El riego en plena sequía: qué pasa con los costos

Mientras que en una campaña normal, Ignacio Viel, productor de Chivilcoy, riega 100 milímetros o menos, en este ciclo ya lleva 400 mm.

El 12 de enero pasado, La Nación conversó con Ignacio Viel, productor de Chivilcoy, en una recorrida por la zona núcleo bonaerense cuando los cultivos comenzaban a mostrar síntomas de déficit hídrico en el momento en que definían su potencial de rendimiento. Viel ya mostraba preocupación en ese entonces, cuando los pronósticos anunciaban lluvias que no caían y se esperaban pérdidas en la región de 400 a 500 kilos en la soja de segunda y una merma del 50% para el maíz.

Hoy, la situación es peor. Viel tiene un tercio de su producción, para semillas de maíz, bajo este sistema. ¿Cuánto puede subsanar el riego una sequía donde el 75,9% de la soja y el 76,4% del maíz mantienen un estado entre regular y malo según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y donde los rindes se ubicarían por debajo del promedio de los últimos cinco años?

Desde noviembre último monitorean diariamente dos campos que cuentan con tres equipos de riego (eléctricos y a gasoil). “Hay que ir varias veces al día para verificar que no se rompió nada porque son equipos muy delicados”, afirmó el productor a La Nación.

“Entre campo y campo hay una distancia de 45 kilómetros. En menos de dos meses hice en una de las dos camionetas que tenemos 10 mil kilómetros. Los problemas (para los equipos de riego) pueden ser desde animales que muerden los caños buscando agua hasta inconvenientes mecánicos o eléctricos. También hay problemas con el gasoil o las bombas y otra limitante es la cantidad de agua por pozo”, afirmó.

Según el diario La Razón de Chivilcoy, entre el primero de noviembre de 2017 y el 28 de febrero pasado, llovió 112 milímetros cuando normalmente en el partido precipitan 440 milímetros. “Con el riego achicás pérdidas pero nunca el agua de pozo va a ser lo mismo para el cultivo que el agua de la lluvia”, afirmó el productor.

Explicó además que mientras en una campaña normal se riegan 100 milímetros o menos, en este ciclo ya llevan 400. “No sabemos cuál va a ser el rinde hasta que no entren las cosechadoras. Tengo amigos que hacen producción de semillas y notaron que aún con el riego se les quemó el polen”, dijo.

Otra cuestión de este sistema son los costos: sólo para regar 60 hectáreas Viel invierte 80.000 pesos por mes en gasoil sin contar la inversión y el canon a la Autoridad del Agua.

“Este es un riego complementario, uno siembra regando. Pensás que en algún momento va a venir la lluvia y cuando te encontrás con esta seca histórica, a mitad de camino, igual tenés que seguir. Nunca nos imaginamos esta sequía. Cómo terminan los márgenes lo sabremos cuando llegue la liquidación del semillero. Lo que uno puede hacer es dar lo mejor y llegar al final”, concluyó.

Fuente: La Nación | Por Josefina Pagani