La sequía es un problema sistémico: afecta precios, dólar y crecimiento

La sequía afecta a innumerables productos de la economía, en especial los ligados a la canasta básica alimenticia. Sin lluvias muchos productos se hacen escasos, y ante una demanda constante los precios arbitraran a la suba. Esto nos habilita a decir que la expectativa de inflación del año 2018 estará por encima del 20% anual, los alimentos subirán más de lo que muchos proyectan.

En cuanto al campo propiamente dicho, estamos viviendo un efecto pobreza en el interior del país. La baja de rendimiento deja a muchos productores con quebrantos, que en muchos casos será difíciles de remontar.

Para un productor que hace soja en zona núcleo sobre campo alquilado, y tuvo una merma en el rinde del 20%, el quebranto para esta campaña se ubicará en los u$s 116 por hectárea. Si el productor esta en la zona de Entre Ríos o al norte de Córdoba o sur de Buenos Aires donde los rindes son inferiores y la distancia a puerto más lejana, las perdidas serán superiores. Si a esto le agregamos que muchos productores arrastran deudas de años anteriores, que financiaban máquinas, capital de trabajo o deudas comerciales, la situación económica es desesperante. En este escenario los pueblos productivos del interior están en severa crisis.

Para un productor que hace maíz en zona núcleo sobre campo alquilado, y tuvo una merma en el rinde del 20%, el quebranto para esta campaña se ubicará en los u$s 130 por hectárea. A esto deberíamos agregarle que el 65% del maíz sembrado es tardío, esto implica que se siembra en diciembre para cosechar en julio, en este caso las pérdidas podrían ser del 50% lo que implica que la perdida podría potenciarse a los u$s 300 por hectárea. Aclaramos lo mismo para zonas más alejadas de puerto y menos rindes de cosecha.

La crisis del campo no se limita a la agricultura, la sequía dejo sin pasto a buena parte del campo argentino, el precio de la carne hoy es bajo porque se liquidan animales ante la falta de comida, esto generaría una fuerte caída del stock, cuando vuelvan las lluvias y el pasto, se producirá el proceso de retención y el precio de la carne se expiralizaría a la suba. Comprar carne y ponerla en el frezar es una buena inversión, no habrá oferta a fin de año.

El precio del pollo, porcino, huevos, leche y otros productos subirán notablemente, porque falta maíz y esto genera una suba de insumo que impactaría en el precio final de estos productos.

El gobierno tiene un doble problema. Rescatar de la tragedia climática a los productores que trabajan la tierra, no a los que son rentistas y alquilan su campo para que otros lo produzcan a quintales fijos. Por otro lado, advertir a la población que tendremos una suba de precios producto de la sequía, y que no se podrá cumplir la meta de inflación del 15% anual.

La economía no es solo discutir la emisión de moneda y el tipo de cambio, algo tan básico como lo abundante y escaso se impone en tiempos que el clima hace estragos en la producción.

El gran desafío es como financiar la próxima campaña, con tantos productores heridos financieramente. La meta de crecimiento del 3,5% del PBI para 2018 es irrisoria repetirla en el actual contexto de merma de producción de soja que cayó de 57 millones de toneladas esperadas a menos de 40 millones de toneladas posibles. En el caso del maíz paso de 43 millones a 30 millones de toneladas. Esto generaría una merma de divisas, y allí también se sentirá el impacto sobre el tipo de cambio, que subiría más de lo pensado.

El Presidente está ausente de este problema, es hora de que se tomen medidas. Esto no le resta responsabilidad a la oposición que poco se ocupa por impulsar leyes que rescaten al sector de la crisis o creen las condiciones para que el año próximo el productor tenga revancha, la Argentina crezca y baje la inflación.

Fuente: Ambito Financiero | Por: Salvador Di Stéfano

(*) Analista económico y financiero. Autor del libro “Como hacer negocios en tiempos de crisis (de la economía K a la economía M)”