Estado de situación en la Cuenca del Salado

Alternativas de manejo ante la falta de precipitaciones
Equipó Técnico de INTA EEA Cuenca del Salado

La región central de la Provincia de Buenos Aires viene atravesando un período de sequía que se ha acentuado durante el invierno e inicio de la primavera, afectando la disponibilidad de forraje y el estado corporal (EC) de la hacienda en distinta magnitud.

Situación de las pariciones

Las recorridas a campo permiten confirmar que durante el invierno que termina las pariciones se desarrollaron sin inconvenientes. El EC alcanzado durante el otoño se mantuvo en algunos casos a lo largo del invierno, comenzando a verse afectado negativamente hacia fines de agosto en aquellos campos con altas cargas. A diferencia de otros años, no se registraron eventos de exceso hídricos que afectasen los índices de
supervivencia de los terneros, pero si una gran cantidad de eventos de
fuertes heladas durante la parición, que persisten aun al inicio de la primavera. Desde el punto de vista metabólico, no se registró un incremento, con respecto a otros años, de consultas por sinología compatible con hipomagnesemia.

Actualmente los rodeos se encuentran con un 70 a 90 % de las vacas paridas. En consecuencia, en estos momentos nos encontramos en el momento de mayores requerimientos del rodeo, dado que las madres se encuentran en lactancia y pre-servicio o inicio de servicio (según sean servicios de noviembre a enero o de octubre a diciembre).

Situación del estado corporal de las vacas

El monitoreo de EC que se realiza en forma sistemática en campos pertenecientes a grupos Cambio Rural y CREA en los partidos de Magdalena, Punta Indio, Chascomús, Gral. Belgrano, Lezama, Pila, Ayacucho, Saladillo, Gral. Alvear y Las Flores, muestra que hacia fines de septiembre los rodeos se encontraban en promedio en una condición cercana a 2,8 (escala de 1 al 5), mostrando un 42 % de los animales por debajo de ese valor, situación poco favorable en vistas del nuevo servicio.

Situación del recurso forrajero, agua del suelo y pronósticos

Las bajas temperaturas invernales (inferiores al promedio histórico) sumado a la escasez de lluvia, generaron condiciones desfavorables para el crecimiento del forraje invernal y están complicando severamente el crecimiento vegetal de primavera. El menor crecimiento del forraje se manifestó de forma diferente dentro de la Pampa Deprimida, con un foco de muy bajo crecimiento en el norte de la región principalmente (Magdalena – Punta Indio) y en la franja central en menor medida, obteniendo valores de anomalía de índice verde normalizado (IVN) muy negativos en estos lugares. Como muestra el mapa IVN.

Por otra parte, la reserva de agua del suelo disponible para mantener el crecimiento de pastizales y pasturas o implantar cultivos/verdeos se ha visto disminuida también fuertemente en las últimas semanas por la falta de precipitaciones y una elevada demanda evapotranspirativa vinculada a las temperaturas y muchos días con vientos intensos

Esta situación ha determinado una menor acumulación de forraje de alrededor de 30 % por debajo del promedio histórico para los últimos 12 meses trascurridos y el pronóstico para lo que resta de esta primavera indica valores que continuarían por debajo del promedio histórico.


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Capacidad de respuesta de acuerdo al estado de situación

En función de la baja tasa de crecimiento y de las diferencias en la asignación de la carga en los campos y el manejo del pastoreo podemos encontrar distintas situaciones que tendrán distinta capacidad de respuesta ante una mejora en la disponibilidad hídrica.

En los meses venideros los campos deben recomponer su disponibilidad de forraje, siendo especialmente importante no solo la cantidad sino la calidad para afrontar adecuadamente la lactancia de los terneros y posteriormente el nuevo servicio. Siendo que la disponibilidad forrajera actual está por debajo de lo esperado, resulta fundamental realizar un análisis de situación de cada campo en particular, realizando una estimación o cuantificación de nuestros recursos disponibles y compararla con la demanda de nuestros rodeos. Es el momento de realizar un balance forrajero y ver si la situación forrajera será la adecuada para afrontar el servicio en las zonas más afectadas.

Que herramientas tenemos para afrontar el próximo servicio

  • Clasificar la oferta de forraje presente caracterizando cada uno de los potreros y establecer un orden en función de cantidad y calidad de forraje.
  • Clasificar la demanda de forraje caracterizando el EC de las madres, registrando qué proporción del rodeo se encuentra por debajo del EC 3 (punto crítico en escala 1:5 para lograr buenas preñeces). Identificar y armar grupos de acuerdo al EC para realizar un manejo nutricional diferenciado. Lotes EC ≥ 3 adelantar el servicio para preñar las vacas si el forraje se está acabando. Lotes EC ≤ 3 evaluar alternativas para mejorar EC y estimular ciclicidad.
  • Realizar un ajuste de carga. Este ajuste puede producirse actuando sobre la demanda de forraje, modificando el número de animales, o reduciendo sus requerimientos.
  • Reasignar el número y categoría de animales en función de los requerimientos y de la aptitud de cada potrero.
  • Si armó lotes por condición corporal debo definir a que grupo priorizo para usar los potreros con más disponibilidad (Opción 1: a las madres en mejor estado para que lo mantengan; Opción 2: a las madres en estado intermedio para que lo mejoren).
  • Vender animales improductivos.
  • Destetar en forma anticipada, aspecto que reducirá los requerimientos de las vacas al reducir la duración de la lactancia. Existen distintas estrategias, pudiendo considerarse desde el destete total hasta el uso de destetadores. En este punto una alternativa que surge a partir del uso de ecógrafos, es realizar un diagnóstico para detectar actividad ovárica a mediados de diciembre, seleccionando para destetar sólo las vacas que no manifiestan actividad. De este modo se reduce el número de animales destetados y su consecuente costo
  • Reevaluar la fecha de servicio: si la mayor parte del rodeo todavía presenta EC cercano a 3, podría considerarse iniciar el servicio temprano (dentro del mes de octubre si habitualmente lo hace en noviembre) de modo de aprovechar el buen estado y la manifestación de celo de las vacas cabeza de parición.
  • Incrementar la frecuencia de recorrida durante los servicios evaluando la actividad sexual del rodeo.
  • Asegurar un adecuado nivel sanitario del rodeo, la presencia de parásitos externos (piojos y sarna), como así también los parásitos internos en especial los gastrointestinales afectan notoriamente el EC, teniendo repercusión en la manifestación de los celos y el % de preñez.
  • Considerar la compra de alimento teniendo en cuenta que la calidad y cantidad del mismo condicionará la respuesta esperada. A su vez, la ración deberá variar en base a la disponibilidad forrajera. Por otro lado, los requerimientos energéticos varían por evolución del estado fisiológico, producción de leche o avance de la preñez. En orden de prioridad debería considerarse: vacas de primera parición, vacas multíparas y por último las vaquillonas de reposición. Es importante realizar una adaptación progresiva a la nueva dieta, para evitar trastornos digestivos. Ante cualquier duda, consultar a un profesional de confianza.
  • Para el caso de los campos naturales lo poco que está creciendo son ambientes de lomas y medias lomas, con festucas naturalizadas, aprovechar estos recursos siempre monitoreando la eventual aparición de síntomas de festucosis ante los cuales procurar rotar con potreros sin festuca tóxica. Si es posible descansar ambientes de bajos que serán los que acumularán más humedad en caso de registrarse alguna precipitación y además tienen dominancia pág. 8 de 8 de especies de verano que pueden generarnos alimento de calidad para el parte del servicio.
  • En el caso de las pasturas, si tenemos alfalfa, podemos pensar que, si bien su productividad estará disminuida, no será tan afectada por la sequía como las otras especies por lo cual será un recurso sumamente importante a manejar en forma racional y estratégica, quizá con recría o quizá con vacas en servicio.
  • Para el resto de los pastizales y pasturas idealmente racionar su utilización de manera de que al menos cada día la hacienda tenga acceso a un poco de forraje. Castigar solo lotes que ya venían degradados (rastrojos, pasturas degradadas, pastizales menos productivos).
  • En caso de recomponerse el régimen de precipitaciones puede evaluarse la siembra de verdeos de verano (sorgo o maíz) con el objetivo de lograr forraje para el final de servicio. De acuerdo a los pronósticos de bajas precipitaciones y elevadas temperaturas el sorgo aparece con una opción menos riesgosa.
  • Sea sorgo o maíz se piensa en planteos defensivos, de baja densidad para evitar competencia entre plantas, estrechando hileras para lograr una más rápida cobertura del suelo. Si la situación mejora también se puede pensar en cultivos para generar reservas como silajes/diferidos/rollos, en siembras ya más tardías de diciembre donde aparentemente el efecto niña iría atenuándose.

Fuente: INTA

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