Los feedlots mejoran su rentabilidad, pero aún añoran sus mejores números

A partir de una salida anticipada de la hacienda debido a los efectos de la sequía, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. Paralelamente, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, según un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea.

El análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kg de maíz, con un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kg de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.


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Brecha. Garzón explicó que “la situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón.

Además, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mejoró.

En enero, se compraban 7,4 kg del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo.

Debajo. Pese este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kg promedio, en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó.

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón señaló que será fundamental que los precios de la hacienda, especialmente las categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó que “un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”.

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