⚠️ Con calor y lluvias, alertan por mayor riesgo de leptospirosis en el campo
El aumento de las temperaturas y las precipitaciones crea un escenario propicio para la leptospirosis, una enfermedad que puede afectar tanto al ganado como a las personas. Frente a este contexto, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) reforzó las recomendaciones preventivas dirigidas a trabajadores y productores de establecimientos pecuarios.
La leptospirosis es una zoonosis causada por la bacteria Leptospira interrogans, que impacta en animales domésticos y silvestres, además de representar un riesgo para la salud humana. Su importancia sanitaria y productiva radica en las pérdidas económicas que genera en los rodeos y en la posibilidad de provocar cuadros graves, e incluso mortales, en las personas.
Si bien es más frecuente en ámbitos rurales —entre productores, técnicos y veterinarios—, también puede presentarse en zonas urbanas, especialmente donde hay presencia de roedores, principales reservorios de la bacteria, que la eliminan a través de la orina. Las lluvias y el calor favorecen su supervivencia y diseminación, incrementando el riesgo de aparición de casos.
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Cómo se transmite y cuáles son los signos
Los animales infectados y los ambientes contaminados constituyen la principal fuente de infección, tanto para otros animales como para las personas. En bovinos, la enfermedad afecta principalmente a los animales jóvenes y se transmite por contacto directo con orina infectada o mediante la exposición a agua, suelo o superficies contaminadas. La bacteria ingresa al organismo a través de heridas en la piel o por mucosas.
En los rodeos, la infección puede ser subclínica o manifestarse con abortos en preñeces avanzadas, nacimientos prematuros, retención de placenta, fallas reproductivas, caída de la producción láctea, ictericia y presencia de orina oscura o rojiza.
En las personas, el contagio ocurre por el contacto con animales enfermos o ambientes contaminados. La enfermedad puede presentarse con síntomas leves, aunque en algunos casos evoluciona hacia cuadros graves. Además, en campos donde la leptospirosis está presente, otras especies —ovinos, caprinos, porcinos, caninos— también pueden actuar como fuente de infección.
Recomendaciones para prevenir la enfermedad
El SENASA remarca que la prevención es clave en el manejo pecuario y en las prácticas cotidianas de los establecimientos rurales. Entre las principales medidas se destacan la vacunación de los animales, la aplicación de tratamientos antibióticos cuando corresponda y el uso de elementos de protección personal, como guantes, botas de goma y gafas, para evitar el contacto con orina y fluidos corporales.
También se recomienda implementar un control estricto de roedores, evitar el estancamiento de agua, mantener limpios comederos y bebederos y reducir las condiciones que favorezcan el asentamiento de plagas.
Por último, el organismo recuerda que la leptospirosis animal es una enfermedad de notificación obligatoria. Ante cualquier sospecha, los casos deben comunicarse al SENASA a través de sus canales oficiales. El objetivo es claro: proteger la sanidad animal, cuidar la salud de los trabajadores rurales y resguardar la productividad de los sistemas ganaderos.





































