En medio de una fuerte crisis estructural, con políticas lecheras ausentes y el inconveniente de las dificultades climáticas con inundaciones de por medio, el Gobierno materializó una suerte de “alivio” a la presión tributaria que sufre la actividad lechera, y que repercute sobre los productores que comercializan leche fluida de ganado bovino.
Tal como oficializó en el Boletín Oficial la semana pasada, a través de una Resolución General de la AFIP (RG 4216), los tamberos se verán beneficiados “en forma permanente” con la reducción del 6% al 1% de la retención del IVA. Entre los considerandos establecidos en la normativa, se destacó que “en virtud de la evaluación realizada del sector lácteo resulta aconsejable la reducción de la alícuota vigente en el aludido régimen de retención específico para las referidas operaciones”.
La medida data de 2016, cuando el por entonces ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile decidió reducir la percepción por un plazo de cuatro meses, lo que se extendió hasta el 30 de junio del año pasado. La nueva resolución destaca que la reducción queda establecida retroactivamente para los pagos que se hayan realizados a partir del 1´ de enero de este año, aún cuando correspondan a operaciones realizadas con anterioridad a esa fecha.
“Las retenciones efectuadas desde esa fecha hasta la publicación de la comentada resolución, que hubieran sido practicadas con una alícuota mayor al 1%, deberán devolverse al sujeto retenido. Asimismo, los agentes de retención podrán utilizar los importes de dichas devoluciones como saldo a favor contra futuros pagos de la misma obligación”, explicaron los tributaristas del Estudio Lisicki Litvin, Darío Moreira y Mauricio Cipollone. Los especialistas explicaron que en esta oportunidad es destacable la decisión tomada por el fisco que reduce con carácter permanentemente la retención al 1%, modificando la normativa original (RG 1428/03).
“Es plausible que se atiendan las necesidades de los distintos sectores, como en este caso el de la lechería, con decisiones de este tipo que conceden a los productores algo de oxígeno financiero en orden de evitar el grave perjuicio ocasionado por la inmovilización de significativos saldos a favor del IVA materialmente imposibles de recuperar”, destacaron.
La crisis del sector ya acumula varios años. El año pasado, los tamberos produjeron un total de 9895 millones de litros de leche, casi al mismo nivel que en 2016, que ya había sido uno de los años con peores registros productivos. De hecho, ese año la producción se contrajo 12,5% respecto a 2015, fuertemente afectado por las inundaciones en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. En paralelo, las exportaciones de la cadena láctea el año pasado cayeron un 25% en volumen y un 10% en valor.