Unidad demostrativa de producción de biogas en Los Pinos: un ejemplo de sinergia academia- sociedad- gobierno

Diferentes tecnologías para la generación de energía renovable resultan apropiadas para la descentralización del suministro de energía mediante la utilización de recursos locales. Instalaciones a pequeña y mediana escala resultan opciones promisorias para solucionar las limitaciones de acceso a la energía que actualmente padecen muchas comunidades rurales de la Argentina. Por otra parte, la naturaleza descentralizada de estas tecnologías, promueve una mayor participación de los usuarios en la administración y manejo de estos sistemas. En este sentido, la producción de biogás con residuos de la producción agropecuaria, resulta una alternativa valiosa que permitiría diversificar la matriz energética, mejorar el acceso a la energía, disminuir la contaminación, mitigar el calentamiento global, generar fuentes de empleo y por lo tanto, promover el desarrollo rural de manera sustentable. Aquí se describe el proceso de construcción de una Unidad Demostrativa de Producción de Biogás en Los Pinos y la organización de la comunidad en un modelo de trabajo asociativo para su administración, operación y mantenimiento.

Cerca del 80% de los lugares poblados de la Argentina son pueblos con menos de 2000 habitantes, en su gran mayoría, dedicados a actividades rurales (INDEC, 2010). Las distancias que los separan de los centros urbanos limitan el acceso de las comunidades rurales a diferentes servicios básicos. El suministro de energía, por ejemplo, depende allí de una matriz compleja que incluye suministro eléctrico costoso e inestable, gas licuado de petróleo envasado, leña y combustibles como kerosene o gasoil. Por otra parte, los residuos generados por estas comunidades son dispuestos en forma poco amigable con el ambiente (incineración, basurales abiertos, traslado a rellenos sanitarios distantes, etc.). Como consecuencia de esta situación y de otros factores tales como la falta de oportunidades laborales y los bajos salarios, muchos de estos “pueblos rurales” han visto disminuir su población en las últimas décadas, e incluso muchos de ellos, han desaparecido. Las actividades agrícolas y ganaderas que se desarrollan cerca de estas comunidades por otra parte, suelen generar residuos que contaminan el ambiente, y que son simultáneamente, recursos interesantes para la producción de energía. La biomasa, definida como la materia orgánica de organismos vivos o que han estado recientemente vivos, emerge como una oportunidad para la generación de energía de manera renovable y amigable con el medio ambiente. En este contexto, la producción de biogás representa una tecnología capaz de diversificar la matriz energética, mejorar el acceso a la energía, disminuir la contaminación, mitigar el calentamiento global (por reemplazo de combustibles fósiles), generar fuentes de empleo y por lo tanto, contribuir a retener la población rural y promover el desarrollo rural de manera sustentable.

El biogás es un gas combustible rico en metano, que se produce como consecuencia de la digestión anaerobia de la materia orgánica. El proceso básico de producción consiste en la incubación de la materia orgánica (por lo general residuos de diferentes actividades) en ausencia de oxígeno durante un tiempo suficiente y en condiciones adecuadas para que la degradación se lleve a cabo. Como sub-producto de este proceso, se genera además un residuo rico en nutrientes (biol o digestato) que representa un recurso valioso como biofertilizante. El estiércol de diferentes animales (vacas, cerdos, aves) resulta así un recurso valioso para la producción de biogás ya que no sólo contiene la materia orgánica que será degradada, sino que además aporta los microorganismos que producirán esa degradación. Diferentes trabajos científicos han demostrado la conveniencia de combinar residuos pecuarios con otros residuos (residuos vegetales, fracción orgánica de residuos urbanos, residuos agroindustriales etc.) con el fin de optimizar la producción de biogás.

Los Pinos es una pequeña comunidad rural del partido de Balcarce (Provincia de Buenos Aires). Si bien tuvo un pico poblacional de 3000 habitantes a fines de los años 60, en la actualidad cuenta con una población de alrededor de 350 habitantes. Tiene una fisionomía urbano-rural, donde un conjunto de casas dispersas se mezcla con pequeños lotes de cría de animales (cerdos y aves, principalmente) dentro del tejido urbano. Productores mayores de aves, cerdos, feedlots y tambos rodean al pueblo en un radio cercano. Si bien estas actividades generan en la comunidad algunos problemas ambientales, su crecimiento y desarrollo resulta indispensable para la economía de Los Pinos, ya que son generadores de empleo y en ocasiones, el único medio de subsistencia.

Considerando la situación actual de Los Pinos y su similitud con otros tantos “pueblos rurales”, un equipo de investigadores y docentes de la Universidad Nacional de Mar del Plata, INTA y CONICET nos propusimos construir una Unidad Demostrativa de Producción de Biogás, convencidos de que plantas de generación de biogás de pequeña y mediana escala son opciones valiosas para la generación de energía descentralizada y pueden transformarse en motores de desarrollo rural sustentable.

El primer paso para la ejecución de este proyecto fue la constitución de un equipo técnico transdisciplinario e interinstitucional capaz de abordar la complejidad del problema. Pero además, fue indispensable para su concreción conseguir el apoyo y crear alianzas con el gobierno local y la comunidad de Los Pinos. Gracias a la sinergia lograda entre la comunidad de Los Pinos, el gobierno de la Municipalidad de Balcarce y los organismos de Ciencia y Técnica involucrados, fue posible en una primera etapa de proyecto:

  • Realizar un relevamiento detallado de los recursos disponibles para la producción de biogás
  • Obtener los permisos y aprobación de la planta por parte de las autoridades de gobierno
  • Constituir una Cooperativa (Cooperativa de Servicios y Consumo Los Pinos Ltda.), que será la encargada de administrar, operar y mantener la planta en el largo plazo
  • Establecer la línea de base ambiental y socio-económica de la población que nos permitirá medir el impacto de la instalación una vez en marcha.

Actualmente se avanza en la construcción de un biodigestor tipo “tanque agitado” de concreto de 100 m3 que será alimentado principalmente con los residuos de una granja avícola y un criadero de cerdos ubicados a menos de 800 mts. de la instalación. El biogás obtenido se acondicionará y distribuirá a algunos domicilios de la localidad mediante una mini-red de distribución construida en el marco del proyecto.

Si bien el proyecto se inició con la iniciativa de un grupo reducido de investigadores/docentes de la Unidad Integrada Balcarce (Mercedes Echarte y Walter Glessi) con la colaboración de profesionales en otros centros (Mariano Butti, Ignacio Huerga, Orlando Giampaoli), este grupo fue creciendo junto con el proyecto hasta formar hoy un equipo de alrededor de 20 profesionales de distintas disciplinas e instituciones. Entre ellos, profesionales pertenecientes al grupo “Comercialización y Políticas Agrícolas”-FCA-UNMdP, el grupo “Economía Social y Solidaria: otra economía es posible”- FCEyS-UNMdP, profesionales de INTI Mar del Plata y Wemar s.r.l. (Jorge Wechsler), el laboratorio de Ingeniería Bioquímica-FI-UNMdP (Ignacio Durruty) e investigadores del Área de Agronomía de la UIB (Máximo Lorenzo y Laura Echarte). Estudiantes de grado y posgrado de las carreras de Igeniería Agronómica, Economía y Psicología Social acompañan al equipo de trabajo en sus actividades. Con subisios del Instituto Wuppertal (proyectos WISIONS), CIC Buenos Aires, INA y UNMdP.

 

Fuente: INTA por María Mercedes Echarte