Los periódicos desbordes de los principales ríos que surcan la Cuenca Salí-Dulce ponen de manifiesto el estado de deterioro y/o la ausencia de los bosques, con una notable reducción de los servicios ecosistémicos que deben suministrar. Las inundaciones se presentan anualmente en la época estival y los daños sociales y económicos que provocan son cada vez más severos.
El paisaje de esta cuenca ha sido totalmente transformado por la habilitación desregulada de tierras para la agricultura mediante el desmonte, resultando en un mosaico de situaciones con suelos salino-sódicos que, actualmente, están abandonados luego de un cultivo de granos de sólo 2 o 3 años. De esta manera, se ve reducido drásticamente el efecto protector que proporciona el bosque al regular las variaciones hídricas y la escorrentía superficial.
Frente a este escenario, y ante la convocatoria del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS) a través de fondos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el INTA Famaillá presentó un proyecto articulado con otros actores del territorio para transferir alternativas viables que contribuyan a la restauración de las principales situaciones de disturbio de la Cuenca Salí-Dulce.
El proyecto se basa en una intervención articulada entre la Escuela Agrotécnica Alberdi, las ONGs FUNDEFMA y PROYUNGAS y el INTA (a través de la Fundación ArgenINTA), con diferentes roles, actividades y responsables. Operativamente, las actividades se desarrollarán en el vivero forestal de la Delegación de Extensión Rural La Cocha del INTA y en módulos demostrativos del campo experimental de la escuela agrotecnica.
La propuesta es recuperar, en cierta medida, los servicios ecosistémicos del bosque creando corredores de biodiversidad a partir de la implementación de un “modelo de restauración de islas o núcleos en un escenario futuro optimista”. Esto permite mostrar diferentes alternativas a los pobladores rurales, estudiantes y público en general, inculcando conciencia sobre la necesidad de conservar y hacer uso de los recursos naturales de manera sustentable.
“Se consensuó trabajar articuladamente dado que cada Institución se concentrará en un aspecto de la restauración, logrando un impacto aún mayor. Al trabajar en conjunto se potenciará el resultado final, cuyo objetivo es que los planes de restauración se generalicen en la Cuenca por parte de las comunidades rurales y gobiernos locales, a partir de las experiencias propuestas en los proyectos aprobados”, explicó el Dr. Luis Fornes, responsable del proyecto por el INTA.
El aporte de la Institución se basa en la propagación y provisión de las principales especies arbóreas y el rescate de especies/poblaciones nativas involucradas en el proceso sucesional, promoviendo la propuesta a través de acciones de capacitación, transferencia y difusión. Su ejecución está organizada en 3 módulos de intervención para alcanzar los objetivos específicos en los plazos establecidos:
1.- Viverización de especies nativas para abastecer a los proyectos de restauración para la Cuenca Sali-Dulce.
2.- Rescate de material de propagación y conservación de Salix humboldtiana (sauce criollo) y Enterolobium contortisiliquum (pacará).
3.- Capacitaciones, transferencia y difusión de manera interinstitucional.
“En la última instancia, se unirán los recursos de todos los actores participantes para potenciar las estrategias de difusión y las capacitaciones planificadas para personal de campo, profesionales y beneficiarios en general. Un punto central será la formación de los estudiantes, en especial de los futuros Peritos Agrónomos de la Escuela Agrotécnica Alberdi, dado que podrán participar de los trabajos como prácticas profesionalizantes dentro del campo experimental de la escuela”, concluyó el especialista.
Fuente: EEA Famailla