Las lluvias registradas en algunas zonas del país en las últimas semanas son, según la Bolsa de Cereales (BC) de Buenos Aires, un signo del “gradual desarrollo” de El Niño, que terminará de activarse en primavera, pero aún con la presencia de vientos polares que, como contrapeso, impedirán que su impacto positivo esperado se manifieste plenamente.
Según la perspectiva agroclimática estacional que el climatólogo Eduardo Sierra elaboró por al BC, “El Niño se activará durante la primavera, pero su avance es irregular debido a los vientos polares y, posiblemente, deje amplias extensiones sin aportes pluviométricos adecuados”, señaló el especialista.
Inquietud. Respecto de la inquietud que genera en el campo que, pese a que El Niño ya está declarado en Argentina, las lluvias sigan demorándose, Sierra explicó que es muy raro que los efectos de este fenómeno climático se activen durante el otoño y el invierno del año en que inicia su desarrollo, siendo más frecuente que lo hagan a comienzos de la primavera, y se mantengan hasta el invierno del año siguiente. “Por esta causa, durante el otoño y el invierno de 2023 la marcha del clima conservó rasgos propios de La Niña”, concluyó Sierra.
Y agregó que durante las últimas semanas comenzaron a recibirse lluvias localizadas en distintas zonas del área agrícola, y “aunque el proceso fue irregular, su ocurrencia constituye un signo del gradual desarrollo de El Niño”.
Además, señaló que este proceso beneficiará a gran parte del área agrícola, dado que el clima evolucionará hacia una marcha entre normal y superior a lo normal, con mayores aportes de humedad y con un régimen térmico menos extremo.
Vientos polares. Igualmente, advirtió que la interferencia de los vientos polares le impedirá a El Niño “expresarse en forma completa”, siendo probable que subsista un amplio foco con aportes pluviométricos insuficientes en el interior del área agrícola argentina.
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— Bolsa de Cereales ETyM (@BolsadeC_ETyM) September 25, 2023
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Las zonas más perjudicadas, según esta perspectiva, serían el centro y el este de Córdoba, el norte de La Pampa, el centro y el sur de Santa fe, el sur de Entre Ríos, el extremo sudoeste del Uruguay y el norte de Buenos Aires, con focos secundarios en diversas zonas del área agrícola.
Sierra insistió en que, aunque el actual episodio de El Niño es “sumamente vigoroso”, la realidad es que “es muy probable que sus efectos sobre el Cono Sur resulten perturbados por una fuerte actividad de los vientos polares, que impulsan las corrientes frías de Humboldt y Malvinas a lo largo de las costas de Sudamérica”. Estos vientos obstaculizan la entrada de humedad hacia el interior del área agrícola argentina, lo que a su vez deprime los mecanismos que generan las precipitaciones.
Adecuado y riguroso. El climatólogo proyectó que su persistencia por encima de su nivel normal hace probable que el otoño 2024 tenga un final temprano de las lluvias y un comienzo moderadamente temprano de las heladas, luego de lo cual se desarrollará un semestre otoño invernal con condiciones rigurosas.
“Puede concluirse que, con un adecuado manejo y haciendo riguroso uso de la tecnología disponible, la mayor parte del área agrícola del Cono Sur podría obtener buenos resultados productivos, aunque algunas zonas no lograrán una recuperación completa”, concluyó Sierra.