Temporadas lluviosas como la presente suelen ser predisponentes para la aparición de enfermedades como el mildiu o la bacteriosis en el cultivo de cebolla.
En el caso del Mildiu, es causado por el hongo Peronospora destructor: Es una enfermedad foliar que en años lluviosos puede llegar a destruir el follaje de la cebolla dificultando la cosecha. Las hojas afectadas presentan lesiones alargadas de color amarillo pálido, de rápido crecimiento, pudiendo secar la hoja desde la punta hacia la base. En condiciones de alta humedad y en horas tempranas de la mañana puede llegar a verse una eflorescencia grisácea sobre las manchas. Las condiciones ambientales predisponentes para su desarrollo son tiempo fresco y alta humedad relativa, sin lluvias durante la noche.
Como medidas de manejo se recomienda evitar los cultivos muy densos y el exceso de fertilización nitrogenada.
Con respecto al control químico se pueden utilizar productos cúpricos como preventivos. Cuando la enfermedad ya está presente es necesario aplicar productos curativos como metalaxil combinado con mancozeb.
La podredumbre bacteriana o bacteriosis es una enfermedad ocasionada por varias especies de bacterias. Produce pudriciones acuosas en el almacenaje que avanzan desde el cuello a la base respetando las catáfilas. El exceso de agua en el cultivo, ya sea por lluvia o riego, favorecen la enfermedad, especialmente luego del inicio de bulbificación. Aplicaciones tardías de nitrógeno pueden producir mal cierre del cuello, facilitando el ingreso de las bacterias a la planta. Otra forma de ingreso de las mismas es a través de heridas que se producen en las hojas. Debido a esto es importante que ante situaciones de granizo que pueden dañar las hojas de cebolla es aconsejable la aplicación de productos a base de cobre como preventivos.
Es necesario recordar que la infección se inicia en el campo y se desarrolla en la pila. Por tal motivo recalcamos la importancia de la prevención ante situaciones de riesgo.
Fuente: INTA por Patricia Andrea Baffoni