Según los análisis del Laboratorio de Calidad Industrial del Inta Marcos Juárez, el promedio se ubicó en 34 por ciento, la cifra más baja desde que se realizan estos relevamientos.
Hay una lógica agronómica que indica que, a mayor rinde, los cultivos suelen expresar menores niveles de proteína; y viceversa. Pero la combinación de sequía en verano y temporal en otoño rompió hasta los manuales: este año, la soja no sólo se está cosechando con los segundos peores rindes de la última década, sino que también las proteínas decayeron a su nivel más bajo en 21 años.
Así lo sostiene un informe elaborado por el Laboratorio de Calidad Industrial del Inta Marcos Juárez, que muestreó 989 mil toneladas de soja de primera y segunda de la zona núcleo.
En soja de primera, el promedio de proteína fue 34 por ciento sobre base seca; en cultivos de segunda, de 35,4 por ciento; es decir, una media general del 34,6 por ciento.
Esto es un dos por ciento menos que las dos cosechas anteriores, casi cuatro puntos porcentuales menos que el promedio de las últimas dos décadas (38,2 por ciento) y “el valor más bajo de los 21 años de muestreo en acopios y cooperativas de la región central del país”, indica el relevamiento.
Al revés de lo normal
Lo llamativo, como se mencionó, es que normalmente baja la proteína cuando se incrementa el rinde y viceversa. Por eso, en esta campaña se esperaba que las menores productividades en grano impactaran en una suba en el nivel proteico.
Sin embargo, esto “no ocurrió por efecto del estrés hídrico y calórico que influyó en un llenado deficiente y que afectó a la baja a ambos parámetros: rendimiento y proteína”, según informaron desde el INTA
Fuente: INTA Marcos Juárez