Las restricciones a la importación generan escasez de agroquímicos

Las demoras en las aprobaciones para liberar embarques de agroquímicos y los problemas para acceder a los dólares han generado gran preocupación en el mercado.

Gran cantidad de embarques están detenidos en el puerto porque el Gobierno no autoriza su liberación amparándose en las licencias no automáticas, a pesar de que las importaciones no están prohibidas.

El Banco Central complejizó el acceso a dólares oficiales para importación a empresas que tienen cuentas declaradas en el exterior y muchas compañías de agroquímicos tuvieron que parar sus ventas. Pero desde el Banco Central y de la Dirección General de Aduanas la información que brindan es que no hay ningún tipo de inconvenientes ni mercadería detenida.

Las compañías no pueden hacer frente a sus compromisos con los productores. Algunos productos necesarios, como herbicidas preemergentes de soja, ya no están en stock. Como su aplicación solo debe ser realizada en períodos muy acotados desde la fecha de siembra, se perdería el año productivo.


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Hay una gran incertidumbre sobre cómo manejarse por la falta de reglas de juego claras o patrones de trabajo. Algunas empresas manifestaron que no hubo permisos durante junio y julio y en agosto hubo unos pocos concedidos. Otras compañías dicen haber tenido menos suerte y no haber conseguido nada en el mes de agosto.

Desde el gobierno no hay un interlocutor que dé una respuesta sobre las liberaciones de embarques. Estas se hacen sin orden de prioridad y sin tener en cuenta las necesidades del mercado. Además, los tiempos se han ido alargando. Inicialmente había una demora de 30 días, que pasaron a 60. Ahora se llegaron a los 90 días sin novedades, según fuentes del sector.

En el sector ya se han empezado a dar de baja algunos pedidos de clientes, sólo estaría disponible la materia prima que se realiza en el país.

Hay mayor dificultad en conseguir productos formulados importados. Entre los que están detenidos en la aduana y no se liberan, están el mesulfuron, paraquat, glifosato, clearsol, fluorocloridona, sulfentrazone y bromoxinil, entre otros.

Esta situación genera un problema con los proveedores extranjeros que financian las operaciones, lo que podría provocar la caída de las líneas de crédito, sino hay una señal de pago de los importadores.

Desde el sector esperan un escenario peor para el próximo año.

 

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