Uno de los mayores impactos en la economía global producto de la guerra entre Rusia y Ucrania se da en el mercado del petróleo.
El dato que surge del relevamiento que oportunamente hicieron los economistas Guido D’Angelo y Emilce Terré de la entidad rosarina, donde se tomó como referencia una superficie sembrada total de poco más de 37 millones de hectáreas. La producción de soja consume cerca del 45% de este total, mientras que maíz y trigo insumen el 20% y 17%, respectivamente.
Otro de los sectores que también impulsa fuerte la demanda de combustible es el transporte de granos. Entre fletes hacia acopios, fábricas y puertos, y teniendo en cuenta las proporciones de transporte en camión y tren, se estima un consumo de gasoil en torno a los 1.130 millones de litros.
Mas allá de los datos estadísticos, el impacto de la guerra y los aumentos de precio en el gasoil lo tendrán que afrontar los productores y parte de la cadena agroindustrial. Según explicó D’Angelo a Ámbito, el impacto en el negocio será parcial y aplicará sobre el consumo de gasoil en las labores y el transporte de la cosecha gruesa, que está recién iniciada en muchos cultivos. Sólo en girasol hay un avance considerable, con el 38% del área cosechada, ya que la campaña comenzó en el mes de enero”.
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En cuanto a la campaña gruesa, “el nuevo año comercial del maíz acaba de iniciar, y la soja está recién siendo cosechada en sus primeros lotes, con su campaña iniciando en abril de este año”.
El analista explicó además que “de acuerdo con nuestras estimaciones de área sembrada y producción, en conjunto con nuestra matriz de consumo, las cadenas granarias todavía tienen que consumir cerca de 310 millones de litros para las cosechas que faltan, y 876 millones de litros para transportarlas, dándonos un total de más de 1.186 millones de litros de demanda que todavía no se materializó”.
Finalmente, el impacto económico en el negocio agrícola será marcado y se suma a los que tendrá el productor con la compra del resto de los insumos necesarios que también tienen vinculación con el gas o el petróleo.
Fuente: Dpto Estudios Económicos BCR
