En cuanto al trigo, la heterogeneidad en la frecuencia y distribución de las precipitaciones comienza a acentuar la brecha en la condición del cultivo.
El ascenso gradual de las temperaturas comienza a acelerar el pasaje entre etapas fenológicas e incrementa la demanda de humedad tanto atmosférica como de cultivo. En consecuencia, las áreas que quedaron excluídas del aporte de las lluvias comienzan a entrar en etapas críticas en condiciones subóptimas, lo que provoca nuevas pérdidas en la condición de cultivo, mientras que, en los sectores favorecidos por aportes hídricos, se están llevando a cabo labores de refertilización, incrementando la condición de cultivo entre Buena y Excelente.
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Este gradiente de situaciones se despliega de norte a sur del área agrícola, concentrándose los mejores escenarios en las zonas más importantes productivamente para el cereal (Núcleos Norte y Sur, y centro y sur de Buenos Aires y La Pampa). Así mismo, a nivel general continúan registrándose demoras en la fenología, que le dan al cultivo la oportunidad de esperar la ocurrencia de lluvias en el corto plazo.
De las 6,3 MHa estimadas, el 54,7% presenta condición hídrica Adecuada/Óptima, y el 79,5% mantiene una condición de cultivo Normal/Excelente. Se registra una demora en encañazón vs U5C de -11,1 p.p.
Fuente: Bolsa Cereales de Buenos Aires