Le sucedió a Cristian Crespi, pequeño productor de Bernardo de Irigoyen, Departamento San Jerónimo en el centro-sur de Santa Fe, en un lote de maíz que estaba a punto de cosechar.
Fue el jueves pasado por la tarde, pero el hecho se conoció en las últimas horas. Su suegro le avisó que se le estaba incendiando el maíz en pie que tenía para cosechar y luego pagar el alquiler del campo donde produce.
Está seguro que el fuego fue provocado. “No sé si me están espiando, pero el fuego fue intencional, no es que tiran un fósforo o un cigarrillo sin saber. Somos varios los productores a los que nos ha pasado. Tenemos la suerte que alcanzamos ver los campos desde el pueblo. Llamamos a la policía local y movimos los Pumas (el nombre de la patrulla rural de Santa Fe), pero aun así es difícil pescarlos”, le dijo Crespi al diario La Nación.
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“Yuyo”, como le dicen los amigos, explicó que, del lote de seis hectáreas, ubicado a 3 kilómetros del pueblo, se quemó en un 80%, aproximadamente. “Íbamos a tomar la humedad para probar trillar el miércoles o jueves. Yo vivo en el pueblo con mi familia y esta es la tercera vez que me pasa a mí, y a otros 6 o 7 agricultores de la zona”, explicó.
Al ver que el maíz se prendía fuego, varios productores amigos suyos acudieron a ayudarlo, con lo que podían, mientras llegaban los bomberos desde las localidades de Gálvez y Barrancas, ambas ubicadas a 20 km de Bernardo de Irigoyen.
“El fuego lo apagamos entre vecinos, amigos y los bomberos. Estuvimos todos con baldes, bolsas y ramas intentando disminuirlo enseguida. No tenemos bomberos locales, están a 20 kilómetros y los que tienen que llegar acá son los de Barrancas”, consignó.
Si bien no hizo todas las cuentas del daño económico, las pérdidas ya se estiman en $1,5 M. “Los gastos siguen y siguen porque tuve que contratar gente para levantar el maíz que se podía rescatar y sigo generando gastos, porque encima no pude levantar todo”, dijo.
A Crespi le preocupa la seguridad de su familia porque esto ya le ocurrió otras veces. Desde que en la zona comenzaron a registrarse más casos de incendios de campos, la policía santafesina se puso en alerta y, comentó Crespi.
Devaluación ética. Pero reconoció que “es difícil trabajar así. No podemos echarle la culpa a nadie. Hoy, por ejemplo, paré, pero mañana tengo que seguir juntando el maíz del suelo para que no sea una pérdida total”, explicó.
Al igual que en los anteriores incendios, Crespi hizo la denuncia en la policía local, pero “hasta ahora no han tenido suerte” de atrapar a los responsables. Después de conocerse el siniestro, las autoridades locales y el intendente de Bernardo de Irigoyen, Jorge Carcavilla, se pusieron en contacto con él para solidarizarse por la situación. “Está al tanto de todo esto y se está moviendo también”, afirmó.

El viento que se registraba en el momento del hecho provocó que el fuego avanzara en pocos minutos sobre el lote. “Esto me da miedo por la familia, por mis hijos. Me angustia”, dijo y agregó: “Sé que tengo que descubrir quién es, porque me da miedo que ataquen a las criaturas, hay que afrontar las cosas”.
Crespi, quien también hace ganadería, resaltó que cuando se encontró con el campo en llamas, después de la llamada de su suegro lo único que sintió fue “impotencia y tristeza”.
“Después de apagarlo y al ver el otro día las espigas sentí eso, porque estuvimos toda la noche levantando maíz. No se gana nada con prender fuego. Esto es desprecio a la producción. Estamos devaluados en lo económico y en la ética”, se lamentó.