Eliminación de derechos de exportación para fortalecer la competitividad del campo argentino
El sector agroindustrial argentino ha enfrentado numerosos desafíos en las últimas décadas, marcados por fluctuaciones en los mercados internacionales, cambios climáticos y políticas impositivas que, a menudo, han gravado significativamente las exportaciones. En un intento por revitalizar el campo argentino y mejorar su competitividad a nivel global, el presidente Javier Milei ha anunciado una serie de medidas clave durante la inauguración de la Exposición Rural 2024.
Milei, consciente de la relevancia del sector agroindustrial como motor de la economía nacional, ha decidido eliminar los derechos de exportación sobre una variedad de productos de las cadenas agroindustriales. Estas tarifas, comúnmente conocidas como retenciones, han sido históricamente un punto de fricción entre el gobierno y los productores rurales quienes consideran que estas medidas perjudican la rentabilidad y limitan el crecimiento del sector. El anuncio fue recibido con aplausos y muestras de apoyo por parte de los asistentes a la exposición, señalando una posible nueva era para el campo argentino.
El Decreto 697/2024, publicado hoy en el Boletín Oficial, dispone la eliminación de los derechos de exportación para los productos de la categoría vaca (excepto animales vivos) cuya codificación, de acuerdo a sus características, sea A, B, C, D y E, se encuentre conforme a lo estipulado en el Anexo III de la Resolución N° 32/2018. Estos productos, cuyo principal destino es la exportación, tributaron más de USD 60 millones en retenciones durante 2023, un monto que a partir de ahora vuelve a la rentabilidad de la cadena bovina.
El Decreto también establece la eliminación de las retenciones para los productos de la cadena porcina, con el fin de dotarla de una mayor competitividad y proyección internacional para un producto con alta demanda mundial.
Las medidas anunciadas no solo apuntan a reducir la carga tributaria sobre los productores, sino también a generar un clima de mayor previsibilidad y estabilidad. Se espera que, al eliminar estos derechos de exportación, se incremente la inversión en tecnología y maquinaria agrícola, se favorezca la innovación y se promueva una mayor producción y exportación de productos agroindustriales argentinos. Esto, a su vez, podría traducirse en un incremento significativo de las divisas ingresadas al país y, en consecuencia, una mejora substancial en la economía nacional.
El contexto de dicho anuncio se inserta en un marco histórico de debates sobre la política agropecuaria en Argentina, donde la búsqueda de equilibrio entre necesidades fiscales del gobierno y competitividad del sector agrario ha sido una constante. La administración de Milei, al implementar estas medidas, parece apostar por un enfoque que prioriza la competitividad y el desarrollo sostenible del campo, reconociendo su rol esencial en la estructura económica del país. Este cambio en la política impositiva podría marcar un antes y después en la historia económica argentina.
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Eliminación de derechos de exportación para la categoría vaca y cadenas porcina y láctea
En el contexto de las recientes medidas económicas implementadas por el gobierno, la eliminación de los derechos de exportación para productos específicos de la categoría vaca, así como las cadenas porcina y láctea, representa un avance significativo para la competitividad del campo argentino. Históricamente, estos sectores han estado sujetos a elevadas retenciones impositivas, las cuales, durante el año 2023, alcanzaron montos sustanciales, afectando negativamente la rentabilidad de las exportaciones.
La decisión de suprimir estos derechos de exportación tiene como objetivo primordial aliviar la carga tributaria que pesa sobre estas cadenas productivas. Los productores de carne vacuna, así como los sectores porcino y lácteo, ahora pueden prever un incremento en la rentabilidad de sus operaciones debido a la reducción de costos asociados a las retenciones fiscales. Al aliviar esta carga impositiva, se facilita un reflujo de recursos hacia las explotaciones rurales y permite una mayor inversión en tecnologías y procesos productivos eficientes, lo cual es esencial para la sostenibilidad y crecimiento de estas industrias.
La proyección internacional de los productos lácteos y cárnicos argentinos está íntimamente ligada a su competitividad en el mercado global. La demanda mundial de carne vacuna y productos lácteos, así como la creciente preferencia por la carne de cerdo, posiciona a Argentina como un proveedor estratégico en numerosos mercados. Al eliminar estos gravámenes, se potencia la capacidad exportadora del país, incrementando su presencia en el escenario internacional y mejorando su balanza comercial.
El impacto positivo de estas medidas se refleja en múltiples facetas. No solo se promueve el desarrollo económico y social del campo argentino, sino que también se asegura la competitividad y relevancia de los productos nacionales en un mercado global cada vez más exigente. La revaloración de las exportaciones bovinas, porcinas y lácteas a través de la optimización de sus cadenas productivas sitúa a Argentina en una posición de ventaja, donde la calidad y eficiencia son pilares fundamentales.
Reducción del 25% en retenciones para proteínas animales
En un contexto global cada vez más competitivo, la reducción del 25% en las retenciones aplicadas a las proteínas animales representa una medida crucial para fortalecer la competitividad del campo argentino. Esta modificación abarca diversas especies exportables, como carne bovina, aviar, ovina y otros productos relacionados. Actualmente, las alícuotas de estas retenciones varían entre el 4,5% y el 9%, lo que ha significado una carga considerable para los productores.
El ajuste en las retenciones no solo aliviará dicha carga, sino que también ofrecerá un incentivo significativo para los productores. La previsión es que, con menores retenciones, aumente tanto la producción como la competitividad de la carne y otras proteínas animales. Esta medida es especialmente relevante en el ámbito federal, dado que la producción de proteínas animales tiene un impacto económico distribuido en todas las provincias argentinas. La industria ganadera, por ejemplo, es un pilar económico en muchas regiones, y una rebaja en las retenciones puede traducirse en un desarrollo más equilibrado y sostenible a nivel nacional.
Otro aspecto positivo de la reducción de retenciones es el impulso que se prevé para los ingresos de la cadena productiva. Desde los productores primarios hasta los exportadores y cada eslabón intermedio, un aumento en la competitividad resultará en un incremento del retorno económico. Este efecto derrame beneficiará no solo a los productores directos, sino también a sectores auxiliares como la logística, el transporte y los servicios de procesamiento.
En resumen, la reducción del 25% en retenciones para proteínas animales no solo refuerza la competitividad del campo argentino a nivel global, sino que también genera un impacto positivo en la economía nacional, estimulando un ciclo virtuoso que beneficia a toda la cadena productiva. Esta política es un paso esencial para posicionar a Argentina como líder en producción y exportación de proteínas animales.
Impacto general de las medidas y proyección a futuro
La eliminación de los derechos de exportación representa un cambio significativo para el sector agroindustrial argentino. Esta medida, enmarcada dentro de un proceso más amplio de desregulación, apunta a reducir costos y mejorar la competitividad tanto a nivel nacional como internacional. Además de la eliminación de estos tributos, se destacan otras políticas complementarias, como la reducción de aranceles a insumos agrícolas y la apertura de nuevos mercados internacionales. Estas estrategias están encaminadas a potenciar el sector agropecuario, que no solo es crucial para la economía del país, sino que también ofrece un soporte vital a la balanza comercial.
El impacto directo sobre el agro argentino es notable, dado que el 63% de las exportaciones del país proviene de este sector. Con la eliminación de las retenciones, se espera un aumento significativo en las inversiones, ya que los productores contarán con mayores márgenes de ganancia que podrán reinvertir. Esto, a su vez, impulsará un ciclo de crecimiento basado en la mejora de infraestructura, la adopción de tecnologías de punta y la expansión de la superficie cultivable. De igual manera, la generación de empleo no se quedará atrás: se estima que alrededor de 1.2 millones de empleos están directamente relacionados con el sector agropecuario. El fortalecimiento de este sector podría traducirse en una mayor estabilidad y prosperidad económica a nivel regional y nacional.
A largo plazo, la proyección es optimista. La reducción de costos permitirá a los productos argentinos competir de manera más eficiente en mercados internacionales, lo que incrementará las exportaciones y, consecuentemente, generará mayores ingresos para el país. Asimismo, se anticipa una mejora en la productividad agrícola, como resultado de una inversión constante en investigación, desarrollo y capacitación del capital humano. La integración de Argentina en cadenas globales de valor se consolidará, fortaleciendo su posición en el comercio mundial.
En resumen, las medidas de eliminación de derechos de exportación y las políticas de apoyo al sector agropecuario están diseñadas para crear un entorno favorable, capaz de atraer inversiones, aumentar la productividad y posicionar al campo argentino como un líder competitivo en la arena internacional.
Fuente: Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación