.
En efecto, las dos especies de Haematopinus más
asociadas con los bovinos muestran diferencias en
todos los aspectos mencionados 3 . Mientras H. eurysternus
es más frecuente en ambientes templados, H.
quadripertusus se halla habitualmente en ambientes
tropicales y subtropicales.
De hecho, y aparte los sitios ya citados, fue diagnosticado
en México, Costa Rica, Panamá, Libia, Israel, India,
Australia y Pakistán 8, 10, 13, país este último en el que
también se encontró sobre búfalos 8 . En Sudamérica, H.
quadripertusus fue informado en Venezuela 3
y Brasil,
aunque en este último hasta ahora se halló solamente en
tres Estados: Minas Gerais, Sergipe y Pará 10 .
Respecto a los biotipos bovinos preferidos, H. eurysternus
parasita sobre todo a Bos taurus domésticos,
en tanto H. quadripertusus infesta con mayor frecuencia
a Bos indicus y sus cruzas, aunque también se encontró
en ganado de origen europeo 4, 6 .
Los adultos de H. quadripertusus se confinan generalmente
en la porción distal y más pilosa de la cola, o
alrededor de los ojos y orejas. Los huevos son depositados
casi exclusivamente en el extremo caudal -y tras
su eclosión- las ninfas migran a las regiones periféricas
del ano, vulva y ojos, donde la piel más delgada facilita
la hematofagia.
Por último, los principales rasgos morfológicos
para el diagnóstico de H. quadripertusus se centran en
la forma de la placa esternal, tanto en hembras como en
machos, así como la forma y quetotaxia de la genitalia
de hembras y machos y de la placa subgenital de los
machos 3 .
La prevalencia parasitaria del caso actual fue intermedia
respecto a otros registros americanos en rodeos
más pequeños (<100 cabezas), los cuales oscilaron entre
21,3% en México 8
y 100% en Brasil 10 . Coincidiendo
con la mayoría de informes previos 8, 10, 13 ,H. quadripertusus
se presentó en nuestro caso como infestación
pura, si bien existen informes de su ocurrencia concomitante
con otras especies de piojos, como L. vituli 2 .
El mayor tamaño de H. quadripertusus (hembras =
4,5 mm) califica a esta especie como más nociva que H.
eurysternus (hembras = 3,5 mm). Por otro lado, H. quadripertusus
no muestra variación estacional marcada en
su acción parasitaria, a diferencia de otras especies de
piojos bovinos, más activas durante el invierno 11,13 .
En algunos países, como Israel, las pediculosis por
H. quadripertusus son más relevantes que las causadas
por H. eurysternus y capaces de generar patologías asociadas,
como queratoconjuntivis y papilomatosis periorbital
13 . Por otra parte, no se descarta que la infestación
por piojos hematófagos contribuya a la transmisión de
hemoparásitos, como Anaplasma marginale 9, 14 .
Si bien es común que las pediculosis se asocien con
ganado joven estresado y desnutrido, ocurren excepciones
a esta regla, como las reportadas en México 8
y
Brasil 10 , donde resultaron parasitados bovinos adultos
con buena condición corporal, al igual que los del caso
aquí descrito.
El presente hallazgo de H. quadripertusus completa
la lista de haematopínidos con potencial parasitario
para los bovinos de Argentina, sobre todo en los biotipos
índicos de áreas tropicales y subtropicales, susceptibles
tanto a esta especie como a H. tuberculatus. Si
bien este último todavía no fue informado en vacunos
de nuestro país, su presencia en búfalos locales 4
hace
presumir la posibilidad de hallarlos también en bovinos,
particularmente en aquéllos que comparten zonas
de pastoreo con búfalos 3 .
Fuente: INTA por Daniel Aguirre, Raúl Marín, María Mercedes Cafrune Wierna, Alberto Viñabal