Lluvias en próximos días traerían leve alivio a resecos cultivos de soja y maíz de Argentina

Las lluvias que caerían en los próximos días en el núcleo agrícola de Argentina darían un respiro a la soja y el maíz 2017/18, que están dañados tras meses de una grave sequía, pero aún se necesitará mucha más agua para evitar mayores pérdidas en la cosecha, dijo el lunes un meteorólogo.

Como consecuencia de la seca que desde noviembre azota al corazón agrícola argentino, la semana pasada la Bolsa de Rosario recortó en 11 por ciento su estimación para la cosecha de soja, a 46,5 millones de toneladas, y en 12,5 por ciento la de maíz, a 35 millones de toneladas.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires también redujo la semana pasada sus previsiones para la soja y el maíz, a 47 y 37 millones de toneladas respectivamente, debido a los efectos de la severa falta de lluvias en el principal exportador mundial de aceite y harina de soja.

“Es muy probable que entre martes y miércoles caigan algunas lluvias en (las provincias de) Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, el norte de (la provincia de) Buenos Aires, pero se prevé que quizás sumen 15 milímetros”, dijo Germán Heinzenknecht, experto de la Consultora de Climatología Aplicada.

El agua traería un alivio para los golpeados cultivos del núcleo agrícola, señaló Heinzenknecht, pero explicó que para que una exista posibilidad de revertir la situación en algunos lotes se necesitarían 100 milímetros en los próximos 10 días.

La sequía en Argentina es seguida de cerca por los mercados y hace meses impulsa los precios de los futuros de la soja en el mercado de Chicago. En la Bolsa de Rosario, el mayor mercado de granos de Argentina, el precio local de la soja subió cerca de un 8 por ciento en lo que va de febrero, a 6.000 pesos.

Carlos Boffini, un agricultor que administra 400 hectáreas en la localidad de Colón, en el norte de Buenos Aires, dijo que la sequía ya provocó pérdidas del 50 por ciento de la soja y el maíz que sembró más recientemente en su campo.

“La soja y los maíces de primera (siembra temprana) vamos a saber cuando los empecemos a cosechar en marzo, pero algo de rendimiento van a perder. Los de segunda están fuleritos (en mal estado), falta agua. Este año los productores van a tener que ajustar los números”, explicó Boffini.

Fuente: Reuters