La nueva regulación europea sobre la deforestación podría incluir al maíz
La reciente Regulación Europea sobre productos libres de deforestación (EUDR) representa un cambio significativo en la legislación ambiental y comercial de la Unión Europea, que entrará en vigor el 1° de enero de 2025. Esta regulación tiene como principal objetivo asegurar que los productos comercializados dentro del territorio europeo no provengan de tierras deforestadas después del 31 de diciembre de 2020. Por lo tanto, todas las empresas que deseen exportar a Europa se verán obligadas a demostrar la trazabilidad de sus productos, garantizando que estos no contribuyan a la deforestación ni a la degradación ambiental.
La EUDR afecta directamente a diversos sectores, incluidos aquellos que operan con materias primas agrícolas y forestales. Productos clave como la carne, soja, madera y cacao están en la mira de esta regulación, dado su impacto en la deforestación en muchas regiones del mundo, especialmente en América Latina. Los productores de estos bienes deberán implementar sistemas robustos de seguimiento que certifiquen el origen de sus productos, pasando por un proceso de verificación que garantizará que no provengan de áreas deforestadas después de la fecha mencionada.
El impacto de la EUDR se extenderá más allá de la Unión Europea; afectará a toda la cadena de suministro en las regiones productoras, donde los estándares de sostenibilidad serán cada vez más exigentes. Las empresas que no cumplan con estas regulaciones enfrentarán restricciones comercial, lo que podría traducirse en pérdidas económicas significativas. Este panorama normativo traerá consigo retos y oportunidades, así como la necesidad de adaptarse a un marco que prioriza la conservación de los bosques y la sostenibilidad ambiental como parámetros fundamentales en el comercio internacional.
Implicaciones para los productores y la cadena de suministro
La reciente implementación de la Nueva Regulación Europea sobre la Deforestación (EUDR) presenta un panorama complejo para los productores en América Latina. Las exigencias de trazabilidad se han intensificado y ahora requieren que las empresas demuestren que sus productos no son originarios de tierras deforestadas. Este nuevo marco normativo no solo afecta a los productores individuales, sino también a toda la cadena de suministro, ya que cada eslabón debe adaptarse a estos estándares rigurosos.
Los productores deberán revisar y mejorar continuamente sus procesos productivos para garantizar la conformidad con las normativas establecidas por la EUDR. Esto puede incluir la adopción de tecnologías avanzadas en la gestión de recursos y la implementación de prácticas de producción sostenible. Expertos como Romina Bracco advierten que la inversión en infraestructura y herramientas digitales puede ser clave para cumplir con los requerimientos de trazabilidad, lo que les permitirá a los productores ofrecer garantías a sus socios comerciales y consumidores en Europa.
Además, la creación y fortalecimiento de alianzas dentro de la cadena de valor se vuelve esencial. Mariano Spitale enfatiza la importancia de la colaboración entre productores, distribuidores y minoristas para facilitar el acceso a certificaciones y asegurar prácticas responsables. Las alianzas estratégicas ayudan a compartir recursos y conocimientos, lo que mejora las capacidades de adaptación y respuesta ante cambios regulatorios. Al integrar diversos actores en la cadena de suministro, los productores tienen la oportunidad de no solo cumplir con la EUDR, sino también de posicionarse favorablemente en un mercado que cada vez valora más la sostenibilidad y la ética en las prácticas agrícolas.
En este contexto, es crucial que los productores de América Latina reconozcan y respondan a las implicaciones de la EUDR. No solo se enfrentan a desafíos, sino también a oportunidades para innovar y mejorar sus prácticas, todo dentro de un enfoque integral hacia la sostenibilidad.
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Consecuencias del incumplimiento de la normativa
El incumplimiento de la normativa de la Unión Europea sobre deforestación (EUDR) puede resultar en sanciones severas para las empresas que no se alineen con los requisitos establecidos. Las consecuencias varían desde penas financieras hasta restricciones operativas que pueden perjudicar significativamente la viabilidad de un negocio. En primer lugar, una de las sanciones más severas posibles es el decomiso de productos que no cumplan con las regulaciones. Esto no solo significa la pérdida de bienes, sino que también puede involucra la destrucción de productos, lo cual representa una pérdida económica considerable para las empresas afectadas.
Además, las compañías que no cumplen con la normativa pueden encontrarse excluidas de licitaciones públicas. Este aspecto es especialmente crítico para empresas que dependen del sector público para generar ingresos. La exclusión de contratos gubernamentales no solo limita las oportunidades de negocio, sino que también puede dañar la reputación de la empresa, dificultando futuras asociaciones comerciales.
Las multas económicas también son un aspecto importante a considerar; las sanciones pueden ascender a cifras significativas, dependiendo de la gravedad del incumplimiento y la magnitud del impacto ambiental causado. Las estadísticas muestran que las importaciones de la UE son responsables de una porción considerable de la deforestación global, lo que subraya la importancia del cumplimiento normativo. Con el creciente énfasis en la sostenibilidad, las empresas deben estar al tanto del riesgo que conlleva no cumplir con la EUDR.
Por lo tanto, la adhesión a estas normativas no solo es una cuestión de legalidad, sino también de responsabilidad empresarial en un contexto donde la protección del medio ambiente es cada vez más prioritaria. Las compañías que deseen operar en el ámbito de las importaciones europeas deben ser sumamente cuidadosas y proactivas para evitar las severas consecuencias de incumplir con la normativa europea.
El futuro de la producción sostenible y el papel de nuevas materias primas
La implementación de la Nueva Regulación Europea sobre la Deforestación (EUDR) marca un hito significativo en los esfuerzos por promover la sostenibilidad en la producción agrícola. En este contexto, se espera una posible expansión de la normativa para incluir productos adicionales como el maíz, lo que representaría un amplio cambio en la producción de materias primas en América Latina. Esta inclusión podría tener repercusiones directas en las prácticas agrícolas y en la gestión de recursos, exigiendo a las empresas adaptarse a estándares más rigurosos en lo que respecta a sostenibilidad y trazabilidad.
A medida que avanza la normativa, las empresas productoras deberán establecer sistemas eficientes de seguimiento y verificación de sus cadenas de suministro. La capacidad de demostrar que los productos son cultivados y cosechados de manera sostenible se convertirá en un requisito esencial. Esto no solo afectará a las exportaciones hacia Europa, sino que también influirá en los mercados internos de América Latina, donde los consumidores están cada vez más interesados en productos que no contribuyen a la deforestación.
Además, la transición hacia prácticas de producción más sostenibles es también una oportunidad para innovar en el uso de nuevas materias primas, que pueden ser menos invasivas para el medio ambiente. La promoción de cultivos alternativos y la implementación de tecnologías sostenibles pueden potenciar la productividad sin comprometer la biodiversidad. Esta nueva estrategia permitirá a las empresas posicionarse favorablemente en el mercado global, al tiempo que responden a la creciente demanda de productos responsables y éticos.
Es crucial, por lo tanto, que tanto los gobiernos como las empresas trabajen de manera conjunta para fomentar un ambiente en el que la sostenibilidad no sea solo un objetivo, sino una práctica que se mantenga en el tiempo. Proteger la biodiversidad y reducir las emisiones a largo plazo deben ser principios fundamentales que guíen las acciones en el ámbito agroindustrial.
¿Cómo funciona el reglamento?
- Las empresas, operadores y comerciantes confirman anualmente a las autoridades nacionales, mediante una declaración de debida diligencia, que los productos comercializados en el mercado de la Unión Europea. Cumplen los requisitos de EUDR.
- La CE creará un sistema de información en el que se almacenarán todas las declaraciones de debida diligencia y al que podrán acceder las autoridades de los Estados miembros.
- La CE establecerá un sistema de evaluación comparativa por país para determinar el riesgo de deforestación, el cual informará el nivel de debida diligencia y la frecuencia de la comprobación.
- Las autoridades de los Estados miembros llevarán a cabo inspecciones periódicas de los operadores y comerciantes mediante un enfoque basado en el riesgo.
- Las declaraciones incluirán: a) Requisitos de información, b) Evaluación de riesgos y c) Medidas de reducción de riesgos.
Si bien varios países, incluyendo a la Argentina y Brasil, han pedido formalmente a la CE que demore la entrada en vigor de la EUDR debido a la complejidad operativa que supone para el sector privado, la comisión aún no ha accedido a dichos reclamos.