El Gobierno de Santa Fe, a través del Ministerio de la Producción, convocó a una nueva reunión para institucionalizar la cadena legumbrera. De la misma, participan todos los actores de la cadena, y tiene como objetivo plantear problemáticas comunes que ayuden a mejorar las condiciones productivas, comerciales e industriales del sector.
Sobre el encuentro, Gabriel Prieto, quien participó por INTA junto a Alejandro Longo, precisó: “el objetivo de la mesa es generar un espacio para que los actores (procesadores, productores, mercado, logística y exportación) puedan llevar inquietudes, dudas, canalizar las limitantes tecnológico – productivas, comerciales, impositivas o legales, hacia una instancia superior que es la mesa nacional de legumbres a partir de la cual, junto con la Cámara de Legumbres, se puedan ir resolviendo las inquietudes que presenta el clúster tanto de producción y exportación, como de procesamiento e industrialización”.
Uno de los ejes que más interés despertó en los asistentes fue la posibilidad de trabajar en el agregado de valor y la comercialización internacional.
En este sentido, Prieto destacó que “los mercados actuales se han diversificados. Ya no somos tan dependientes del mercado brasilero, aunque siga siendo nuestro principal comprador con una 50% de las exportaciones de arvejas.
Actualmente, Argentina está buscando nuevos mercados. El potencial está puesto en China. Eso puede potenciar fuertemente la demanda de arvejas. Por otra parte, el logro de volúmenes de producción, puede tentar a la industria de alimento balanceado para incorporar la arveja, dado los buenos resultados proteícos que se están obteniendo en las dietas nacionales e internaciones”.
La importancia del cultivo Argentina
La demanda interna de legumbre en Argentina es muy escasa, con niveles de consumo per cápita irrelevantes comparados con países de la región como Brasil, Colombia o Perú. Sin embargo, es muy interesante el potencial que representan como integrantes de ingredientes en la industria de la alimentación, tales como la inclusión de harinas de legumbres en pastas y productos de panificación, o el uso de concentrados proteicos o almidones provenientes de legumbres en todo tipo de alimentos elaborados.
Asimismo, cabe agregar que las legumbres son libres de gluten, provienen de organismos no modificados genéticamente, y sus harinas no son extraídas con solventes, constituyendo una alternativa interesante a otras harinas proteicas, especialmente a la de soja.
En Argentina se consume, aproximadamente, 6 millones de toneladas entre harinas y expeler de soja para la producción de alimentos balanceados. El reemplazo del 20 % de esa fuente por harina de arveja requeriría un incremento de 10 veces el área actual del cultivo para satisfacer esa demanda.
Vasta es la experiencia a nivel internacional en la alimentación de aves, ganado porcino, bovino de carne y de leche, salmónidos y mascotas, con arveja como ingrediente de las raciones; acá no debería ser la excepción. En INTA se cuenta con la información de que los niveles de proteínas de algunas variedades de arveja asociados a determinados ambientes productivos, son lo suficientemente satisfactorios como para dar el salto y buscar su lugar entre las preferencias de los formuladores de alimentos balanceados.
El mundo sigue demandando cada vez mayor cantidad y calidad de alimentos. Nosotros podemos y debemos integrar sector público y privado para lograr el objetivo de ganarnos la confianza de los mercados, fortaleciendo así la cadena productiva de las legumbres en Argentina.
Fuente: INTA por Cristian Daniel Jesús Asoli, Pedro Guglielmone
