El documento que el FMI envió al Gobierno sugiere que se frene la baja gradual de las retenciones a la soja y que permanezcan en el 25,5%. Esto implica estabilizar las retenciones un 1% por debajo del nivel actual, del 26,5%.
El dato es que el mismo FMI reconoce que mantener las retenciones equivale al 0,1% del PBI. Nos preguntamos si tiene lógica sacrificar la competitividad de nuestro país en haras de un impacto tan poco significativo en el PBI. ¿Sabe el FMI que los productores argentinos perdieron 25 millones de toneladas de soja, que a un valor FOB de US$360 por tonelada equivalen a US$9000 millones?
Y también perdieron ocho millones de toneladas de maíz, que a un precio FOB de US$160 equivale a US$1280 millones. Entre la soja y el maíz los productores perdieron US$10.280 millones. Los transportistas vieron reducida su demanda en 1,1 millones de viajes, a un promedio de US$50 por tonelada implica un lucro cesante de US$55 millones. Y a ello hay que agregar la menor actividad en el interior; la menor demanda de combustibles; cubiertas; hoteles, y demás servicios. ¿Un sector que ha sufrido la peor sequía en 70 años y posteriores inundaciones durante la época de la cosecha merece ser castigado manteniendo las retenciones a la exportación o, por el contrario, debe ser considerado un sector estratégico para el país?
Y finalmente, ¿sabe el FMI las promesas pre y poscampaña que hizo el presidente Macri? En esencia, la respuesta del Presidente en su conferencia de prensa del pasado miércoles, con relación a la importancia de las retenciones para favorecer las exportaciones, fue un mensaje directo al FMI y a todo su equipo económico. El Gobierno podrá hacer algunas concesiones al FMI, lo que no puede hacer es poner en riesgo la frágil competitividad argentina. La competitividad no se toca, de otra forma, ¿cómo puede el Gobierno garantizar el crecimiento económico?
Las pérdidas por sequía e inundaciones han servido para mostrar la baja sufrida en el PBI como consecuencia de la menor cosecha. En el mismo sentido, de no tener problemas climáticos durante los próximos meses, la cosecha 2019 podrá llegar al récord de 143 millones de toneladas y el ingreso de divisas, a valores futuros año próximo, podrá superar los US$30.000 millones, con un aumento de US$9000 millones respecto del ingreso proyectado para 2018. Esto se pudo lograr con retenciones cero para todos los cultivos y con la reducción prometida a las retenciones de la soja.
Fuente: La Nación | Por: Pablo Andreani | El autor es director de AgriPac Consultores