Ciencia argentina más cerca de erradicar la tuberculosis bovina: una nueva prueba mejora el diagnóstico y acelera el control sanitario
Un equipo del INTA y el Conicet logró demostrar que la incorporación de la prueba ELISA como complemento al diagnóstico tradicional de tuberculosis bovina puede marcar un antes y un después en la lucha contra la enfermedad. Los resultados, obtenidos tras más de cinco años de estudios en tambos de Santa Fe, aportan evidencia científica clave que podría fortalecer el programa nacional de control y abrir nuevas perspectivas hacia la erradicación definitiva de la enfermedad en los rodeos argentinos.
La tuberculosis bovina (bTB) es una de las principales preocupaciones sanitarias para los productores lecheros. En este contexto, investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias Agropecuarias del Litoral (IdICaL, INTA Rafaela–Conicet) y del Instituto de Agrobiotecnología y Biología Molecular (IABIMO, INTA–Conicet) aportaron una solución concreta: combinar la tradicional prueba de tuberculina con la técnica ELISA, lo que permite detectar animales infectados que suelen pasar inadvertidos.
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“El uso conjunto de ambas pruebas mejora la sensibilidad del sistema y nos permite detectar animales que no reaccionan a la prueba tradicional”, explicó Marcelo Signorini, médico veterinario del IdICaL y responsable del estudio.
Durante más de cinco años, el equipo llevó adelante un riguroso trabajo de muestreo en tambos de la cuenca lechera santafesina, aplicando la prueba de tuberculina en el pliegue caudal (CFT) y evaluando posteriormente los negativos mediante ELISA. Se implementaron dos estrategias: una anual, con muestreos sucesivos durante tres años, y otra más intensiva, con tres ciclos consecutivos en un mismo año.
Los resultados fueron contundentes: hacia el tercer muestreo, la proporción de animales positivos cayó significativamente, demostrando que un seguimiento sostenido puede reducir la circulación del Mycobacterium bovis, incluso en rodeos donde se creía controlado.
Un hallazgo clave fue que los animales positivos a ELISA suelen ser de mayor edad, lo que refleja una evolución inmunológica natural: la enfermedad progresa desde una respuesta celular (detectable por tuberculina) hacia una respuesta humoral (detectable por ELISA).
“Con ELISA cubrimos ese vacío y evitamos que vacas infectadas sigan actuando como reservorios”, explicó Signorini.
El Programa Nacional de Erradicación de Tuberculosis Bovina, basado en la detección por CFT y sacrificio de positivos, ha mostrado avances, pero la persistencia de casos plantea desafíos. Esta innovación del INTA ofrece una herramienta práctica, accesible y validada localmente, para acelerar el proceso y mejorar la eficacia del control sanitario.
El éxito, sin embargo, depende también de la bioseguridad y el manejo en los establecimientos: aislamiento de animales sospechosos, trazabilidad y control de movimientos. “Cada tambo tiene dinámicas propias; por eso la combinación de tecnología y gestión sanitaria es clave”, subrayó el especialista.
Con este avance, el INTA Rafaela reafirma su rol como referente nacional en investigación aplicada a la salud animal.
“La erradicación de la tuberculosis bovina no es una utopía”, concluyó Signorini. “Estamos más cerca que nunca de lograrlo, gracias al trabajo coordinado entre ciencia y productores”.
Fuente: INTA Informa











































