Trigo Campaña 2020/2021: resultados económicos esperados para el cultivo

El cultivo de trigo, en el actual contexto de incertidumbre económica global, muestra ser una opción positiva para encarar el nuevo ciclo agrícola. De este modo, en el gráfico 1 se muestra la evolución de la superficie y producción del cereal en Córdoba en las últimas once campañas presentando una marcada tendencia creciente a partir del bajo valor del ciclo 2009/10. La superficie sembrada pasó de 0,2 a 1,4 millones de hectáreas mientras que la producción evolucionó de 0,3 a 4,3 millones de toneladas (MAGyP, 2020). De este modo la superficie del último ciclo superó en un 53% a la del promedio mientras que la producción lo hizo en un 70%.

Teniendo en cuenta la evolución creciente del cultivo en las últimas campañas y la actual situación de incertidumbre en las proyecciones macroeconómicas, el objetivo de este informe es analizar la situación económica esperada de trigo en la campaña 2020/21 teniendo en cuenta, por una parte, la información disponible actual sobre el cereal (primera quincena de abril 2020) y también considerando la coyuntura agronómica de una adecuada humedad de los suelos para la siembra en la mayoría de las zonas en que se realiza el cereal.

Se realizó el cálculo de márgenes económicos siguiendo el esquema tradicional (Gonzalez y Pagliettini, 2006) para evaluar los resultados actuales con respecto a los del año anterior comparando las opciones de cultivos competitivos (maíz y soja de primera) con los precios promedio esperados a cosecha del nuevo ciclo 2020/21 proyectados en la primera quincena de abril 2020 (Mercado a Término Bs.As, 2020) y los precios de insumos en ese momento (Márgenes Agropecuarios, 2020). A su vez, se consideraron los rendimientos del promedio del último quinquenio del departamento Marcos Juárez (MAGyP, 2020). De esta forma se evaluó al trigo como integrante de la rotación con soja de segunda, con respecto a maíz o soja de primera siembra comparando a su vez la situación del productor propietario de la tierra y la opción del productor contratista.

Esta recuperación de los altos valores de producción se debió a mejoras de precios (a partir de los elevados valores del 2013/14 por déficit de la oferta interna) y también cambios de políticas sectoriales (eliminación de aranceles de exportación a partir de 2015/16). También, en forma conjunta, se dio una mejora en la genética de las variedades que permitió una cierta tendencia creciente en el rinde como se muestra en el gráfico 2. En dicho gráfico se muestran los cambios en el rinde provincial y en una zona ecológicamente más favorable para el cereal (departamento Marcos Juárez)

El rendimiento departamental tiene un 4 % más de variabilidad que la serie provincial pero el rinde promedio de la década en Marcos Juárez es 41 % superior al de Córdoba lo que justifica la opción del uso del cereal como doble cultivo con soja de segunda en la zona. En el mapa 1 se muestra la situación actual de reservas hídricas para encarar la siembra del cultivo (ORA, 2020).

De acuerdo a la imagen puede expresarse que, la situación en la zona núcleo pampeana es de adecuada a regular provisión de agua al inicio de la campaña lo cual permitiría encarar positivamente las primeras etapas de desarrollo del cultivo. Teniendo en cuenta la evolución creciente del cultivo en las últimas campañas y la actual situación de incertidumbre en las proyecciones macroeconómicas, el objetivo de este informe es analizar la situación económica esperada de trigo en la campaña 2020/21 teniendo en cuenta, por una parte, la información disponible actual sobre el cereal (primera quincena de abril 2020) y también considerando la coyuntura agronómica de una adecuada humedad de los suelos para la siembra en la mayoría de las zonas en que se realiza el cereal.

Metodología

Se realizó el cálculo de márgenes económicos siguiendo el esquema tradicional (Gonzalez y Pagliettini, 2006) para evaluar los resultados actuales con respecto a los del año anterior comparando las opciones de cultivos competitivos (maíz y soja de primera) con los precios promedio esperados a cosecha del nuevo ciclo 2020/21 proyectados en la primera quincena de abril 2020 (Mercado a Término Bs.As, 2020) y los precios de insumos en ese momento (Márgenes Agropecuarios, 2020). A su vez, se consideraron los rendimientos del promedio del último quinquenio del departamento Marcos Juárez (MAGyP, 2020). De esta forma se evaluó al trigo como integrante de la rotación con soja de segunda, con respecto a maíz o soja de primera siembra comparando a su vez la situación del productor propietario de la tierra y la opción del productor contratista.

Resultados y discusión

Teniendo en cuenta que la proyección de precios en trigo responde principalmente a la situación del mercado internacional en el gráfico 3 se muestra la evolución de las variables fundamentales desde el ciclo 2009/10.

Se observa una tendencia de incremento en ambas variables, de este modo la producción entre extremos de la serie sube un 23 % mientras que el consumo lo hace en un 20 %. En los últimos seis ciclos se muestra que en cinco la producción supera al consumo anual con lo que se incrementan los stocks finales. Esta situación se mantiene en el último ciclo 2019/20 en que sube nuevamente la oferta respecto al consumo con el consiguiente aumento en el stock. Esto se muestra en el gráfico 4.

Del gráfico surge que ambas variables se incrementan aunque en distinta escala, de este modo mientras que el comercio lo hace en 36 % entre extremos el stock final aumenta el 41%. Por ello esto produciría una tendencia hacia la baja en los precios esperados ante el aumento del stock. Sin embargo, cabe aclarar que más de la mitad de los stocks en la actualidad los posee China (150 sobre 290 mill t de stocks finales en 2019) país que, a su vez, es el principal consumidor de trigo por lo que el alto stock no es en la actualidad un fundamento bajista en el precio esperado. En el gráfico 5 se muestra la evolución de la relación stock final /consumo.

La relación muestra una tendencia creciente, los últimos cinco ciclos presentan los valores más altos de la serie lo que hace que la situación actual con un valor de 36% sea el segundo más elevado de la serie, esto tendería a producir un efecto bajista sobre el precio internacional pero, si se descuenta a China la relación stock /consumo mundial pasa de 22% en 2009/10 a 18% en 2019/20 (Bolsa de Cereales de Córdoba, 2020) manteniéndose entonces en un bajo valor actual descontando a China. De esta forma, ante problemas de oferta, se producirían respuestas positivas en el precio internacional y, consecuentemente también sobre el precio interno. Teniendo en cuenta que el precio interno depende del valor del mercado mundial pero también es afectado por variables internas en el gráfico 6 se muestra la evolución anual del precio interno en la última década en US$/t. Se agrega al final de la serie el valor esperado para la cosecha 2020/21 en el mercado a término.

 

El alto valor extremo del precio en el 2013/14 fue coyuntural, producido por el déficit de oferta interna por políticas sectoriales vigentes en esa época, esta situación se subsanó en las campañas siguientes de alta oferta y consiguiente baja del precio. En 2016 se produjo la eliminación de los impuestos a la exportación, por ello la suba a partir de dicho año, la leve baja esperada en el precio para la cosecha 2020/21 mantiene igual un adecuado precio respecto al valor promedio histórico del último quinquenio y se corresponde a una estimación de alta producción esperada a nivel mundial. Cabe aclarar que, en el contexto actual de la pandemia por el COVID-19 se están empezando a producir situaciones de controles a las cantidades exportadas por parte de importantes productores (Rusia, Ucrania, ex repúblicas soviéticas, etc) que pueden restringir la oferta y afectar positivamente el precio. También se dan cambios en el consumo mundial por la cuarentena global que hace disminuir el consumo de alimentos proteicos (carnes) afectando a los insumos de la producción ganadera (soja y maíz en cuanto a uso forrajero). De esta forma se está dando en la actualidad una mejora en el precio relativo de trigo respecto a los granos gruesos. En el gráfico 7 se muestra la evolución del precio esperado para enero 2021 desde que comenzó a cotizar la posición en noviembre 2019 (MATBA, 2020).

El ajuste del polinomio es mejor que la recta con leve tendencia decreciente, por ello se muestra que un valor cercano a los 172 US$ /t es el esperado en el período. Se observa primero una baja que corresponde al mantenimiento de la discusión arancelaria de EEUU vs China, luego una suba cuando empezaron políticas de entendimiento en dichas conversaciones. Luego hay un comportamiento en baja ante la información del comienzo de la pandemia y la baja potencial del consumo aunque, finalmente se muestran subas ante el mantenimiento del consumo y el comienzo de políticas de control de las exportaciones de algunos países productores. A partir de este panorama, en el cuadro 1 se presenta el costo de implantación y protección actual del cultivo.

Estos valores representan un aumento del 75 % en el componente labores y del 57 % en insumos con respecto al anterior informe de marzo 2019, lo que da una variación del Costo Directo total de 62 %, teniendo en cuenta que, la variación de precios mayorista (INDEC, 2020) en el período se estima en 52 % surge un incremento del costo directo en términos reales. En el cuadro 2 se comparan las primeras estimaciones de los precios esperados a cosecha 2020/21 (considerando el promedio primera quincena de abril 2020), con respecto a los precios en cosecha actuales en 2019/20 (se consideraron los precios internos en dólares al tipo de cambio oficial actual de 65 $/US$).

Se observa una situación esperada similar a la actual con leve baja en trigo que mantendría su positivo precio actual respecto al promedio y se proyecta también una leve suba en soja debido a su deprimido precio actual por la alta producción esperada del hemisferio sur junto a elevados stocks y menor uso como forrajero y biodiesel.

En el cuadro 3 se muestra la comparación de los resultados de los cultivos competitivos por el uso del suelo incluyendo el trigo con el doble cultivo de soja de segunda, en el mismo se comparan los resultados actuales con los del informe del ciclo anterior (Ghida Daza C, 2019).

Del cuadro surge que los costos directos, en general, se incrementan levemente en términos reales teniendo en cuenta la inflación mayorista del período (52%), algo por debajo está el maíz con menor incremento en insumos (debido a la menor suba de fertilizantes que tiene una participación alta en los costos en este cultivo).

La mejora del margen de trigo supera a la del resto de cultivos debido a la fortaleza de su precio esperado mientras que en soja se da el menor incremento, tanto en el manejo de primera como de segunda. El doble cultivo trigo /soja de segunda sigue siendo una opción competitiva sobre maíz y soja en monocultivo.

También desde el punto de vista financiero el retorno por peso gastado muestra en el doble cultivo una ventaja sobre maíz. Considerando que una importante proporción de la agricultura se realiza en tierra alquilada, se elaboró el cuadro 4 en que se presentan los márgenes, con rindes promedios, logrados por productores con este tipo de contratos según distintos valores pagados de alquiler.

Teniendo en cuenta la situación de rendimientos promedio planteada surge que el doble cultivo mantiene la ventaja en el valor medio ante todas las situaciones de alquiler planteadas por encima de maíz y más marcadamente respecto de soja de primera. También se muestra el menor riesgo del doble cultivo en la última línea que presenta la variación porcentual entre el rango de cada fila (valor mayor – valor menor) respecto al promedio. La alternativa de alquiler se puede analizar también, en el gráfico 8, considerando el margen obtenido en distintas hipótesis de rendimiento (eje horizontal).

Considerando el pago de un alquiler de 18 quintales de soja /hectárea para el doble cultivo y prorrateando 9 q /ha en el costo de trigo se muestra que, mientras el productor propietario requiere 1,5 t /ha para cubrir los costos de implantación y protección, el rinde de indiferencia para el contratista es de 3 t/ha. Estos valores están por debajo de la productividad media zonal. Al ser menores los rindes de indiferencia a los del informe anterior se espera, de mantenerse condiciones climáticas y económicas normales, que la actividad de contratista tenga una leve baja del riesgo global. Se remarca la importancia de pasar a esquemas de contrato con reparto del riesgo asociadas a pago en porcentaje de la producción en mayor proporción respecto al pago en quintales fijos.

Comentarios finales

En un marco de alta incertidumbre económica global, la positiva situación actual y proyectada a nivel del precio relativo del trigo respecto a los otros cultivos justifica la opción de este cereal como alternativa agrícola combinado con soja de segunda. La proyección de demanda de trigo a nivel mundial se mantiene estable y con posibles restricciones de la oferta por cuestiones de seguridad alimentaria en varios países productores en el contexto de COVID-19 surge una cierta fortaleza esperada en el precio futuro. Se debe tener en cuenta además que la incorporación de cereales mediante rotaciones disminuye la negatividad de los balances de nutrientes que se obtendrían con monocultivo de soja. También se menciona el menor saldo negativo del balance de nutrientes de trigo que lo hace importante para su inclusión en secuencias de cultivos para mantener la sustentabilidad de la empresa agrícola. Considerando la situación económica actual de severa restricción crediticia es de importancia también la posibilidad de la autofinanciación para el cultivo de soja de segunda con los ingresos de la cosecha del trigo. De este modo se obtiene un ahorro del 55% en el costo de financiación del doble cultivo. Es importante remarcar también, a nivel de gestión de la empresa, la estabilización de ingresos mediante un adecuado plan de rotaciones, el uso de los mercados de futuros y opciones para comercializar anticipadamente parte de la producción en momentos de altos precios como los actuales y, en los casos de alquiler de tierras buscar opciones que liguen parte del pago a los niveles de producción.

 

Fuente: INTA por Carlos Alberto Ghida Daza

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