Un grupo de nueve productores de alfalfa de esta provincia introdujeron una innovación para la comercialización del forraje: recompactaron los fardos para facilitar su logística, manejo y almacenaje. Por ahora, comercializan el producto en el mercado interno y se preparan para exportar a la región.
Jorge Mansilla, coordinador del grupo Alfasud, que cuenta con la asistencia de la agencia ProCórdoba, explicó a La Nación que, aunque hubo intentos anteriores de agrupar a productores, no se habían logrado consolidar. Hace un año comenzaron 14 de los que se estabilizaron nueve, todos del centro sur de Córdoba (Hernando, Río Cuarto y Dalmacio Vélez).
Entre todos reúnen unas 300 hectáreas propias que producen un promedio de 18 toneladas por hectárea; al año son unas 5000 toneladas (unos 200.000 fardos). El plan estratégico al 2020 con el que trabajan apunta a aumentar el 40% la superficie sembrada y entre 30% y 40% el volumen.
En la Argentina se cultivan alrededor de 3,2 millones de hectáreas de alfalfa, de las que 600.000 corresponden a Córdoba.
“Este año hay una altísima demanda porque las condiciones climáticas complicaron la disponibilidad de forraje; es un cultivo muy rentable”, apuntó Mansilla. El grupo, además de producir para consumo en sus propios campos, comercializa a tambos y frigoríficos.
Mansilla definió a la alfalfa como “el bombón del pasto” porque tiene “mucha proteína que se transforma en litros de leche o kilos de carne; hacemos una de alta calidad que es muy nutritiva y que tiene mercado”.
La decisión de recompactar los fardos -los pasaron de 90 centímetros de largo a 35 centímetros- se fundamenta en buscar una característica diferenciadora. “En términos productivos la calidad es muy buena, pero debíamos agregar una ventaja competitiva. Achicar el tamaño implica menos costos de logística en un sector donde estas cuestiones son mandatarias y dejan fuera de mercado”.
Los fardos pesan igual a los tradicionales (entre 23 y 27 kilogramos) pero en vez de ocupar 1,15 metros cúbicos requieren de 0,05 metros cúbicos.
“No sólo facilita la logística -un productor puede mover el doble en el mismo espacio- sino que se gana eficacia en el manejo y almacenaje”, señaló.
El objetivo a dos años de Alfasud es contar con un “producto de calidad internacional” que pueda tener mercados en el exterior. “Sabemos que hay oportunidades a nivel regional, en Bolivia y el norte de Chile, pero primero nos consolidaremos”, señaló.
Entre el 11 y el 14 de noviembre de noviembre próximo, Córdoba será sede del Segundo Congreso Mundial de Alfalfa, que reunirá a unos 750 expertos. Lo organiza el INTA y cuenta con los auspicios de la US National Alfalfa & Forage Alliance (Nafa), China Grassland Association (CGA) y la Commission Intersyndicale de Deshydrateurs Europeéns (Cide).