Uno de los disertantes destacados del Simposio Valor Ganadero fue el Embajador argentino en China, Diego Guelar, quien explicó la relación comercial y las oportunidades de crecimiento de los productos argentinos en el país asiático. Realizó una comparación entre las importaciones y exportaciones a China de países con “mercados similares a Argentina: Nueva Zelanda, Australia, Brasil, Uruguay, Chile y Perú. A ellos les va bien porque producen y venden, no inventan enemigos, crecen y participan del mercado”.
Para nuestro país, “el problema no son las importaciones que vienen de China (registradas en U$S 280 per cápita), sino la debilidad de nuestras exportaciones” hacia China (U$S 98 per cápita). “Hoy no hay más excusas, hay un mundo que demanda y hay que salir de la zona de confort. Tenemos que dar un salto”, dijo. Luego, agregó: “hoy exportamos 4.000 millones de dólares, pero podemos quintuplicarlo. Este es el salto que tenemos que dar”.
“Exportamos poroto de soja, comodities, pero no tenemos productos elaborados. ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) es un vehículo importante para esto porque reúne a productores chicos. La Asociación es fundamental para la producción agroindustrial, y también para encontrar socios”. Contó que China compra poroto de soja y transforma en harina esos granos en industrias propias. “Hay que incorporar socios chinos para que vengan a producir a Argentina, a trabajar acá”, sostuvo el Embajador.
Por otro lado, se refirió a la guerra comercial entre EE.UU y China. “Para nosotros es una oportunidad, pero es una guerra relativa, es un ajuste de su sociedad comercial, con el estilo de Trump”, sostuvo.
En el caso del mercado de la carne, dijo que “el 90% de las exportaciones van a ser a China, el problema es que no tenemos carne. Tenemos que generar políticas para producirla; tenemos el mercado y no tenemos el producto”. Por otro lado, sugirió que Argentina tendría que “adoptar el sistema de cortes de Australia porque el mercado y el consumidor los conocen”. Además, indicó que “una de las obsesiones del mercado chino es tener un producto más natural. El medio ambiente es una preocupación para esta cultura”.
Para finalizar, indicó “nuestro desafío es con nosotros mismos, no con China. A los productores les diría que China es un gran mercado, que está abierto; sólo tienen que tomar la decisión”.