Importancia de la calidad de reserva forrajera en el sistema ganadero

Para lograr una buena producción tanto de carne como de leche es necesario suministrar a los animales forrajes de alta calidad, en forma continua y acorde a sus necesidades. La alfalfa (Medicago sativa L.) es una leguminosa forrajera que se utiliza para aportar proteína, minerales y vitaminas al ganado. Además es una fuente importante de fibra efectiva que contribuye a la digestión en el rumen. Esta composición determina la calidad del forraje que, junto a la alta producción de MS por hectárea, hacen que la alfalfa sea una de las especies preferidas para producir forraje conservado, siendo el HENO el recurso más utilizado en la Argentina y en distintas partes del mundo. En los últimos años hemos observado que la calidad nutricional de este recurso en nuestra zona no se ha tenido en cuenta, dado que la mayoría del heno de alfalfa es evaluado por el productor en bases subjetivas (color, cantidad de hoja, apariencia, etc.) en cambio, actualmente el heno de alfalfa que entra en el comercio internacional se evalúa a través de pruebas de laboratorio. De allí que INTA recomienda la clasificación según su calidad propuestas por el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, 2003), adecuando los parámetros nutricionales a las características generales de la demanda mundial, sin dejar de considerar cada mercado local como se indica en la Tabla 1. (Urrets Zavalía et al., 2018)

En resumen se presenta una descripción de los parámetros usados para la categorización: Fibra Detergente Neutro (FDN, %): representa el total de componentes de la pared celular de las plantas, está asociado inversamente al potencial de consumo voluntario de ese forraje. Fibra Detergente Ácido (FDA, %): representa la parte indigestible de la pared celular compuesta por lignina, celulosa ligada a la lignina y otros componentes como sílice y cutina. El contenido de FDA está inversamente asociado a la digestibilidad. Valor Nutritivo Relativo del forraje (VNR): Conocido en inglés como RFV (Relative Feed Value), es una valoración que se basa en su digestibilidad y potencial de consumo. Se toma como referencia que un VNR=100 corresponde a un heno confeccionado en 100%.

 

Proteína Bruta (PB, %): Se basa en la estimación de la concentración de nitrógeno total en el forraje. Es el principal aporte nutricional de la alfalfa. Total de Nutrientes Digestibles (TND, %): es un parámetro indicativo de la suma total de nutrientes aprovechables por el animal. Cuando evaluamos estos parámetros con la madurez de la planta se concluye que al avanzar el estado fenológico se va bajando de categorías (Tabla 2) , indicando que cuando cortamos la planta temprano, capturamos mayor alimento de calidad, pero esto es a expensas del rendimiento total.

Si bien las estimaciones visuales pueden ayudar al coincidir con corte temprano observamos que varían considerablemente, siendo el aspecto del color el más engañoso. vimos henos de color verde brillante maduros con alta fibra, pero también henos descoloridos con excelente valor nutricional por eso aconsejamos los análisis de calidad. La EEA San Luis cuenta con Laboratorio Análisis de Alimentos para Rumiantes -LAAR. Culturalmente, la henificación de alfalfa en la Argentina se realiza con una humedad (H°) que muchas veces supera los 20 puntos (20%) para evitar la pérdida de la hoja en la planta post corte, y en casi todos los casos no se mide este parámetro al momento de la confección ni en la guarda. Esto provoca pérdida en la calidad posterior (al momento del consumo) debido a que se activan procesos químicos que oxidan el material con la consecuente caída de categoría desde superior hacia tercera.


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Reserva de alfalfa (Heno) con medición de humedad (% H)

Para obtener heno de alta calidad, además de humedad deben tenerse en cuenta factores como:

✔ Elección de un correcto cultivar para el ambiente en cuestión (genética);

✔ Cuidados sanitarios del cultivo (monitoreo y aplicaciones);

✔ Momento del corte (no superar el 30% de floración dependiendo de la genética utilizada).

El ensayo de calidad de INTA y ALFAZAL

El impacto del valor alimenticio y márgenes económicos de una adecuada henificación y conservación de alfalfa sobre la productividad en ganado bovino de carne, se evidencia en el ensayo realizado en la EEA San Luis junto a Alfazal, donde se realizó la recría a corral en base a heno de alfalfa de buena calidad (Superior, Premium y Primera) y menor calidad (Segunda y Tercera).

En la Tabla 3 a continuación se muestran valores medios de calidad nutricional de los henos que conformaron los tratamientos y requerimiento animal evaluado obtenidos de henos que integraron los tratamientos, junto a los requerimientos del animal.

Tabla 3: Valores medios determinados por NIRS del heno suministrado y requerimientos animal en relación a la categoría para una ganancia de 700 gr (NRC, 2016)

Los resultados Como ya dijimos, el tratamiento M fue levemente mayor que en el tratamiento B. Si consideramos que el CMS promedio del animal fue de 6,22 kg MS/animal/día en el tratamiento B y en el tratamiento M fue de 6,65 Kg MS/animal/día a lo largo del ensayo incluyendo la adaptación (150 días). El total es de 933 kg MS y 997,5 kg MS respectivamente; es decir el consumo total del tratamiento M fue superior en 64,5 kg MS. Si a la MS la llevamos a la humedad del heno comercial (17%), los kg heno de alfalfa en tratamiento M superaron al B en 75 kg de heno aproximadamente, lo que en valores sería: US $10,1 más en M que en B. La eficiencia de conversión en Kg MS consumido por kg PV transformado es de 8,44 en tratamiento M vs 6,42 en tratamiento B por lo que la diferencia en US$ por kg producido es de: US $0,27 /kg PV producido. El peso vivo final del animal al final del ensayo fue de 312,72 kg en el tratamiento B (10% más) y 282,53, es decir que la diferencia en kg (30,19 kg Pv) se traduce en US $72,45 a favor del tratamiento B. En síntesis, con el menor CMS, mejor EC y mayor PV final, se podría concluir que el “novillito” que se alimentó con el heno del tratamiento B tiene una ventaja económica de US $82,55 total por animal sobre el tratamiento M. En conclusión, se evidenció en el ensayo el impacto en la respuesta animal de la calidad de las alfalfas, como también la ventaja intrínseca de aprovechar la alta eficiencia que tienen los animales jóvenes para convertirla en ganancia de peso (GDP). Si consideramos que podemos reducir la variabilidad e impredecibilidad en condiciones de pastoreo de la etapa de recría y reducir la etapa de engorde (más ineficiente por cantidades de alimentos concentrados y altos costos de mantenimiento y conversión, no competencia con alimento para humanos, etc.), podríamos decir que el uso de la confección de reservas de alta calidad de alfalfa en esta etapa de la cadena de la carne es un “ganar – ganar”. Para ello es clave la calidad y el buen manejo de las mismas, considerando como desafío disminuir la variabilidad de FDN y la valorización del rendimiento de nutrientes por hectárea en la elección de variedades de alfalfa.

Fuente: INTA por María Laura Guzmán

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