La política a contramano del pueblo

El 14 de noviembre la gente demostró con su voto la necesidad de que sus problemas se solucionen. Pero apenas unos días después, la clase política, oficialismo y oposición ya se volcó a las internas presidenciales de 2023.

Los resultados de las elecciones muestran que, para seguir adelante, el Gobierno no tiene posibilidades de imponer su posición sin acuerdos. A la oposición le pasa lo mismo. Ambos necesitan acordar y dialogar.

Para muchísima gente fue inconcebible la celebración de la dura derrota oficialista en el acto por el Día de la Militancia en Plaza de Mayo. Y también resulta difícil de entender la interna de Cambiemos luego de haber conseguido una marcada victoria.

Patricia Bullrich planteó una fuerte ofensiva después de las elecciones y atribuyó la culpa Rodríguez Larreta por los resultados “debajo de las expectativas” logrados Vidal en la ciudad de Buenos Aires.  En el radicalismo también surgieron conflictos. Emiliano Yacobitti, diputado nosiglista inició la disputa por la conducción del bloque, con el trasfondo de la pelea por la presidencia del comité nacional de la UCR.


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Por el lado del oficialismo, el planteo de los intendentes bonaerenses por la reelección indefinida que el presidente y Kicillof avalan, tampoco muestra que los políticos hayan escuchado el mensaje de las urnas. Esta medida lograda por María Eugenia Vidal durante su mandato fue en respuesta a una demanda ciudadana.

Otros hechos también exponen el divorcio de los políticos con la gente. Dos casos de inseguridad, el asesinato de Lucas González por el accionar de dos policías en la ciudad de Buenos Aires y la muerte del kioskero Roberto Sabo en Ramos Mejía o de Joel Sánchez, un panadero de José C. Paz, sirvieron para que toda la clase política, de uno u otro lado se pasaran las culpas por las tragedias.

El gobierno se pronunció sobre la necesidad de acordar con el FMI y para esto prometió un plan plurianual que ya estaba en marcha y pidió el apoyo de la oposición. Pero el plan anunciado es por el momento un boceto y falta mucho para su conformación final. Mientras el diálogo necesario con la oposición que anunció el Presidente tampoco tuvo avances.

Dentro del oficialismo las diferencias son cada vez más notorias. La Cámpora no quiso compartir la Plaza de Mayo con otros sectores del partido y por eso llegó tarde al acto. Máximo Kirchner no compartió la postura del Presidente de celebrar la derrota como tampoco comparte proyectos a futuro.

Mientras tanto toda la dirigencia política se niega a resolver los temas esenciales para mejorar la vida de los argentinos, lo único que la ciudadanía espera.

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