Se aproxima la nueva campaña productiva para el trigo nacional

A un mes de dar formalmente inicio a la campaña comercial 2020/21 de trigo, el escaso remanente de cereal 2019/20 y las previsiones de un recorte productivo para el nuevo ciclo ajustan el empalme entre cosechas.

 

El ciclo comercial 2019/20 está llegando a su fin, y con ello se predispone el inicio de una nueva cosecha de granos finos a lo largo del territorio nacional. Como las condiciones ambientales mandan, la cosecha comenzará en el norte del país en el mes próximo, a pesar que formalmente la campaña comercial 2020/21 dará inicio el 1ro de diciembre. A esta altura del año, la suerte productiva en la mayor parte del país ya fue echada y solo resta esperar que comiencen a rodar las cosechadoras. Tras la fuerte sequía que se presentó en buena parte del período crítico de desarrollo del cereal, en las últimas jornadas se han dado lluvias que regaron una vasta porción de los suelos más perjudicados, y si bien es positivo que pongan fin a la pérdida de quintales, poco podrán ya hacer para recuperar el potencial perdido.

Según la proyección dada a conocer este jueves por el Foreign Agricultural Service perteneciente al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), en la campaña 2020/21 la producción argentina sufrirá un recorte adicional del 8% respecto al dato que el organismo publicó en su último informe mensual (WASDE), llegando así a 17,4 Mt. Las exportaciones del nuevo ciclo, en tanto, quedarían en 11,2 Mt, sumando granos y harina de trigo, 1,8 Mt por debajo de los despachos de la campaña actual y el volumen más bajo en cinco años.

Para el empalme de las cosechas la mercadería que resta disponible para vender se encuentra significativamente por debajo de años anteriores, en apenas 1,2 millones de toneladas; ello es, la mitad del remanente a la misma altura del año pasado y muy inferior a los 5 Mt que en promedio se contaban para mediados de octubre en los últimos cinco años. El volumen total comercializado se encuentra así este año muy por encima del ritmo de negocios de años anteriores. Se destaca asimismo el millón de toneladas ya compradas por molinos y exportadores a las que aún no se le ha fijado precio, volumen que duplica los contratos por fijar de trigo a la misma altura del año durante el último lustro.

Entre tanto, el valor del trigo disponible ha convergido al precio del trigo nuevo, tal como se observa en el gráfico adjunto. En efecto, el valor de la Pizarra Rosario para el cereal se encuentra prácticamente al mismo nivel que el futuro para entrega en diciembre que cotiza en Matba-Rofex. El hecho que no se prevea una caída estacional de los precios una vez ingresado el grueso de la cosecha el próximo diciembre da cuenta del ajustado empalme de las cosechas que se mencionaba anteriormente.

El impulso de los precios del trigo de los últimos meses excede sin embargo a las condiciones locales de oferta y demanda, y encuentra soporte en la evolución de las cotizaciones internacionales explicada por diversos factores, aunque en la semana en curso los mismos han sufrido un revés por la llegada de lluvias a zonas productivas claves de las regiones del Mar Negro y las Planicies estadounidenses y el temor a una segunda ola de contagio frente a los rebrotes de COVID en Europa.

Resulta de interés mirar la evolución de los commodities agrícolas en su conjunto para lo que va del 2020, año signado por la alta incertidumbre que despiertan múltiples factores incluyendo la pandemia, el déficit hídrico, las elecciones en EEUU, los paquetes de estímulo, y los flujos de capitales internacionales entrando y saliendo de los mercados, entre otros. Puede observarse que la caída de los primeros meses del año fue generalizada, mientras el mundo se paralizaba en un intento de contener el avance del virus COVID-19. Sin embargo, desde mediados de año tanto el trigo como el maíz y la soja han evidenciado una tendencia alcista que los ubica por encima del valor que ostentaban el 1er día hábil del año, incluso a pesar de la caída de la última semana.

Más allá de los factores en común, cabe resaltar que el trigo ha sido entre los tres el grano que más rápidamente se ha recuperado luego de la caída de febrero-marzo, atribuyendo la fluida demanda para alimentación y como insumo para la producción de alimentos, a diferencia de las fuertes reducciones que presentaron inicialmente el maíz y la soja, por la caída de su utilización en la fabricación de biocombustibles. En la segunda mitad del año, los valores del trigo variaron de acuerdo a las estimaciones productivas y a las condiciones climáticas de las principales regiones productivas, en tanto que para el maíz y la soja jugaron un papel clave la recuperación de las ventas externas desde EEUU.

Respecto al posicionamiento neto de los fondos de inversión, el último dato revelado este martes en el informe de Commitments of Traders (COT) afirmó que los fondos de inversión se encontraban comprados en casi 6,7 Mt al 20 de octubre, lo que representa el mayor registro desde las 8,2 Mt informadas de mediados de febrero. Cabe destacarse la excepcionalidad del posicionamiento actual puesto que en este commodity el volumen administrado por los fondos ha tendido a ser mayoritariamente negativo a lo largo de los últimos años.

La trayectoria declinante de los precios en los últimos días genera dudas sobre la continuidad del rally alcista de los commodities, si bien es natural que se dé una corrección en los valores luego de las fuertes alzas de las últimas semanas. Como se dijo, actualmente el contexto internacional brinda un ambiente de incertidumbre como consecuencia de los rebrotes de coronavirus a nivel global, las elecciones presidenciales en EEUU de la semana próxima y la reversión del patrón seco en productores claves.