Evaluación de variedades comerciales de Rigrás Anual

El raigrás anual es el verdeo más utilizado actualmente en Cuenca del Salado, desplazando desde hace algunos años a la avena, que era el tradicional cultivo invernal de la zona. Cuenta con una amplia gama de materiales genéticos que se encuentran en el mercado y que se renuevan permanentemente, lo que obliga a los técnicos e investigadores a probarlos para brindar información al productor sobre su comportamiento zonal. Por ello, desde hace más de 20 años, la Chacra Experimental Integrada Chascomús (INTA-MDA) realiza ensayos, tanto a campo como en parcelas experimentales, de los cultivares liberados al mercado, y forma parte de las redes de ensayos a nivel nacional coordinadas por INTA y la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales (CSBC).

Dentro de las grandes diferencias a la hora de elegir una variedad de raigrás anual está la ploidía, que es la cantidad de juegos completos de cromosomas. Naturalmente el raigrás anual es diplode 2n (dos juegos de cromosomas), pero desde hace más de una década prosperaron los materiales tetraploides 4n (cuatro juegos de cromosomas). Estas diferencias numéricas en cuanto a cantidad de cromosomas hacen que sean morfológicamente distintos y que también su comportamiento sea distinto dependiendo de las condiciones del ambiente (clima, suelo, fertilización). Los diploides generalmente son más rústicos, en cambio los tetraploides son más sensibles pero presentan mayor potencial en ambientes sin limitantes.

A continuación, se presenta una recopilación de ensayos comparativos de rendimiento de los últimos 10 años de evaluación, como fuente de información para contribuir a la elección de materiales adecuados para aquellos productores que estén por elegir el material a sembrar en el otoño entrante.

Para estas evaluaciones se utilizaron variedades de raigrás de distinto origen y ploidía sobre un suelo Hapludol Thaptoárgico (loma). La siembra se realizó con una sembradora experimental de 6 surcos a 0,15 cm y una densidad de 250 semillas viables/m2 sobre el suelo laboreado previamente en forma convencional. Se corrigió el nivel de P aplicando FDA para asegurar un mínimo de 12 ppm de P. Se realizaron tratamientos preventivos y/o curativos tratando de mantener el cultivo libre de plagas, enfermedades y malezas y en algunos años se aplicó fertilizante nitrogenado. Se utilizó un diseño en bloques completos al azar con 4 repeticiones para las evaluaciones de productividad. El tamaño de parcela fue de 1 x 8 m. Se analizaron los valores de producción de forraje estacional y acumulado anual mediante ANOVA y las medias se compararon con el test de DGC con un nivel de confianza del 5%. Los cortes se realizaron con motosegadora, dejando un rastrojo remanente al corte de 5 cm. La frecuencia de defoliación fue determinada de acuerdo a la acumulación de forraje observado y se utilizó el criterio de agrupar la producción según las estaciones del año (otoño, invierno y primavera). La fecha se siembra fue variable, en función de las condiciones climáticas y de la disponibilidad de semilla de los materiales a evaluar. Los resultados fueron presentándose anualmente el formato impreso y digital por INTA, ya que formaron parte de la Red Nacional de Evaluación de Cultivares, en algunos casos fueron publicados por la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales. Se agrega link en cada año evaluado al final de la información.

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Fuente: INTA por José Otondo, Mariano Andrés Cicchino, Esteban Melani, Matías Andrés Bailleres

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