Siembra de fina tras el fenómeno de “La Niña” – Configuración del Equipo de Siembra

En torno a la situación edáfica e hídrica resultante en el núcleo productivo del país, tras el fenómeno climatológico de “La Niña” será fundamental, para esta campaña de fina, tomar los recaudos necesarios para aprovechar al máximo, la justa o poca agua que el suelo logró contener en su perfil. Una de las estrategias más efectivas para evitar perder este recurso primordial para la implantación de los cultivos, radica en configurar y calibrar de manera óptima el equipo de siembra. En estas condiciones, el concepto de trabajo ideal cuenta con principios algo diferentes a las situaciones normales, por lo que, en este artículo se pretende dar pautas de configuración y regulación para encarar la siembra de fina con la mayor eficiencia posible.

Lo primero que se deberá tener en cuenta, será el cultivar que se pretende sembrar. Se requerirá consultar al semillero sobre las variedades o híbridos con mayor Fuerza de Emergencia (diferente a Energía Germinativa y Poder Germinativo). Este dato será fundamental, ya que permitirá realizar la siembra a una mayor profundidad que la normal, en búsqueda de la humedad necesaria para la pronta germinación de las simientes, pero con emergencia asegurada. Cultivares de alta fuerza de emergencia, por ejemplo de trigo, permiten realizar siembras de hasta 5 cm de profundidad (dependiendo de la textura del suelo), con un excelente stand de plantas logradas. Esto, sin dudas, deberá ir acompañado de una muy buena remoción del suelo, por encima de las semillas, mediante la correcta configuración y regulación del equipo de siembra.

En la sembradora, habrá que abocarse fundamentalmente al tren de siembra. En él, la cuchilla rastrojera o de microlabranza, será el órgano al que mayor atención habrá que ponerle. Su principio de funcionamiento se tendrá que basar en remover el suelo por encima de la profundidad de siembra y no tocar, en lo más mínimo, por debajo de ella. El punto clave para lograr este objetivo va a estar en la regulación, la cual implica abocar los mayores esfuerzos en lograr posicionar a la cuchilla a la misma profundidad o levemente por encima de la profundidad de siembra (Gráfico 1).

Una práctica frecuente, es colocar a las cuchillas en profundidad “hasta las mazas”, con el fin de romper posibles condiciones de compactación en el suelo. Pero esta práctica, es contraproducente para la normal germinación de las semillas, más aún en años de escasas lluvias. Al roturar el suelo por debajo de la profundidad de siembra se genera un problema extremadamente grave para años de clima “niña” ya que implica que se corte la capilaridad normal del suelo (Gráfico 2), mediante la cual, el agua del perfil asciende y hace contacto con las semillas.

Por el contrario, si se ubica a la cuchilla al mismo nivel que la profundidad de siembra, el agua ascenderá hasta hacer contacto con las semillas permitiendo que se embeban rápidamente y se inicie el proceso de germinación (Gráfico 3). Otro gran beneficio de roturar por encima o al mismo nivel de las semillas es que, el agua que está ascendiendo, por el perfil del suelo, chocará contra esta zona roturada por la cuchilla, se cortará la capilaridad y, en consecuencia, se reducirá notablemente el nivel de evaporación del agua hacia la atmósfera, quedando hasta un 60% más de agua disponible alrededor de las semillas.

Por otro lado, en estas condiciones donde el suelo presenta una capa superficial de mayor dureza o firmeza, se deberá tener muy en cuenta la elección de la cuchilla. La cual, es recomendable que sea del mayor diámetro posible para que ruede con menos esfuerzos (menor desgaste y menor consumo de combustible) y con un bajo número de ondulaciones (19 – 23) para que realice una muy buena remoción del suelo, siempre por encima de la línea de siembra. Lograr una buena remoción del suelo, también será muy provechoso para los discos abresurcos (plantadores) ya que la conformación del surco será de mejor calidad, más estable, con menos esfuerzos y con menor desgaste de sus componentes (Gráfico 4). A la acción de lassimientes también le brindará grandes beneficios, ya que el abrir y consolidar el surco de manera más fácil (por actuar sobre suelo removido) impedirá que los discos se levanten o varíen la profundidad de siembra, sin correrel riesgo de dejar a la semilla en lo seco o directamente afuera del surco.

Respecto de los discos abresurcos, será de suma importancia que se encuentren en perfecto estado de mantenimiento (Gráfico 5), constatando que ambos discos se encuentren en íntimo contacto en la zona del ángulo de corte del suelo (punto de encuentro de los discos). Si no fuese así, el suelo superficial seco, buscará a meterse entre los discos y generará, en el fondo del surco, un tapiz de tierra seca y suelta que se antepondrá a la caída de la semilla posicionando a la misma en una condición seca y con la capilaridad del agua cortada por efecto de la tierra suelta.

Por otro lado, discos con luz de encuentro excesiva, generarán un fondo del surco con forma de “W” en vez de la “V” requerida. Una semilla bien contactada en el fondo de un surco con forma de “V” permite que el 70% de su superficie quede expuesta para ser embebida con el agua del suelo que asciende en el perfil por capilaridad. Si en cambio, el surco tiene forma de “W”, no existe manera posible de lograr una buena contactación de la semilla con el suelo, quedando solo una disponibilidad del 15% de su superficie para ser embebida con el agua en ascenso, desperdiciando el recurso y retardando su germinación y emergencia.

Se deberá controlar muy bien la carga de los cuerpos de siembra, mediante sus resortes, pulmones o pistones, para que las ruedas limitadoras vayan bien afirmadas al suelo impidiendo que la profundidad se varíe involuntariamente y me deje a las semillas en condiciones no adecuadas. Al presentarse, en la mayoría de los casos del fenómeno “niña”, una condición superficial del suelo seco, será muy bajo el riesgo de generar compactación del suelo con las ruedas limitadoras, por darle una alta carga a los cuerpos.

Estas condiciones meteorológicas son las situaciones en las cuales, a los equipos de siembra, no le deben faltar, bajo ningún concepto, los elementos contactadores de semilla. Ya sean colitas de castor o rueditas (Gráfico 6). Estos elementos, son claves para lograr el íntimo contacto de la semilla con el suelo y, de esta manera, exponer a la semilla al agua del perfil. Se deberá darle a los mismos, la mayor presión posible controlando que no arrastren o muevan semillas.

Por último y no menos importante en el tren de siembra, será establecer la configuración y regulación de las ruedas tapadoras de surco. A diferencia de años normales, en éste, será necesario que dichas ruedas tengan adosados discos dentados o escotados que labren el suelo (para que corten la capilaridad por encima de la línea de siembra dando más agua disponible para las semillas) y aporquen tierra al surco para lograr un tapado eficiente y evitar, de esta manera, que las semillas se deshidraten. Se deberá procurar que los discos estén adosados del lado externo de las ruedas tapadoras (Gráfico 7), para evitar que los mismos traccionen y descalcen a las semillas, lo que arruinaría el tan buscado contacto íntimo entre semilla y suelo. El ángulo de las ruedas deberá estar prácticamente en paralelo para evitar dejar un lomo o bordo por encima del surco, ya que, en búsqueda de la humedad, es probable que la semilla se encuentre en su límite de profundidad, por lo tanto, si además se le deja un camellón de tierra encima, es probable que muchas de ellas no logren emerger.

 

Fuente: INTA