Rendimiento de maíz en tres densidades de siembra

Resultados de los ensayos realizados en la Unidad Demostrativa Agrícola de INTA San Antonio de Areco.

El cultivo de maíz es un pilar fundamental en la sustentabilidad del sistema agrícola, ya que la incorporación de la gramínea en la rotación de cultivos mejora los parámetros físicos, químicos y biológicos del suelo. Además, aporta al control de malezas ya que se requieren otros productos como los fitosanitarios utilizados en las leguminosas como la soja. A nivel empresarial, representa un enorme desafío debido a la inversión que requiere la implantación. La elección de la densidad de siembra constituye un elemento del manejo que incide en el rendimiento final. El maíz es un clásico ejemplo de un cultivo en el que el rendimiento en grano es máximo a un nivel de población definido (Fery y Janick, 1971). En esto se diferencia de otros cultivos (como el trigo, la soja o el girasol) que tienen una mayor capacidad de ajuste ante variaciones de la densidad. En densidades bajas de siembras de maíz, la reducción de la distancia entre surcos contribuye a asegurar una mayor cobertura durante la floración. Sin embargo, en los planteos bien manejados y con las densidades correctas, se alcanzan las coberturas necesarias para una máxima intercepción de luz. Para ello, las ventajas en reducir la distancia entre surcos resultan generalmente de reducida magnitud (Cirilo, A. 2004). El objetivo de este trabajo es conocer el comportamiento de los híbridos actuales a diferentes densidades de siembra en el área de influencia de la localidad de San Antonio de Areco, en el norte de la provincia de Buenos Aires.

Materiales y métodos

Los experimentos se llevaron a cabo en la Unidad Demostrativa de la Agencia de Extensión Rural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la localidad de San Antonio de Areco.

Monitoreos y evaluaciones realizadas

Análisis y muestra de suelos


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Información meteorológica

En la Tabla 3 se presentan las plantas por hectáreas logradas, espigas por hectárea, espigas por planta y granos por espiga.

En la Tabla 4 se presenta el porcentaje de intercepción de la radiación, el peso hectolitrico, peso de mil granos y el rendimiento.

En el Gráfico 2 se presentan los rendimientos.

Consideraciones finales

Las precipitaciones durante el ciclo de crecimiento del cultivo fueron de 443 mm, por debajo del promedio histórico (1982-2019) ubicado en 701 mm, lo que evidencia que la oferta hídrica fue considerablemente menor. La distribución de las precipitaciones fue irregulares, adecuadas en el mes octubre para el establecimiento del cultivo, y menor en noviembre y diciembre. Durante enero, la recuperación de las lluvias posibilitó que la etapa de llenado de grano se transite de manera normal, con nuevas disminuciones en febrero. Este nivel hídrico menor a los valores históricos no tuvo un impacto directo en el rendimiento promedio que fue de 7870 kg/ha, seguramente por las oportunas precipitaciones en enero. La mayoría de los híbridos mostró un muy buen comportamiento productivo en las tres densidades de siembras planteadas evidenciando su plasticidad ante diversas condiciones de manejo. El híbrido KM 3821 tuvo un adecuado rendimiento en la densidad más baja y en la intermedia aunque menor en la más alta; mientras que los híbridos KM 4480 y KM 4580 tuvieron menores niveles de rendimiento ante aumentos de la densidad de siembra. En estos últimos materiales es más necesario conocer las densidades óptimas de manejo para alcanzar adecuados niveles de producción. Si bien es una experiencia de un sólo año, y muy puntual, se observa que el continuo desarrollo genético y de adaptación de materiales comerciales a distintos manejo de densidades pueden mejorar la producción de un cultivo clave para la intensificación sustentable como es el maíz.

 

Fuente: INTA por Fernando Ariel Jecke, Fernando Jorge Mousegne, Esteban Robredo

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