Bicho Torito: el INTA recomienda realizar monitoreos

El INTA recomienda llevar a cabo el monitoreo para inspeccionar la presencia de larvas y llevar a cabo manejos culturales o aplicar curasemillas.

Durante el verano de la campaña agrícola 2017/2018 se detectó, al menos en la zona central de Córdoba, una importante actividad de adultos de Diloboderus abderus, conocido comúnmente como bicho torito. Esto es un primer indicio de que podrían existir lotes con larvas de este insecto, las cuales tienen hábitos subterráneos y pueden provocar daños de importancia a cultivos como trigo, maíz, alfalfa, entre otros.

Atención con el trigo

Teniendo en cuenta la proximidad de la siembra de trigo, desde las experimentales en Córdoba del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) se advirtió que resulta sumamente importante registrar su presencia y abundancia en los lotes seleccionados para tal fin, debido a que pueden ser dañados desde la siembra hasta los estados reproductivos ya que su ciclo coincide con el último estadio larval del bicho torito, que es el más voraz.

En resumidas cuentas, esta larva puede llegar a dañar desde las semillas, pasando por las raíces, plántulas y hasta  la planta propiamente dicha.

Muestreo y control

El muestreo previo a la siembra es indispensable porque permite tomar decisiones de manejos culturales y/o aplicaciones químicas objetivas, basadas en el conocimiento de la densidad poblacional de la plaga, y así evitar o disminuir los daños provocados en el cultivo. Al momento del monitoreo, si la cantidad de larvas supera los cinco por metro cuadrado, se deberá hacer una aplicación de un insecticida curasemilla para hacer el control correspondiente.

La importancia de hacer el control previo a la siembra reside en que el combate posterior de este insecto es muy complejo y por lo general fracasa y no logra salvar el cultivo.

Comportamiento

El comportamiento que tiene la larva de este insecto es que vive en galerías, que están comunicadas con el exterior por un orificio que comúnmente está tapado por un montículo de tierra; ese es un primer indicador de la presencia de la larva en el lote, por lo que el productor debe hacer un monitoreo sencillo para detectar la presencia del bicho torito.

Las larvas de este insecto tienen hasta seis centímetros de largo, son de color blanco, cabeza rojiza, lisa y sin pelos, a diferencia de otras especies parecidas en su aspecto que son más pequeñas, tienen pelos  en su cabeza que a su vez es de menor diámetro que el cuerpo y con una tonalidad más anaranjada.

Fuente: La Voz