La menor producción de soja y los problemas de calidad como el principal sostén del precio

La Bolsa de Cereales de Córdoba indicó en su habitual informe de mercados agrícolas que, en cuanto a la soja, en las últimas semanas los fenómenos de elevadas precipitaciones, humedad y temperaturas en las principales zonas productoras de nuestro país afectaron negativamente a una producción que ya venía fuertemente golpeada por la sequía. En este sentido la Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo sus estimaciones de producción en 2 millones de toneladas, ubicándola en 36 millones de toneladas para la campaña 2017/2018.

La Bolsa de Comercio de Rosario también advirtió por perdida de rendimientos y mermas en la calidad del grano para los cultivos que aún están en pie, por lo que existe la posibilidad que su estimación de producción de 37 millones de toneladas sufra recortes adicionales. Las condiciones climáticas también afectaron las tareas de recolección de soja, donde según datos del Ministerio de Agroindustria de la Nación, al 24 de mayo se lleva cosechado el 78% del área apta, presentando un retraso de 4 puntos porcentuales respecto al promedio de las últimas cinco campañas.

En el plano comercial, la industria de procesamiento y el sector exportador llevan adquiridas 19,1 millones de toneladas, un millón menos que la campaña previa. En términos de producción, las mismas representan el 52% de las 36,6 millones de toneladas estimadas por el Ministerio de Agroindustria. Este porcentaje es superior al registrado el año anterior a igual fecha, donde las compras eran del 37% del volumen de producción. Sin embargo, cabe advertir que los compromisos de exportación de soja y derivados han caído en torno al 50% respecto a la campaña previa, lo que finalmente puede traducirse en una menor demanda.

configuran una producción en torno a 117 millones de toneladas. El buen desempeño productivo sería traducido en una sólida posición exportadora, con una proyección de 70 millones de toneladas de poroto, más un consumo interno robusto para producción de harina, aceite y biodiesel, que alcanzaría las 47 millones de toneladas, aprovechando espacios de mercado dejados por Argentina. En Estados Unidos las labores de siembra continúan desarrollándose a un excelente ritmo, alcanzando una cobertura del 56% sobre el área prevista, 12 puntos porcentuales por encima del promedio de las últimas cinco campañas. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos se sembrarían 35,7 millones de hectáreas, 500 mil hectáreas por debajo de la campaña previa. La primera estimación de producción para la campaña 2018/2019 fue ubicada en 116,5 millones de toneladas.

Una noticia positiva para el mercado de Chicago ha sido el principio de acuerdo entre Estados Unidos y China respecto a las políticas de comercio bilateral, donde el país asiático se comprometió a incrementar de manera acelerada la compra de productos agropecuarios provenientes de Estados Unidos, a los efectos de reducir el déficit comercial crónico que existe entre ambos. Sin embargo, las exportaciones de poroto de soja campaña 2017/2018 por parte de Estados Unidos se encuentra retrasada respecto a la campaña previa, con una alta probabilidad de no lograr cubrir las previsiones realizadas. Ante un escenario de menor dinamismo de la exportación, el avance en las tareas de siembra en Estados Unidos y caídas en la producción de soja en Argentina que ya ha sido descontado por el mercado, los fondos especulativos comenzaron un proceso de toma de ganancias, desencadenando ventas que influyen negativamente sobre las cotizaciones en Chicago.

MAÍZ: A diferencia de lo que ocurrió en soja, tanto Brasil como Argentina han sufrido recortes en sus previsiones de producción respecto a la campaña 2016/2017. En Brasil, las lluvias provocaron una demora en la cosecha de soja que luego se trasladó a la siembra de maíz safrinha, pero luego se disiparon disminuyendo los potenciales de rendimiento. En conjunto la producción de Sudamérica se situaría en torno a las 124 millones de toneladas, significando una caída del 12% frente al ciclo previo.

En nuestro país las tareas de cosecha presentan un avance del 44%, en línea con el promedio de las últimas cinco campañas. La industria de procesamiento y la exportación llevan compradas cerca de 13,8 millones de toneladas de maíz campaña 2017/2018, cantidad similar a campañas previas tanto en volumen como en porcentaje de producción. Un aspecto a monitorear es la evolución de los compromisos de ventas al exterior, ya que actualmente los exportadores están sobrecomprados en 3 millones de toneladas respecto a las Declaraciones Juradas de Venta registradas hasta mediados de mayo.

En Estados Unidos el avance de siembra es del 81% del área total, en consonancia con el promedio de las últimas campañas. Según datos del USDA la superficie sembrada sufriría un nuevo retroceso para la campaña 2018/2019, alcanzando 32,6 millones de hectáreas (-800.000 has). Si bien la producción a nivel mundial aumentaría, un fuerte recorte en los stocks iniciales y un mayor consumo conducirían a la relación stock/consumo más baja de las últimas 8 campañas.

Ante este escenario los fondos especulativos continúan fuertemente comprados, con una de las exposiciones más elevadas de los últimos 2 años. Si bien este comportamiento ha contribuido a alimentar el alza en las cotizaciones, se constituye como un factor de riesgo ante cambios de tendencia en el mercado, o por ventas aceleradas para toma de ganancias.

TRIGO: En su último informe de oferta y demanda el USDA realizó la primera proyección de producción para la campaña 2018/2019, lo cual es especialmente relevante en trigo, dado que el hemisferio norte explica el 90% de la producción mundial. La estimación realizada para el nuevo ciclo es de 748 millones de toneladas, lo que implica una reducción de 10 millones de toneladas frente a la campaña 2017/2018. Rusia, Ucrania y Kazajistán disminuirían su producción en 14 millones de toneladas, por una menor área sembrada y un clima seco que afectarían el potencial de rendimientos, mientras que Australia, Canadá y Estados Unidos aumentarían su producción. El consumo mundial también aumentaría, sin embargo mayores stocks iniciales ayudan a compensar el incremento de la demanda, con una relación stock/consumo que disminuye pero continúa en niveles elevados

En Estados Unidos el 60% del trigo se encuentra en fase de espigazón, donde las condiciones de sequía que afectaron las principales zonas productivas provocaron daños sobre el cultivo. Respecto a la condición del trigo, únicamente el 36% se encuentra en un estado general bueno a excelente, mientras que la campaña previa el 52% del cultivo se encontraba en dicha condición. Los factores mencionados, sumados a una producción que se mantiene acotada en términos históricos han impulsado los valores en el mercado de chicago.

El mercado local no solamente se ha hecho eco de las subas en chicago, sino que por una demanda robusta de la industria y exportadores se está pagando 250 dólares por tonelada por mercadería disponible en Rosario, siendo valores máximos de los últimos 4 años. A mediados de mayo se llevan comercializadas 13,2 millones de toneladas de trigo, donde los industriales han adquirido 2,9 millones y la exportación 10,3 millones. Considerando que la molinería utiliza alrededor de 5,5 millones de toneladas de trigo por año, quedarían solamente 2,7 millones de toneladas de la producción 2017/2018 para abastecer nuevas exportaciones.

En la última semana el Ministerio de Agroindustria difundió su primera estimación de siembra de trigo para la campaña 2018/2019 proyectada en 6,15 millones de hectáreas, significando un aumento del 4,2% respecto a la campaña previa. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos proyecta una producción de 19,5 millones de toneladas para el nuevo ciclo. El aumento de área se basaría en los elevados valores vigentes en el mercado de futuros al momento de cosecha, la buena relación insumo producto actual y en las precipitaciones recibidas durante abril y mayo que permitieron recargar parcialmente los perfiles.