Comparación de dos formas de aplicación de nitrógeno en trigo: al voleo vs. incorporado

Se evaluó la respuesta del rendimiento, porcentaje de proteína, gluten húmedo y peso hectolítrico (PH) ante dosis crecientes de N bajo dos formas de aplicación, incorporado y al voleo previo a la siembra.

Introducción

En el cultivo de trigo el ajuste de la dosis de nitrógeno (N) condiciona el rendimiento y la calidad panadera, afectando también el valor comercial de la mercadería obtenida. A su vez, la combinación de fuente y forma de aplicación afectarán la eficiencia de uso del N aplicado en diferente magnitud dependiendo de las características propias del sitio de producción y de las condiciones meteorológicas pre y post aplicación. En el sudeste de la provincia de Córdoba la aplicación de fertilizantes nitrogenados sólidos se realiza principalmente al voleo sobre la superficie del suelo y en menor proporción incorporado en líneas a profundidades variables, generalmente con máquinas específicas para esta labor, aunque también en casos puntuales, durante la siembra con máquinas equipadas con doble fertilización. El objetivo de este trabajo fue evaluar la respuesta del rendimiento, porcentaje de proteína, gluten húmedo y peso hectolítrico (PH) ante dosis crecientes de N bajo dos formas de aplicación, incorporado y al voleo previo a la siembra.

Materiales y Métodos

El ensayo fue realizado en La Laguna, provincia de Córdoba, Argentina (32° 45´ S; 63° 10´ W), durante la campaña 2017-2018. El suelo corresponde a un complejo de series Oncativo 40%, Oncativo fase moderadamente alcalina en profundidad 30% y Manfredi fase salina en profundidad 30 %; (Ot3), de textura franco limosa, perteneciente a la clase de capacidad de uso IIIsc (Carta de Suelos de la República Argentina, Hoja 3363-15 Etruria, 1988) manejado bajo un esquema de rotación estabilizado: trigo/soja 2ª – maíz – soja 1ª. Se establecieron dos experimentos realizados en lotes contiguos, uno de ellos con antecesor maíz temprano y el otro con antecesor soja de primera. Los análisis realizados previo a la siembra mostraron suelos con contenidos de materia orgánica muy bajos, pH y conductividad eléctrica adecuados, siendo el fósforo (P) extractable bajo en el lote con antecesor soja de 1a y adecuado en el que tuvo maíz previamente (Gambaudo y Fontanetto, 2009), (Cuadro 1).

Al momento de la siembra los primeros horizontes del perfil se encontraban en capacidad de campo, mientras que la napa freática estaba ubicada a una profundidad de 2,1 m. En cada situación se establecieron cinco tratamientos (T) correspondientes a niveles crecientes de N inicial, considerando la disponibilidad del suelo hasta los 0.6 m de profundidad y el N aplicado como fertilizante (Cuadro 2). En el caso de T0 corresponde a un tratamiento testigo, es decir que sólo tuvo el N disponible en el suelo a la siembra y el aplicado con el fertilizante en la línea de siembra.

En todos los casos la fuente de N fue urea (46-0-0), en los tratamientos realizados al voleo se utilizó una fertilizadora marca Altina HP 3918, con distribución neumática mediante difusores ubicados sobre un botalón, garantizando una adecuada distribución espacial del fertilizante. Mientras que en los tratamientos con aplicación incorporada se utilizó una fertilizadora marca SR con cuerpos de fertilización con abre surcos de doble disco, cola de castor y ruedas tapadoras, distanciados a 0.35 m entre sí. Se sembró con una sembradora con dosificación mecánica a chorrillo en surcos distanciados a 0.21 m. En la línea de siembra se incorporó una mezcla física con 19.3 kg ha-1 de P, 13,8 kg ha-1 de S y 1,25 kg ha-1 de Zn.

El diseño empleado fue en bloques completos con dos repeticiones. La unidad experimental presentó 25 m de ancho y 400 m de largo. Las mismas se condujeron bajo un control total de malezas, plagas y enfermedades. La cosecha se realizó en una franja central de cada parcela con una cosechadora automotriz John Deere 9770 STS con un cabezal draper de 12,2 m de ancho de labor, se determinó rendimiento en grano y posteriormente fue corregido según la humedad de comercialización (14 %). Se efectuó el análisis de cada muestra cosechada en el laboratorio de Calidad Industrial de Cereales y Oleaginosas de la EEA Marcos Juárez, donde se determinó el peso hectolítrico (PH), porcentaje de proteína y gluten húmedo (GH).

Las variables se analizaron mediante análisis de la varianza utilizando el software estadístico Infostat (Di Rienzo, 2016). Cuando se detectaron diferencias significativas entre tratamientos se realizaron las comparaciones mediante el test LSD de Fishe

Resultados y discusión

La siembra del cultivo se realizó con el perfil de suelo a capacidad de campo y la napa freática a 2,1 m de profundidad. Las precipitaciones entre mayo y noviembre acumularon 195 mm.

El día 27 de junio se produjo una precipitación de 20 mm, siendo la primera luego de la siembra y fertilización nitrogenada, y es la que presumiblemente permitió la incorporación de la urea en aquellos tratamientos aplicados al voleo. Las condiciones ambientales durante el desarrollo del cultivo en ambos ensayos fueron muy buenas, obteniéndose rendimientos promedio de todos los tratamientos de 6410,7 kg ha-1 en el sitio sembrado con el cultivar DM Algarrobo y antecesor soja y 5822,3 en el sitio sembrado con Bioceres Basilio sobre rastrojo de maíz. En cada sitio se realizó el análisis estadístico por separado entre tratamientos al voleo e incorporado ya que las disponibilidades de N en cada caso no resultaron comparables. En ambos sitios el análisis de la varianza determinó la existencia de efectos significativos (p<0.05) de la disponibilidad de N sobre el rendimiento (cuadros 4 y 5). El incremento en la disponibilidad de N se tradujo en aumentos significativos en el rendimiento (p<0.05), en todos los casos los menores rendimientos se obtuvieron en T0, mientras que los mayores rendimientos se obtuvieron con las mayores disponibilidades de N (T4), sin embargo, en ambos sitios, cuando la aplicación se realizó en forma incorporada, no hubo diferencias significativas entre T4, T3, y T2.

La variación del rendimiento ante incrementos en la disponibilidad de N se ajustó en ambos sitios y en las dos formas de aplicación a una relación cuadrática (Gráfico 2). La menor disponibilidad de N correspondió a T0, es decir que sólo tuvo el N disponible en el suelo y el del fertilizante aplicado en la línea de siembra, siendo similar para las dos formas de aplicación. En ambos sitios, los tratamientos con aplicación al voleo expresaron menores rendimientos que aquellos en que el N fue incorporado, tendiendo a aproximarse con las dosis más elevadas, en las que los tratamientos incorporados lograron saturar la respuesta a N.

Con respecto a los parámetros de calidad, en ambos sitios el análisis de la varianza determinó la existencia de efectos significativos (p<0.05) de la disponibilidad de N sobre porcentaje de proteína, gluten húmedo y PH, excepto para este último parámetro en los tratamientos incorporados en DM Algarrobo (cuadro 6). Con respecto al PH los menores valores se obtuvieron en los tratamientos con menor aporte de N y consecuentemente menor rendimiento. En el caso de DM Algarrobo con antecesor soja los valores superaron los 76 kg hl-1 límite mínimo del grado de calidad 2 (Norma XX), excepto en T0. En el caso de Bioceres Basilio sembrado sobre rastrojo de maíz, se obtuvieron valores muy bajos correspondiendo a mercadería de grado 1, excepto en T0, que cayó por debajo de 73 kg hl-1 correspondiendo a mercadería fuera de estándar (Cuadro 6).

El porcentaje de proteína presentó un comportamiento similar al observado en el rendimiento, es decir, que se incrementó significativamente a medida que aumentó la disponibilidad de N. En el caso del cultivar DM Algarrobo con antecesor soja, los menores valores correspondieron a T0 con 7,5 %, incrementándose hasta 9,3 y 10,2 % en T4 con aplicaciones al voleo e incorporado respectivamente. En el caso de Basilio sobre maíz, si bien los rendimientos en general fueron inferiores, los porcentajes de proteína resultaron superiores, con valores de 8,3 % en T0 y hasta 10,3 y 11,3 en T4 con aplicación al voleo e incorporado respectivamente.

La respuesta del porcentaje de proteínas ante el incrementó en la disponibilidad de N se ajustó a un modelo cuadrático en el sitio con antecesor soja y a un modelo lineal en el sitio con antecesor maíz (gráfico 3). En ambos casos, ante disponibilidades de N similares, la aplicación incorporada permitió obtener mayores porcentajes de proteína que en aplicaciones al voleo.

 

El comportamiento del GH fue similar al del porcentaje de proteína. En el caso de DM Algarrobo en el tratamiento T0 la harina obtenida no logró formar gluten, lo que destaca la baja calidad de la mercadería, asociado a un nivel de proteína de 7,5 %. El rango de variación fue de 13,4 a 16,4 % de T2 a T4 con aplicación al voleo y de 13,4 a 21,4 % de T2 a T4 con aplicación incorporada. En el caso de Bioceres Basilio varió de 14,7 % en T0 hasta 24,6 y 28,9 % en T4 cuando el N se aplicó al voleo e incorporado respectivamente.

Consideraciones finales

En las condiciones ambientales en que se desarrollaron ambos ensayos, y en los rangos de disponibilidad de N evaluados, la aplicación de urea incorporada en el suelo permitió obtener mayores rendimientos, porcentajes de proteína y gluten húmedo que cuando la aplicación fue al voleo sobre el suelo y consecuentemente, se lograron los máximos rendimientos con una dosis de N menor.

 

Fuente: INTA Pergamino