Así surge de un informe elaborado por la Fundación Apertura, de Rosario, Santa Fe, que analizó el impacto de las retenciones, “un sobreimpuesto que pagan los productores agropecuarios de la región pampeana fundamentalmente”, que en 2020 representó una transferencia de US$7.500 millones de la actividad agroindustrial al fisco.
La entidad señaló que “crecer un 3% anual es más del crecimiento promedio de nuestro país de los últimos 50 años”, al tiempo que -sin derechos de exportación (retenciones)- “podría producirse un crecimiento adicional de la producción primaria del 30%, que empujaría en forma inmediata al resto de los eslabones del complejo agroindustrial que tiene capacidad instalada disponible ociosa e impactaría en un crecimiento de 7,5% el PBI.
El estudio hizo dos estimaciones: una con un salto de 20% anual de la producción agroindustrial, que impactaría en un crecimiento de 5% en el PBI, y otra con un incremento de 12% anual, que implicaría un crecimiento de 3% en el PBI. Para la Fundación Apertura, “algunas estimaciones calculan que las retenciones están generando una caída anual de la actividad económica de las provincias de la Región Centro (Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba), de un 20%, que está afectando en forma integral y muy fuerte al interior de la actividad”, precisó.
Para la provincia de Santa Fe, en 2020, “se estima que esta exacción implicó unos US$2.250 millones, que al cambio promedio son $300.000 millones”. Estimando un efecto multiplicador sobre la actividad económica de 5 veces, esto generaría un aumento del 37% en el Producto Bruto Geográfico (PBG)de Santa Fe”, remarcó el documento.
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La Fundación Apertura analizó el costo de los alimentos en países vecinos que son fuertes exportadores agroalimentarios, como Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay. “Vemos que, en estos países, el productor recibe el precio pleno sin retenciones, con libre cambio de divisas y, sin embargo, los alimentos son en muchos casos más baratos que en la Argentina. Por eso está claro que, si queremos liberar al agro de las retenciones, el impacto en los alimentos sería mínimo, y sin dudas si se baja la presión fiscal (combinada) el impacto sería nulo”, afirmó el documento.
El estudio explicó que la ganancia “anual del negocio agrícola es baja en todo el mundo”, comparado con la rentabilidad promedio del sector industrial y de servicios”, a tal punto que “en Europa y Japón, para asegurar la soberanía alimentaria se subsidia fuertemente a sus productores agropecuarios. Pero en la Argentina el efecto de las retenciones y tipo de cambio intervenido hace que la rentabilidad agrícola, real (ajustada por el clima) este cerca del quebranto”.
En esta línea, el informe destaca que según los datos del INDEC, “entre los dos últimos censos agropecuarios se perdió el 29% de las empresas de la actividad, siendo el sector económico que más se achicó en estos últimos 20 años”.
La fundación detalló cómo compensar la recaudación por derechos de exportación para el caso que se decidiera quitarlos. “El crecimiento del PBI por un aumento de la actividad económica de un 3% adicional generaría un aumento de recaudación de 1% del PBI, la eliminación de las retenciones hará subir la ganancia del agro y la recaudación del impuesto a las ganancias aumentaría un 30% del monto de las retenciones estimadas. Además, con alrededor de 2.500.000 de empleos que genera el sector agroindustrial, si la producción aumenta un 30%, el incremento teórico directo sería de 750.000 empleos, que permitiría un ahorro en planes sociales de alrededor de $60.000 a $80.000 millones”.