Volatilidad de precios e incertidumbre en el suministro de fertilizantes, consecuencias de la invasión rusa a Ucrania para la agricultura argentina

La guerra entre Rusia y Ucrania tiene varias consecuencias para la economía argentina. A priori se configura un buen escenario de corto plazo para los precios de los granos, pero al mismo tiempo se genera un alto nivel de incertidumbre para el mediano.

El aumento de cotizaciones ocurrida por la probable interrupción o reducción de exportaciones de granos y aceites provenientes de los países del Mar Negro fue magnificado en algunos casos y es difícil que se sostenga si el conflicto tiene un desenlace rápido.

Además, considerando los precios actuales, es difícil que Argentina se posicione como ganador porque han subido los costos de transacción en todo el mundo y, sobre todo, los precios de las “commodities” energéticas, que el país importa en gran medida, lo que resentirá las cuentas públicas.

El trigo es el principal producto afectado por la guerra entre Rusia y Ucrania. Aumentó 41% en el mercado de Chicago, hasta el 2 de marzo, y subió 36% en el Matba-Rofex. El segundo producto de mayor incremento en su precio fue el maíz, con alzas de 21 y 35%, respectivamente.


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En los últimos días subió también la soja, motorizada por las compras chinas. Demanda activa y un escenario de menor oferta por la sequía en los países del Mercosur, provocaron aumentos del 23% en Chicago y del 39% en la plaza argentina

La campaña agrícola 2022/23 en EE. UU., que comienza en el otoño argentino, puede complicarse por la disponibilidad de fertilizantes para maíz. Si se mantuviera ese escenario, puede esperarse un corrimiento de superficie del cereal hacia la soja.

En tanto, en la campaña sudamericana, el gran interrogante es cuánta soja podrá sembrar Brasil, si se sigue complicando la disponibilidad de fertilizantes, un insumo clave para los agricultores de ese país.

Sucede que el 25% del fertilizante compuesto por nitrógeno, fósforo y potasio se importaba de Rusia, lo que genera dudas sobre la disponibilidad de este producto para la campaña que comienza en la primavera de Sudamérica.

Ante este escenario de altísima volatilidad e incertidumbre, los analistas de mercado recomiendan a los productores argentinos que tomen sus decisiones comerciales contemplando un alto nivel de flexibilidad y utilizando las herramientas de cobertura de precios.

 

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