Cebada, trigo y avena para silaje en Paraná

Confeccionar reservas con cultivos de invierno puede ser una estrategia para eficientizar el sistema mixto, produciendo en una época en la que usualmente la ocupación de los lotes agrícolas es escasa.

Los cultivares de cebada granífera y silera utilizados se destacan por su producción de materia seca y por su alta partición a espigas.

El elevado contenido de humedad de la biomasa en avena determina que pueda ser necesario un oreo previo para obtener ensilaje de alta calidad, mientras que en cebada y trigo el ensilado puede ser directo.

 

¿Porque pensar en cereales de invierno para ensilaje?

Las reservas forrajeras como silaje tradicionalmente se confeccionan en Argentina en base a cereales de verano como maíz y sorgo. Sin embargo, los cereales de invierno como cebada, trigo y avena son cultivos potencialmente ensilables y presentan algunas características favorables para su adopción en los sistemas mixtos. Entre ellas se pueden enunciar las siguientes: permiten producir reservas de calidad en invierno, época en la que usualmente la ocupación de los lotes es escasa; pueden ser incluidos sin mayores inconvenientes en sistemas con rotación agrícola o mixta, ya que liberan el lote temprano permitiendo luego la siembra de soja, sorgo o maíz tardío; el ensilado se realiza en un momento del año en el cual la demanda o competencia por equipos de ensilado es baja; proporcionan cobertura vegetal viva lo que aporta beneficios extras como supresión de malezas, protección del suelo contra la erosión, fomento de la actividad microbiológica edáfica, entre otras.

¿En qué estado del cultivo ensilar?

El estado fenológico al momento de corte define en gran medida la relación entre cantidad y calidad de la biomasa a ensilar. El momento de mayor conveniencia para estos cereales es entre “grano lechoso” y “grano pastoso”. En el primero se prioriza la calidad (digestibilidad y contenido proteico) y en el segundo la cantidad (kg de materia seca por hectárea). Si se pretende realizar corte y ensilado directo, sin oreo previo, es necesario que la biomasa presente un contenido de agua no superior a 65%, esta condición se logra en el estado de grano pastoso.

¿Qué se evaluó?

Con el fin de generar información comparada acerca de la adaptación y productividad de los principales cultivos de invierno se evaluó en la EEA Paraná del INTA la producción de biomasa ensilable y la partición de la misma de cebada, trigo y avena en el momento de grano pastoso. En la Tabla 1 se detalla el manejo del ensayo.

El corte para ensilado se realizó en el estado de grano pastoso, el día 30 de octubre en la cebada INTA 7302 y el trigo MS INTA 415 y el 6 de noviembre en el resto de los cultivares.

 

¿Cómo fueron las condiciones climáticas?

 

La implantación y el establecimiento del cultivo se favorecieron por una lluvia de 19 mm el 7 de julio (4 días después de siembra). Las lluvias fueron adecuadas en cantidad y distribución durante el ciclo de los cultivos (Fig. 2)

La estación de crecimiento se presentó particularmente cálida, con temperaturas medias mensuales superiores a las normales (datos no presentados), lo que significó una aceleración en el cumplimiento de etapas y redundando en un acortamiento del ciclo en días de los cultivares.

¿Qué producciones se obtuvieron?

 

La producción de materia verde (MV) varió entre 18453 kg/ha y 30690 kg/ha, con contenidos de humedad variables entre cultivares. Los máximos rendimientos en MV se lograron con las cebadas INTA 7302 y Silera INTA y avena Juana INTA, sin diferencias significativas entre ellas.

La producción de materia seca (MS) fue en promedio de 10278 kg/ha para cebadas graníferas; 10493 kg/ha en la cebada silera; 7577 kg/ha para los trigos; 7602 kg/ha para cebadas forrajeras y de 6513 kg/ha para las avenas. Los cultivares que lograron los máximos rendimientos de MS en este ensayo fueron las cebadas INTA 7302 y Silera INTA (Tabla 2).

La partición de la MS a espiga fue en promedio de 50,9 % para cebadas graníferas, 48,5 en la cebada silera, 40,9 para los trigos, 40,1 para cebadas forrajeras y de 33,4 para las avenas.

El contenido de MS en el momento de corte fue adecuado para el ensilado en cebada y trigo, varió entre 33,9 % y 39,6 %, mientras que el contenido de MS en el cultivo de avena fue inferior (27,4 % en promedio), lo que podría traducirse en problemas para la fermentación y/o conservación, dependiendo del tipo de silo que se decida confeccionar.

Consideraciones Finales

Todas las especies y cultivares evaluadas en este trabajo presentaron alta producción de biomasa ensilable, considerando que se obtienen de una parte del año en la que los recursos normalmente son sub aprovechados debido a la baja ocupación de los lotes con cultivos.

En las condiciones ambientales en las que se desarrolló esta evaluación, se destacan los cultivos de cebada silera y granífera por su mayor producción de materia seca y por su alta partición a espigas.

El contenido de humedad al momento de grano pastoso en los cultivos de cebada y trigo permite el ensilado directo, mientras que el cultivo de avena podría requerir en algunos casos preoreo, ya que su contenido de humedad en la biomasa es mayor.

Sería necesario avanzar en el estudio de la calidad de la materia seca producida para completar el análisis comparativo entre especies.

 

Fuente: INTA por Walter Daniel Kuttel