La porcinocultura atraviesa hoy en Argentina por un momento de crisis, como otras producciones animales que basan su alimentación en el maíz y la soja, por ejemplo la lechería y la avicultura. Sin embargo aún en la adversidad podemos avizorar un futuro promisorio, debido a la existencia de varias características estructurales positivas en el sector porcino nacional e internacional, confiando en poder superar las circunstancias actuales que nos han llevado a esta crisis.
Lo positivo aquí y en el mundo
La carne de cerdo es la fuente de proteína animal de mayor producción y consumo mundial, con 110 millones de toneladas producidas en 2017. Según la prestigiosa consultora holandesa Rabobank, se proyecta un aumento productivo de 3,2 millones de toneladas de carne porcina para 2018, y son totalmente optimistas para los próximos 10 años, con crecimiento sostenido.
China es el mayor productor, pero también el mayor consumidor e importador de carne porcina, ya que no puede autoabastecer su creciente población con un mejor nivel de vida que consume más proteína animal que en el pasado. El fracaso de las negociaciones con USA y el boicot comercial entre ellos, abre una puerta a nuevos proveedores, y así como ya se está exportando carne bovina argentina a China, se podría también exportar carne porcina nacional.
El consumo interno de cerdo, triplicado en los últimos 15 años, ya pasó los 16 kg/hab/año y continúa en alza sostenida, con una proyección de 25 kg/hab/año para el 2025 según la Asociación Argentina de Productores Porcinos. La suma del consumo de carne aviar y porcina ya supera al tradicional consumo de carne bovina en la mesa argentina. El cerdo se posiciona como el reemplazo más parecido a la carne vacuna tanto en la parrilla como en otros platos tradicionales.
Según cifras oficiales del Ministerio de Agroindustria, la producción nacional de carne porcina creció en forma sostenida un 355% en los últimos 25 años. Sin embargo el país no se autoabastece, por el gran aumento en el consumo interno, un indicador positivo para el futuro de la producción.
Salta es la sexta provincia en la producción porcina nacional, con una posición inmejorable por ser también productora de granos, maíz y soja, que constituyen la base de la alimentación del cerdo. Transformar los granos en carne en forma local en vez de pagar costosos fletes a puerto es sin duda una alternativa jugosa para el negocio agropecuario salteño, además de que se podría pensar en ser un polo exportador de carnes en un futuro con una salida al Pacífico adonde se concentran los principales importadores de carne porcina como China, Japón, Corea del Sur, Hong Kong y Filipinas.
El cerdo argentino tiene futuro, sostenido por pilares estructurales como el aumento continuo del consumo interno y de la demanda mundial de esta carne.
La difícil situación actual: Los cerdos comen en dólares pero se venden en pesos…
Varias circunstancias de la coyuntura nacional coinciden para producir una crisis que se viene agudizando desde hace 2 años:
*El aumento de los gastos fijos, como las tarifas eléctricas, de gas, y el combustible, de gran influencia en producciones intensivas como la porcina
*La reducción del IVA al 10,5% para la venta de capones en pie, que deja al productor con un saldo impositivo a favor y agrava las pérdidas en el sector
*Las importaciones de carne porcina, que vienen en aumento desde 2015, por ejemplo con un 29% de aumento entre 2016 y 2017 según cifras oficiales del Ministerio de Agroindustria. Desde las entidades que agrupan a productores se han elevado quejas por permitir importaciones desde países que registran enfermedades porcinas de las cuales Argentina es libre, y que ingrese carne congelada que luego se vende descongelada al público, práctica prohibida y de competencia desleal.
*Pero la mayor influencia la tiene el aumento de los costos de la alimentación, que representan un 70% del costo del capón. Si en enero de 2015 la relación kg de capón/ kg de maíz era de 10 a 1, en agosto de 2018 estamos en 5,5 a 1. Considerando que por debajo de 8 a 1 significa pérdida, los números hablan por sí solos, con el costo del capón superando su precio de venta. El aumento de los costos está directamente influenciado por la devaluación del peso frente al dólar, ya que los granos cotizan en dólares mientras que el capón se vende en pesos.
Como encarar la crisis
Siendo el escenario estructural positivo, esta crisis coyuntural se debe pensar como una posibilidad de cambiar las viejas tendencias y asumir una actitud empresarial.
Llevar registros productivos claros y ordenados nos muestran las fortalezas y debilidades, permitiendo tomar decisiones estratégicas.
Dejar de verse como un eslabón suelto y pasar a ser la mano que agarra la cadena. Actualmente el productor sólo participa del 20% del dinero que se mueve en la cadena granja-góndola, asumiendo la mayor parte del riesgo… mientras que el intermediario y el comerciante se reparten el 80% del valor económico pero con un riesgo muy bajo comparado al productor.
El negocio porcino en los países líderes se maneja en forma asociativa, ya sea como integraciones, cooperativas, y otras formas empresariales. El productor argentino tiene en el asociativismo y la integración el camino hacia el crecimiento, para lograr la eficiencia y la escala que demanda el mercado actual.
Existen varios ejemplos exitosos en el país que ya marcan el camino, donde los productores consiguen en conjunto la eficiencia que trae la mayor inversión, el salto tecnológico y la escala, que atraen mejores precios en insumos y mayor poder de negociación para la venta. Inclusive varios comenzaron integrándose para producir pero en la actualidad ya cuentan con su propia faena, comercialización y venta al público, agregando valor fabricando embutidos y chacinados además de vender la carne de cerdo a diferentes tipos de clientes.
Vencer el individualismo y juntarse con otros que tengan la misma visión, con transparencia y ganas de ser dueños de toda la cadena, de tener mayor participación en los beneficios además de cargar con los riesgos. Encarar el negocio en conjunto, con objetivos claros a corto y largo plazo, es el camino para el negocio porcino actual y futuro.
Fuente: INTA por María Inés Bianchi