Polinizadores: claves en la producción sustentable de alimentos de calidad

Milagros Graziani, Cristian Meyer, Nahuel Izurieta y Mariano Romero, cerraron el Día de la Alimentación -en la primera jornada del XXIII Congreso de Aapresid “Siempre vivo. Siempre verde”- con la experiencia de Beeflow Argentina y, sin citarlo, ratificaron por qué la abeja es el ser vivo más importante del planeta. Milagros preguntó: ¿cómo vamos a hacer los profesionales en producción de alimentos para poder garantiar la seguridad alimentaria con las tecnologías actuales? “Nos olvidamos de la polinización. El 70% de los cultivos del mundo dependen de la polinización mediada por insectos para producir frutos y semillas”, dijo. Y añadió un dato de la FAO: 577 billones de dólares asociados a la producción global de alimentos dependen de la contribución directa de polinizadores. “Si no existieran estos vectores no existirían muchos de los alimentos que consumimos a diario. Y hasta se vería afectada la producción animal porque muchas de las pasturas también dependen de la polinización”, remarcó.

A su turno Meyer indicó que “una polinización adecuada redunda en el aumento de rendimiento, mejor comercialización de la fruta cosechada, mejor tamaño y mejor calidad poscosecha, y mejores valores nutricionales”. Señaló que en Argentina “no se valora la polinización porque siempre se ha considerado un servicio gratuito de la naturaleza”. Los cambios en el uso de la tierra, la intensificación de la agricultura, ha dejado sin hábitat a los insectos polinizadores nativos, el mismo efecto causó el indiscriminado uso de fitosanitarios “Por eso es indispensable un servicio de polinización externo, para garantizar niveles óptimos de cantidad y calidad de frutos cosechados. Estos servicios generalmente se hacen mediante el alquiler de colmenas de abejas melíferas”, explicó. En Argentina hay gran producción de miel (es una de las mayores exportadoras) y los apicultores generan la mayoría de sus ingresos produciendo miel. Hay más de 3 Millones de colmenas registradas, pero el mercado de polinización aún no está debidamente formalizado. Distinto sucede en EEUU donde los apicultores generan la mayoría de sus ingresos con el servicio de polinización.

La superficie de cultivos dependientes de polinizadores es mucho más alta y la cantidad de colmenas es menor que en Argentina. Hay una importante demanda de colmenas para polinizar cultivos. En la etapa de polinización de los almendros, por ejemplo, se paga 200 dólares por colmena. Meyer advirtió que “un servicio de polinización es mucho más que poner colmenas en los cultivos”, citando variables como ubicación geográfica, manejo agronómico, condiciones climáticas y sistemas de coberturas antigranizo, entre otros. Tambien las colmenas merecen atenciones importantes que van desde las condiciones del insecto hasta la distribución en los lotes. Nahuel Izurieta contó que “Beeflow brinda servicio de polinización profesional de manera sustentable. Hacemos que las abejas trabajen mejor a la hora de polinizar los cultivos. Es un proceso biológico complejo”, completó. Proponen programas de polinización de acuerdo a la duración de la floración.

Tienen tecnologías para polinizaciones eficientes y licencian patentes con la CONICET y universidades. “Los insectos tratados con esa tecnología trabajaron siete veces más que abejas del mismo apicultor que no fueron tratadas. Incrementamos la producción de cultivos y cuidamos la salud de las abejas”, resaltó. Actualmente están estudiando cómo funciona el cerebro de las abejas, cómo funciona su memoria y el proceso de aprendizaje. También se han desarrollado productos que se usan para entrenar a las abejas y condicionarlas para que visiten cultivos específicos. Los productos que se usan no causan daño a las abejas. Finalmente Romero expresó que “proponen una nueva mirada sobre la polinización. Más técnica, más holística, más integral y más profesional”. Brindan herramientas y soluciones para incrementar los rendimientos de las producciones. Otra situación local que sobresale es que hay mejoras logradas en fertilidad de suelos, manejo de plagas y enfermedades, dosificaciones y hasta en el combustible que se usa en la maquinaria agrícola. “Pero no hemos visto que se mida y que se intente mejorar esta importantísima herramienta que interviene en la producción de frutos y granos”, dijo.

La polinización tiene impacto económico en el rendimiento y calidad de las frutas; impacto social porque Beeflow alquila las colmenas de apicultores de las zonas donde brinda el servicio y así el apicultor tiene ingresos por producción de miel y por alquiler de las colmenas. “Se trabaja con una herramienta biológica y se la hace más eficiente. Las abejas son nuestra herramienta y tecnología para generar nuevas soluciones para una agricultura sustentable y generar aumentos de rendimiento con menor impacto ambiental”, concluyó.

 

Fuente: Prensa Aapresid

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