Por las retenciones y la brecha cambiaria, el productor argentino cobra menos de la mitad de los precios internacionales de soja y maíz

Así surge de un informe de la consultora AZ-Group que determina que los agricultores argentinos se quedan solo con 39% y 47%, respectivamente, de lo que valen la oleaginosa y el cereal en el mercado de Chicago. El trabajo fue realizado por los analistas Javier Roca y Santiago Tiscornia, sobre la base de los precios del miércoles 27 de abril.

“Cuando un productor norteamericano entrega 100 toneladas de soja al acopio cercano cobra 63.400 dólares. La cuenta no es muy distinta para los productores uruguayos, donde las cotizaciones son muy similares a las del mercado de Chicago. En cambio, la misma operación, en la Argentina, da una suma equivalente a 24.780 dólares, es decir, el 39% de lo que le correspondería cobrar de acuerdo a la cotización internacional”, explicaron los analistas.


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Considerando la cotización del miércoles pasado, de US$ 634 por tonelada en la Bolsa de Chicago, mientras el productor de EE.UU. cobra el precio internacional “en la Argentina le pagan $51.000 por tonelada, equivalentes a US$247 MEP”.

Por otra parte, Roca y Tiscornia destacan que “los 445 dólares oficiales por tonelada que figuran en las pantallas (en el mercado local) se reducen a poco más de la mitad cuando se transforman en dólares reales”, en referencia al MEP (Mercado Electrónico de Pases – dólar bolsa).

Los especialistas también abordaron el caso del cultivo de maíz donde se repite el desfase de precios entre los agricultores argentinos y los de otras latitudes. “El ‘farmer’ (productor estadounidense) cobra US$321 por tonelada, mientras que al argentino le pagan 31.000 pesos, que equivalen a US$151 MEP, es decir el 47% del precio internacional”, precisaron los analistas.

Respecto del maíz, analizaron los ingresos, costos y márgenes netos del cultivo en la campaña pasada respecto de 2022/23, en campo alquilado, en la zona agrícola núcleo y siempre en dólares oficiales, con el actual esquema de derechos de exportación.

Así, de un ingreso de US$1.895 por ha en 2021/2022 podrían pasar a ganar US$2.101 para la próxima campaña 2022/2023. El costo con el alquiler, pasaría de US$1.605 por ha a US$1.773 por ha. En tanto, el margen bruto proyectado sube de US$290 a 328 por ha.

Sin renta inesperada

Según Roca y Tiscornia “estos márgenes coinciden con los de la serie histórica para el cultivo”, con lo cual no hay “renta inesperada” como supone el Gobierno. Además, aclararon que “a estos resultados todavía se les deben restar otros costos, como el impuesto a las Ganancias, tributos provinciales y municipales, entre otros ítems”.

Además, indicaron que, por la suba de los costos de los insumos, como los fertilizantes, gran parte del resultado del actual ciclo se deberá utilizar para afrontar esos gastos en el ciclo agrícola siguiente.

Al respecto, ejemplificaron que una ha de maíz en la zona núcleo, en la campaña que está finalizando, habría generado US$290, mientras que en la próxima campaña se necesitarán US$168 más por ha de inversión, con lo cual “el resultado que le queda al productor para pagar impuestos, estructura y lograr beneficios netos se reduce, finalmente, de 290 a 122 dólares por hectárea”.

Respecto del trigo, mientras el productor de EE.UU. “cobra US$396 por tonelada, el argentino recibe $42.900 equivalentes a US$207 MEP, 52% del valor de Chicago”.

En este cereal, además de las retenciones del 12% y la brecha cambiaria influyen, entre otros factores, las intervenciones del Gobierno con los “volúmenes de equilibrio”, que los exportadores no pueden superar en las ventas al exterior.

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