Lenta comercialización de la soja de la nueva campaña

Las compras de soja nueva a fin de año se ubicaron un 46,8% por debajo de las adquisiciones a igual fecha del año 2017. La oferta, los productores, no encuentra motivación para vender a los precios actuales, mientras que por el lado de la demanda, los reducidos márgenes desalientan a la industria y el aumento de los precios FOB, desanima a la exportación.

En las últimas semanas se ha verificado un bajo nivel de actividad en el mercado de la soja, con una oferta que se mantiene retraída, luego de la sequía que contrajo fuertemente la producción argentina de la actual campaña, y sin demasiado interés de las industrias en originar nueva mercadería. La mayor parte de los negocios pasa por las fijaciones.
Tampoco la soja nueva sirve de apoyo para reactivar la operatoria en el mercado. No se han registrado valores abiertos por la nueva cosecha de la oleaginosa en los últimos meses, algo que refleja el menor interés mostrado por los compradores en este mercado.
Según los datos de la Secretaria de Agroindustria, al 26 de diciembre industriales y exportadores llevan compradas 3,63 millones de toneladas (Mt) de la soja que comenzará a levantarse en abril (2018/2019), un 46,8 % menos que en la campaña actual (6,83 Mt) y un 29 % por debajo del registro evidenciado a finales de 2016 (5,11 Mt). Sólo poco menos de 1,2 Mt del volumen ya comprometido tiene precio firme, quedando más de 2,43 Mt (un 67%) con su valor por fijar.
Si a estos montos se le agrega lo comercializado a través de los mercados de futuros (interés abierto de contratos con vencimientos a partir de abril) la caída es menor. Las ventas para la próxima campaña acumulan 4,98 Mt, un 36,8 % por debajo de las 7,88 Mt al mismo período del año pasado.
En relación a las 50 Mt que se esperan cosechar según la Guía Estratégica para el Agro de la BCR, se lleva comercializado cerca de un 10 % de la producción entre forwards y futuros, mientras que en diciembre del año pasado ese ratio alcanzaba el 14,5 %. Cabe aclarar que en ese momento la producción esperada era de 54,5 Mt, ya que la sequía todavía no se había hecho presente.
Las causas de este retraso en la comercialización de la oleaginosa de nueva cosecha se explican por factores que vienen tanto por el lado de la oferta como de la demanda. En primer lugar, los productores no encuentran la motivación para vender a los precios actuales, que rondan los US$ 240/t. A la hora de tomar la decisión de siembra los valores se ubicaban entre 10 y 20 dólares por encima, lo que hace que la rentabilidad de la empresa agrícola se vea comprometida.
A esto se suma la incertidumbre respecto a la situación climática, teniendo fresca en la memoria la sequía que golpeó duro a la producción de la oleaginosa, que puede afectar los rendimientos. En este escenario el productor elige la cautela a la espera de conocer los rendimientos de su cosecha y poder esperar una recuperación en los precios que le permita cerrar un resultado satisfactorio.
Del lado de los compradores el panorama tampoco es alentador. Las industrias se vieron perjudicadas por el nuevo esquema de derechos de exportación, eliminación del diferencial arancelario y la reconfiguración de los mercados internacionales en el marco de la guerra comercial. Los precios actuales no arrojan márgenes positivos por lo que las fábricas no tienen interés en acelerar sus compras. El FAS teórico de la industria para la cosecha nueva al 3 de enero alcanza los US$ 234,7/t, mientras que la posición mayo del futuro en MATba ajustó en US$ 245,1/t. Este sector fue el que más retrajo las compras de soja nueva respecto a igual período de año pasado, como se puede observar en el gráfico, cayendo un 81 %.
La exportación, que acapara la mayor parte de las compras anticipadas, ha perdido competitividad en el mercado internacional del poroto en la última semana a partir de los aumentos de los precios FOB. Es por ello que no se esperan mayores cambios en el mercado de soja nueva, donde no aparecen los incentivos para la reactivación.
En el Mercado Físico de Granos de la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor de referencia para la soja del Tribunal Arbitral cierra la primer semana del año con un aumento de $ 200, a $ 9.200; en tanto que el maíz se mantuvo estable cayendo sólo $ 5/t respecto del jueves pasado hasta $ 5.490/t. La variación en dólares fue positiva en ambos casos, ganando US$ 10,8/t la soja y US$ 3,2/t el maíz.
Las condiciones climáticas de la semana imposibilitaron el avance fluido de las labores de siembra de soja. Incluso hubo eventos extremos que afectaron los trigos aun por cosechar de la provincia de Buenos Aires. Al 27 de diciembre el avance de la siembra de soja alcanzaba el 82% (14.347.620 ha), cuatro puntos porcentuales por encima del avance en la campaña anterior, según las cifras oficiales. Los pronósticos a corto plazo no son favorables para que las labores avancen. Se esperan precipitaciones y tormentas de dispar intensidad, con acumulados que podrían volver a ser importantes.
La soja ya sembrada presenta una condición dispar de acuerdo a la cantidad de precipitaciones caídas, siendo las zonas más afectadas aquellas que recibieron abundantes lluvias en los primeros estadios del cultivo. El estadio fenológico es vegetativo, aunque en el norte de Córdoba ya hay sojas diferenciando vainas.
El maíz temprano exhibe muy buen estado general, posicionando los rendimientos por encima de la media histórica. En tanto, las siembras de maíces tardíos avanzan a medida que haya piso para ingresar las sembradoras. Aún resta un mes para que se cierre la ventana de siembra.
Perspectiva internacional
En el mercado de Chicago los precios de la soja se incrementaron esta semana a partir de las expectativas de una mayor demanda de soja estadounidense por parte de China y de las preocupaciones que genera el clima en Sudamérica. El jueves pasado, el contrato con entrega en enero, ajustó en US$ 319,31/t. Ayer, finalizó la jornada en US$ 330,79/t, lo que implica una ganancia semanal de US$ 11,48/t. El maíz, acompañando la tendencia alcista de la oleaginosa, aumentó su valor en US$ 2,06/t durante el período considerado. El contrato marzo pasó de US$ 147,44/t el jueves 27 de diciembre a US$ 149,5/t el jueves 3 de enero.
Dado el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos, el Departamento de Agricultura de aquel país no ha dado a conocer datos de producción y comercialización durante las últimas semanas. Los informes de enero del USDA serán críticos para la formación de expectativas de precios de soja y maíz para el año 2019.
En lo que respecta al maíz, en 2018, la disputa arancelaria entre China y Estados Unidos, los desacuerdos comerciales entre este último país, México y Canadá y la debilidad de los precios de la soja en Chicago, anclaron el valor del cereal.  En el mercado de Chicago, el maíz inicia el año con valores estancados aunque algunos analistas locales aseguran que el cereal podría tener un desempeño alcista en 2019, a diferencia de otros cultivos clave. Este análisis se fundamenta en que tanto en Estados Unidos como en el agregado global el incremento en el uso de maíz viene superando al crecimiento de la producción en los últimos años, reduciéndose los inventarios del cereal. Según un estudio de World Perspectives, las exportaciones estadounidenses de carne roja en 2018 conllevaron un 27% más de maíz que lo requerido por los despachos del año 2015. Además, se mantienen las expectativas en torno a que la implementación de la venta durante todo el año de la gasolina E15 (15% de etanol) en Estados Unidos refuerce la demanda local de maíz en el principal productor mundial. Es de esperar que las menores existencias alimenten un aumento de precios, y aunque no se prevé una gran escalada de los valores, los operadores sí detectan una mayor oportunidad de suba para el maíz en relación a otros commodities agrícolas. Además del mayor uso para etanol y alimentación animal, existen buenas perspectivas para la exportación de maíz estadounidense, lo que podría actuar como un fundamento alcista adicional. El ritmo de ventas de exportación de maíz estadounidense al 13 de diciembre de 2018 era superior al del año anterior.
La soja, por su parte, cerró un año en el cual estuvo atada a los sucesos geopolíticos mundiales que obstruyeron el funcionamiento de una estructura de mercado ya afianzada. La disputa tarifaria iniciada en julio entre Estados Unidos y China, llevó al gigante asiático a depender de las importaciones de su otro gran proveedor de porotos de soja: Brasil; mientras las existencias en Estados Unidos, tras una cosecha de soja récord, se acumulan presionando los precios. En el cambio de año, el mercado sigue expectante al desarrollo de las relaciones comerciales entre Estados Unidos (el segundo exportador mundial de poroto de soja) y China, el principal comprador de la oleaginosa. Si bien China regresó al mercado estadounidense de soja en diciembre, estas compras no parecen contrarrestar las preocupaciones de un mercado que se concentra en la abundante oferta de oleaginosa en meses donde los despachos de soja estadounidense a China tocan máximos cada campaña. La contracara de esta situación es el dinamismo mostrado por las exportaciones de Brasil, que totalizaron 4,23 millones de toneladas en diciembre, casi el doble de los despachos durante el mismo mes el año anterior (2,35 Mt). El rol del país sudamericano en el mercado internacional, en este contexto, cobra especial importancia. El mercado se mantiene atento a las condiciones climáticas de Brasil, donde los cultivos en importantes regiones sojeras del centro-oeste padecen una sequía que podría recortar la cosecha. Sin embargo, se prevé que en los próximos días la mayor parte del área agrícola brasileña reciba lluvias, aunque la irregularidad de las etapas de desarrollo de la nueva cosecha y la distribución no uniforme de las precipitaciones dificulta evaluar la potencial recuperación de los cultivos. Los territorios más afectados por el déficit hídrico son los estados de Paraná y Mato Grosso do Sul; según el gobierno del primer estado, las pérdidas en algunas zonas podrían ser del 30%.
Fuente: Julio Calzada-Sofía Corina-Blas rozadilla-Desiré Sigaudo  BCR

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