Las lluvias en Buenos Aires sirven para recuperar humedad para la próxima campaña, pero no frenan las pérdidas en soja y maíz del actual ciclo productivo.
Con registros que rondaron entre los 30 y los 50 milímetros en algunos lugares, luego de más de cuatro meses de sequía en la provincia de Buenos Aires el campo recibió un leve alivio con las lluvias de ayer.
Algunas zonas del norte y el nordeste, y parte del sudeste bonaerense estuvieron entre las que recibieron lluvias. También hubo precipitaciones, pero en menor medida, en parte de La Pampa. Sin embargo, los productores todavía siguen aguardando por las lluvias en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
En los lugares donde llovió sirve para que comience a recuperarse la humedad del suelo, proceso que para consolidarse requerirá de más precipitaciones en las próximas semanas. Si hay más lluvias, ayudaría a que el suelo tenga humedad cuando en mayo próximo empiece la siembra de trigo.
No obstante, para la campaña actual de soja y maíz el impacto es “bajo”, según coincidieron distintas fuentes consultadas. Sucede que la cosecha ya está en marcha y estas precipitaciones apenas podrían ayudar a una superficie reducida con cultivos de soja de segunda (implantados luego de la cosecha de trigo) y de maíz que, si bien fueron afectados por la sequía, mejorarían su potencial de rinde.
Vale recordar que la semana pasada, la Bolsa de Comercio de Rosario calculó en 40 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la producción argentina de soja, un 30% menos que la cosecha de 57,3 millones de toneladas del ciclo 2016/2017. Además, en maíz proyectó 32 millones de toneladas, un 15,8% inferior a los 38 millones obtenidos en la campaña 2016/2017. Las pérdidas rondarán los US$4600 millones.
Los productores informaron sobre registros de 37 milímetros en Chacabuco, 25 milímetros en Alberti, 27 milímetros en Chivilcoy, 10/30 milímetros en Pergamino, 10 en Salto, 55 en Abbott y en Udaondo, 22 en 9 de Julio, 18 en Saladillo, 35 en Suipacha, de 4 a 30 milímetros en 25 de Mayo, 50 en Mercedes, 49 en General Belgrano, 23 en San Antonio de Areco, 64 en Alegre (partido de General Paz), 20 en Pellegrini, 20/25 milímetros en Balcarce y de 6 a 40 milímetros en el partido de Tandil, entre otros lugares. Más hacia el oeste bonaerense hubo lluvias inferiores a los 10 milímetros.
“En las zonas donde llovió, en el nordeste y el norte bonaerense, seguramente esto va a beneficiar a alguna siembra tardía de maíz que está llenando grano y a alguna siembra de soja de segunda”, dijo Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Copati precisó, no obstante, que esos cultivos ya venían “muy afectados” en su desarrollo por la sequía. “Ya hay una limitante de pérdida; quizás en esos lotes se frene la pérdida, pero es un porcentaje chico del área total”, agregó el analista de la entidad. La Bolsa de Cereales porteña prevé en soja 42 millones de toneladas, 15,5 millones menos respecto del ciclo pasado.
Jorge Solmi, productor de Pergamino, señaló que “puede salvarse algún maíz de segunda”, pero el resto del cereal “está jugado”. En esa zona se está cosechando con rindes de 35 a 70 quintales, muy por debajo de los 100 quintales o más que suelen registrarse en la región. En este contexto, para Copati la sequía “no se recupera con una lluvia”. Y remarcó: “Tienen que registrarse varios frentes con tormentas. Ojalá que el cambio se consolide”.
Si bien estas lluvias no tendrán impacto para la cosecha actual, sí sirven para recuperar pasturas y para los verdeos que se están sembrando. Además pueden ayudar de cara a la próxima siembra de trigo. “Son importantes para recuperar humedad”, detalló Copati.
Leonardo De Benedictis, meteorólogo, indicó que las precipitaciones fueron “un alivio en los lugares donde llovió”, pero no fueron generalizadas. “Falta todavía. Es tarde para muchos”, afirmó. Explicó que el freno a la sequía debe darse con un proceso generalizado de reactivación de las lluvias.
Fuente: La Nación | Por: Fernando Bertello