Con 120 mm de media, abril era un mes clave —junto con mayo— para recuperar los 150 a 200 mm que faltan en los suelos. Para la región pampeana, abril presenta un rango que va de 10 al 40% de la normal. En la región núcleo, abril se despide con 75 a 100 mm menos.
Domingo con lluvias. Luego, descenso de temperatura.
La llegada de un sistema frontal frío provocará precipitaciones el domingo 30 de abril. Luego, habrá un descenso de la temperatura. El martes 2 de mayo las temperaturas mínimas podrían llegar a 1° y 3°C en Buenos Aires.
“El déficit pluvial transferido a mayo requerirá que se dupliquen los valores que estadísticamente recibe el mes para cubrir las necesidades de los perfiles pre-siembra”, dice el consultor Elorriaga.
Está cerrando abril con 10 al 40% del registro normal de lluvias en la región pampeana.
Los suelos siguen en rojo. El mapa de anomalía de las reservas para Argentina muestra cómo la mitad norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe muestran en sus suelos las condiciones más secas de los últimos 30 años. Lamentablemente, gran parte de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos están en una situación muy comprometida. Respecto de la situación de un año atrás —año en que dejaron de sembrarse 1 M ha por falta de agua— la situación es aún peor. Abril del 2023 exhibe una muy mala situación agroclimática, porque hacer trigo es una necesidad fundamental para buscar fondos frescos tras los resultados que deja la peor sequía de los últimos 60 años. Con 100 a 120 mm de precipitación media, abril era un mes clave para recuperar los 150 a 200 mm que faltan en los suelos, como también es clave mayo, que suele dejar entre 40 y 70 mm. En la región núcleo, abril se despide con 75 a 100 mm menos. Sobre la región pampeana, abril totaliza un rango que va del 10 al 40% de la normal.
¿Mayo 2023 puede compensar el déficit de agua y dejar un extra de 70 a 100mm?
¿Hay posibilidades de un mayo disruptivo que deje un extra tan importante de lluvias? “Hoy, en este momento, no hay argumentos para decir que mayo pueda dejar lluvias por encima de la media. Tampoco para pensar en menos milímetros”, responde Elorriaga. “Lamentablemente, en 40 de los últimos 60 años las precipitaciones de mayo fueron iguales o inferiores a la media y, dependiendo de la región, en pocas ocasiones se duplicaron esos guarismos”, explica.
¿Qué pasa con la intención triguera en la región núcleo?
En las encuestas se sigue señalando una baja en la intención de siembra, con un rango que va de 15 a 60%. También se destaca la enorme necesidad que hay por hacer trigo y la gran falta de agua en los perfiles. “La situación es muy crítica, hay una gran necesidad económica de hacer el cultivo. Pero no hay margen de error. No se puede sembrar si no está la humedad necesaria”, dice un técnico de Cañada de Gómez. “El suelo está seco. En los primeros centímetros del primer metro hay algo de humedad, pero en profundidad, hasta el segundo metro no hay nada. Si no hay lluvias realmente importantes, la intención de siembra triguera será un 60 a 80% menor al año pasado”, explican en Bouquet. Desde los alrededores de Rosario dicen: “una tercera parte de los productores le tiene terror al trigo por la inversión que se hizo el año pasado y el fracaso productivo que dejó y no lo va a sembrar. Otro tercio sí —al menos para multiplicar semilla—; y del tercio restante, una mitad está expectante por las lluvias de mayo y podría hacerlo”.
Desde el punto estrictamente agronómico se recomienda sembrar con agua útil superior al 65% (medida entre 1 y 1,8 metros de profundidad) porque, de esta manera, la probabilidad de que el cultivo experimente un déficit hídrico durante su ciclo es baja y hay una alta correlación con buenos rindes.
Por eso, en General Pinto recalcan que es fundamental contar con 150 a 200 mm en el perfil antes de poner en marcha las sembradoras. El panorama es muy complejo para el trigo 2023/24, porque se le suma el problema para financiar el capital de trabajo requerido.
Lee también
- Pronóstico del tiempo hasta el 6 de mayo
- La molienda de soja en el primer trimestre fue un 30% menos que en 2022
- El Programa de Incremento Exportador incorporó a 65 posiciones arancelarias de economías regionales
- Toma impulso la cosecha de soja en el centro del área agrícola
- Los feedlots mejoran su rentabilidad, pero aún añoran sus mejores números
Soja de 1°: cosecha atrasada y rindes más bajos
Hubo un avance de cosecha de soja de primera en los últimos 7 días sobre el 25% del área en la región núcleo, pero las labores siguen atrasadas respecto al año anterior. A esta altura del 2022, la recolección estaba casi finalizando. Este año el progreso de las labores alcanza al 75% del área. El noroeste bonaerense lleva un avance sobre el 50% de la superficie. El sur santafesino le sigue con el 60%. Y el centro sur santafesino cosechó el 85% de la soja de primera. El noreste bonaerense y sudeste cordobés son las zonas más adelantadas, donde quedan pocos lotes por recolectar. Pero el avance de las cosechadoras sigue arrojando resultados que distan de lo que se estimaba antes de entrar en los lotes. En Bouquet los rindes están un 20% por debajo de lo que se estimaba. En El Trébol el rinde medio finalizó en 20 qq/ha y en Cañada Rosquín en 12 qq/ha. En Bigand promedia 10 qq/ha. En la zona de Rojas, el 70% de la cosecha ronda los 10 a 12 qq/ha y el otro 30%, entre 25 y 30 qq/ha. En los alrededores de Monte Buey los rindes fueron muy heterogéneos: van de 15 qq/ha a 30 qq/ha.
Detalle por Subzonas

SUBZONA I
Los avances de cosecha de soja en la zona de El Trébol muestran que la recolección de la soja de primera se completó. El rinde promedió 20 qq/ha, con un mínimo de 12 qq/ha y un máximo que tocó 53 qq/ha. El progreso de la de segunda es del 30%. El rendimiento medio es de 5 qq/ha. El valor mínimo es de 3 y el máximo llegó a 25 qq/ha. Al consultar por el balance económico que dejo la sequía, los técnicos mencionan que fue totalmente negativo. Este año muchos productores recurrirán a la financiación para poder afrontar las pérdidas”.
En Bouquet los suelos están muy secos, “en los primeros centímetros del primer metro hay algo, pero en profundidad, hasta el segundo metro no hay nada”, explican los ingenieros. Las intenciones de hacer trigo están por el piso, “si no hay lluvias realmente importantes, la intención de siembra triguera será un 60 a 80% menor al año pasado”, dicen. “El foco está puesto en si sembrar o no. Es un momento dónde nadie está pensando ni en comprar insumos ni en vender mercadería”. En cuanto a la cosecha de soja, con un 70% de avance, “siguen saliendo rindes que suele estar en un 20% menos de lo que esperábamos sacar”, dicen los técnicos del área.
En la zona productiva de Aldao y Rosario, los ingenieros dicen acerca del trigo: “una tercera parte le tiene horror al trigo y no la va a sembrar; una tercera parte sí, al menos para multiplicar semilla. Y del tercio restante, una mitad está expectante por las lluvias de mayo, la otra, no, porque no la va a sembrar”. El panorama es muy complejo para el trigo 2023/24, hay también un grave problema de disponer de capital de trabajo, tras la gran sequía. Por eso será muy importante el resultado que se obtenga de los maíces tardíos, “si no se alcanzan los rindes que prevemos, va a dejar un nuevo desfasaje para poder cumplir con los compromisos de pago”. Por eso hay temor a heladas que puedan dañar los cultivos: “necesitamos que no haya heladas hasta el 20 de mayo”, explican.
SUBZONA II
En Bigand hay fuertes avances de cosecha, de soja de primera ya lleva cosechada el 60% del área. El rinde medio fluctúa entre 8 a 12 qq/ha. La soja de segunda aún no se recolectó. Los pocos lotes de maíz tardío cosechados rindieron entre 20 a 25 qq/ha. La mitad del área sembrada con el cereal no se cosechará por su bajo valor productivo.
SUBZONA III
En Carabelas, la cosecha de soja de primera ya lleva un progreso del 80%. El rinde más bajo está en torno a los 6 qq/ha y el máximo en 40 qq/ha. El 70% de la cosecha ronda los 10 a 12 qq/ha y el otro 30%, entre 25 y 30 qq/ha. Con estos resultados, los profesionales indican que “las pérdidas que dejó la sequía fueron millonarias: se perdió el 80% de la producción”. Los costos que dejó la sequía se saldarán con ahorros, apalancamiento financiero o pérdida de capital propio. Se saldrá a buscar financiamiento en bancos y financiación en acopios y cooperativas.
SUBZONA IV
En General Pinto, “seguimos manteniendo una caída en la intención de siembra de 60% en trigo. La pregunta del sector son dos: ¿cuándo y cuánto puede llover? y ¿cómo vamos a financiar el capital de trabajo para hacer trigo en caso de contar con agua?”, explican en la zona. “Es importante recalcar y explicarle a la gente, que en trigo, hay unas curvas que trazan una correlación que explican (en más de un 80%) la disponibilidad de agua en el suelo a la siembra y los rindes finales. Por eso, es fundamental almacenar entre 150 y 200 mm en los suelo antes de poner en marcha las sembradoras”. En cuanto a la cosecha de soja, sigue la tendencia, con más del 50% de avance, los rindes siguen siendo inferiores a lo que esperamos”.
SUBZONA V
En Monte Buey dicen: “se terminó de cosechar toda la soja de primera. Los rindes fueron muy heterogéneos: de 14 a 15 qq/ha hasta los 40 qq/ha. El grueso oscila entre 15 a 30 qq/ha. Todos los rindes aflojan hacia Los Surgentes, General Roca, Inrriville y mejoran en el área de Monte Buey, Corral de Bustos, Isla Verde. Con el los maíces tempranos paso lo mismo: las zonas más afectadas están entre 30 a 40 qq/ha y en los mejores lotes alcanzaron los 100 qq/ha. El promedio va a estar en los 80 qq/ha, muy por debajo de la media zonal”. En cuanto a la soja de segunda comentan que aún no se cosechó pero el estado general es muy malo. “No hay soja de segunda buena”. Y agregan que todas las sorpresas de cosecha fueron malas: “donde se esperaban mejores rindes, cuando entraban las cosechadores se desplomaban”. En relación a los maíces tardíos los técnicos explican que en Monte Buey hay poco pero para el lado de General Roca —dónde la estrategia fue hacer tardío— “están hechos un desastre”.
“El avance de cosecha en soja de primera es del 75%. De soja de segunda no cosechamos nada aún”, dicen en Viamonte los técnicos (sudeste cordobés). Y agregan: “los rindes fueron muy variados, hubo de todo, el promedio va a estar entre los 20 a los 25 qq/ha. Sin embargo, hacia el oeste todo es más desparejo: hay zonas muy afectadas por heladas con promedio en soja de primera de 10 qq/ha y otras que están mejor con promedios de 30 qq/ha”. En relación al maíz tardío comentan que están muy atrasados y que el promedio va a rondar los 60 qq/ha.
Indicadores Climáticos
Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo
Domingo con lluvias, luego, descenso de temperatura
La llegada de un sistema frontal frío provocará precipitaciones el día domingo 30 de abril. Luego, descenso de la temperatura. El martes 2 de mayo las temperaturas mínimas podrían llegar a 1° y 3°C en Buenos Aires.
A partir del domingo 30 se espera el pasaje de un sistema frontal frío y la probabilidad de precipitaciones. El sistema se desplazará rápidamente hacia el noreste provocando un mejoramiento de las condiciones climáticas durante la tarde del mismo día domingo.
Las temperaturas se mantendrán en leve ascenso hasta la llegada del frente frío, alcanzando valores máximos cercanos a los 28ºC. Durante el domingo, el desplazamiento de sur a norte del sistema frontal potenciará el ingreso de aire más frío y seco, llevando los registros máximos a valores entre 16 y 18°C. Las temperaturas mínimas se mantendrán entre 16 y 19°C en el inicio del periodo de pronóstico pero, una vez que la masa de aire frio entre a la zona GEA, experimentaran un descenso generalizado. Se espera que el martes 2 de mayo sea el día con las temperaturas mínimas más bajas de todo el periodo, con valores entre 1° y 3°C en Buenos Aires y levemente superiores en la zona norte del área GEA.
La circulación del viento se mantendrá del sector norte, con moderada intensidad, hasta que el sistema frontal frío se haya desplazado, luego rotará al sector sur acompañado por una intensificación de la velocidad que provocará condiciones ventosas que irán mermando de sur a norte hacia el lunes 1 de mayo.
Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo.
Solo en la franja este de la región se registró lluvia.
Los acumulados fueron inferiores a los 10 mm. Rosario y Santa Fe registraron 7,4 mm. Noetinger, en Córdoba, les sigue con 6,4 mm.
Las temperaturas semanales se ubicaron por encima de los valores normales estacionales, con valores máximos cercanos a los 28°C en la provincia de Córdoba. Los registros fueron inferiores a medida que nos desplazamos hacia Buenos Aires, donde los valores máximos alcanzaron los 25°C. El valor más elevado del periodo fue de 28.7°C en Idiazábal. Las temperaturas mínimas tuvieron una distribución geográfica similar a la de las máximas, ya que los valores más altos, entre 7 y 9°C, se midieron en Córdoba y en la zona oeste de Santa Fe, mientras que los valores más bajos, entre 5 y 7°C, se registraron en Buenos Aires y sur de Santa Fe. La marca extrema fue la de Chacabuco con 4.5°C.
Con este panorama, y debido a los escasos montos de lluvia recibidos, las reservas de agua se mantienen similares a las de la semana anterior. Se produjo una leve recarga en el este del área GEA provocando que la humedad del suelo pase de escasa a regular, mientras que en parte de Santa Fe y este de Buenos Aires persisten las condiciones de sequía. Como viene ocurriendo, solo en el oeste de la zona GEA se mantienen condiciones de regulares a adecuadas.
Con estas características en Santa Fe, Buenos Aires y este de Córdoba se requieren, en los próximos quince días, acumulados entre los 80 a 110 mm para alcanzar el estado óptimo de las reservas, mientras que en el oeste del área GEA estos valores se reducen a valores de hasta 80 mm.
Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco
En mayo se necesitaría el doble de lluvias para llegar a la fina con humedad adecuada
Abril concluye con un importante déficit respecto de los valores normales de precipitación. En los últimos siete días predominaron condiciones casi primaverales y un alto contenido de humedad en la atmósfera. Pero, más allá de bancos de niebla y neblina, las lluvias no llegan a la zona núcleo.
El comienzo de la última semana del mes se presentó inestable, pero eso no se capitalizó en aportes de agua significativos sobre la mayor parte de la región pampeana.
Acumulados de mejor volumen, entre 15 y 40 milímetros, se registraron en el NOA, noroeste de Santa Fe y extremo norte de la Mesopotamia, incluso con eventos puntuales que superaron los 60 milímetros. Sobre el centro del país, solo la franja este de la región núcleo superó la categoría de lloviznas con totales semanales que no llegaron a los 10 milímetros.
Las causas de la sequía que castigó las últimas dos campañas se acabaron a mediados de marzo con la neutralidad del Pacífico Ecuatorial Central. Fue el fin de la tercera Niña consecutiva, pero las consecuencias persisten.
A partir de ese momento se planteó como imprescindible que tanto abril como mayo sumaran, por lo menos, la provisión de agua media estadística de un año neutral para llegar a la fina con humedad adecuada en los perfiles.
Hasta el momento abril no ha cumplido con ese requerimiento. Faltando tres días para concluir el mes el agua recibida sobre la región pampeana apenas totaliza entre el 10 y el 40% de la normal. En el área más castigada de la zona núcleo, faltan hasta 100 milímetros para alcanzar el total histórico de 120, revelando la magnitud del déficit.
Los pronósticos de corto plazo prevén inestabilidad y lluvias para el último día del mes, pero los acumulados estimados distan mucho de los requeridos para cumplir con las estadísticas mensuales.
De concluir así, el déficit pluvial transferido a mayo requerirá que se dupliquen los valores, que estadísticamente recibe el mes, para cubrir las necesidades de los perfiles pre siembra.
La incertidumbre sobre como llegarán las reservas a la fina 2023/24 se hace más compleja si consideramos que en 40 de los últimos 60 años las precipitaciones de mayo fueron iguales o inferiores a la media y, dependiendo de la región, en pocas ocasiones se duplicaron esos guarismos.
De todos modos, los modelos predictivos indican un escenario de temperaturas más otoñales a partir de mayo, y un cambio de masa de aire que podría favorecer las precipitaciones. Sin condicionantes negativos de gran escala los mecanismos regionales, que son más difíciles de pronosticar, siempre pueden aumentar su aporte y plantear, por lo menos, una solución de compromiso al estado de las reservas de agua para las siembras.
Fuente: BCR