Se consolida la plantación mecanizada de caña de azúcar

Una jornada técnica internacional organizada por la región CREA NOA.

La plantación mecanizada de caña de azúcar –cuyas primeras experiencias comenzaron en 2011– es una tecnología que se consolida año tras año en la región CREA NOA.

En la campaña 2019 el 33% del área de caña de azúcar de las empresas CREA provino de plantaciones mecanizadas, en las cuales se obtuvo un rendimiento promedio de 33 toneladas/ha versus 30 toneladas/ha en las cañas plantadas de manera manual.

Cuatro años atrás los grupos CREA Cañaverales y Yungas, junto con el INTA Famaillá y la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC), diseñaron un proyecto orientado a evaluar el impacto productivo de la plantación mecanizada.

Los resultados de esa iniciativa fueron presentados esta semana por Juan Giardina (EEAOC) y Juan Vallejo (INTA) en una jornada virtual internacional –que contó con traducción simultánea al idioma inglés– organizada por la región CREA NOA.

“Si uno logra una buena distribución de semilla, se puede comenzar a reducir la cantidad de yemas por metro lineal; así hemos logrado bajar en un 25% la cantidad de yemas que usamos en nuestras plantaciones mecanizadas sin que eso afecte la productividad”, afirmó Esteban Brito de la Cía. Azucarera Los Balcanes –empresa integrante del CREA Yungas– que en 2017 incorporó la primera plantadora hidráulica mecánica.

Además pudieron mejorar la operatividad del proceso al lograr un promedio de plantación de 7,0 ha/día con cada equipo mecánico. “La protocolización de la bajada de bordo ha sido uno de los grandes aportes del proyecto de investigación porque anteriormente esa técnica se aplicaba sin criterio”, explicó Esteban. “Ya hace dos años que venimos realizando la tarea de bajado de bordo con un 40% a 60% de brotación en el 100% de las plantaciones, no sólo en las mecanizadas”, añadió.

El bajado de bordó –extracción de tierra del surco para favorecer la emergencia de los brotes– permite minimizar daños en los brotes, además de mejorar el control de malezas durante el invierno.

“Lo más importante que nos ha aportado el proyecto sin dudas es el trabajo en equipo entre diferentes instituciones públicas y privadas como modelo para poder resolver una problemática presente en el sector; esto es muy admirable”, sostuvo Sebastián.

Otro aspecto importante que se resaltó en la jornada técnica organizada por los grupos CREA del NOA es que en la campaña 2019 el 67% de las empresas CREA lograron mantener una cobertura en el 75% a 100% del área cañera.

“En el CREA entendemos que el residuo agronómico de la cosecha es de alto valor para nuestro sistema al promover la sostenibilidad. Evitar la quema puede darnos un aporte efectivo de nutrientes, con lo que puede esperarse que en el mediano-largo plazo el manejo con cobertura mejore las condiciones químicas y físicas de los suelos”, aseguró Manuel Ponce, asesor del CREA Cañaverales.

Tucumán cuenta con un programa de certificación de producción de caña de azúcar sin uso de fuego validado por LocalG.A.P (un programa regional de la compañía GlobalG.A.P), el cual fue diseñado a partir de una iniciativa de la región NOA de CREA junto con autoridades ambientales de la provincia de Tucumán, INTA, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), Proyungas e ingenios azucareros.

Por otra parte, en la campaña 2019 los rindes de caña de azúcar con antecesor soja de las empresas CREA fueron 10% superiores respecto de las provenientes de otro cultivo de caña.

Un dato interesante es que los grupos CREA cañeros cuentan con unas 1500 hectáreas de caña de azúcar orgánica (sin aplicación de fitosanitarios). “Nos parece interesante que se sume más superficie con esta modalidad”, apunto Manuel.

El cañaveral tiene generalmente una vida útil de cinco años. El período que va desde la plantación y hasta la primera cosecha se denomina “caña planta”, mientras que las recolecciones posteriores se conocen como “caña soca”. En el NOA la cosecha empieza en la segunda quincena de mayo o primera de junio y tiene una duración de 110 a 190 días (dependiendo del tipo de cultivo).

 

Fuente: CREA

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