Hongos presentes en granos de arveja cosechados en Victoria, Entre Ríos

En la provincia de Entre Ríos, el cultivo de arveja (Pisum sativum) se presenta como alternativa para diversificar la producción agrícola. Esta leguminosa de ciclo invernal corto se adapta bien en la región centro oeste de la provincia y puede incorporarse a la rotación agrícola como antecesora de maíz y soja de segunda. El grano se emplea en la alimentación humana, de vacunos, aves y cerdos por su alto contenido en proteína y energía. Las condiciones climáticas que ocurren en cada ciclo agrícola, principalmente durante el período de formación de la semilla hasta cosecha, determinan en gran parte la calidad sanitaria de la misma. Así, lluvias abundantes durante dicho período incrementan la incidencia de hongos, algunos de ellos fitopatógenos y otros micotoxicogénicos (productores de micotoxinas).

¿Cómo se realizó el trabajo?

Con el objetivo de identificar los principales hongos presentes en granos de arveja se monitoreó la Red Nacional de Cultivares de Arveja, durante 2014, 2015 y 2016 en Victoria, Entre Ríos. En el primer año se sembraron los cultivares Yams, Navarro, Bluestar, Facon, Reussite y Viper, mientras que en los años siguientes se sumaron los cultivares Meadow y Shamrock. Previo a la siembra, la semilla se trató con fungicida. Luego de la cosecha mecánica, las muestras de granos se almacenaron en bolsas de papel a temperatura y humedad ambiente. Para promover el desarrollo de hongos, se crearon condiciones de “cámara húmeda” mediante el método del papel húmedo o blotter test. Únicamente con las muestras de 2014 se procedió a la desinfección superficial previa. Las muestras se incubaron en cámara de cría y a los 7 días se calcularon la prevalencia (% de cultivares afectados) e incidencia (% de granos afectados) para cada hongo. Además, se determinó la proporción de granos libres de hongos (%). Para analizar la posible influencia del clima sobre la incidencia de los hongos en los granos cosechados, se consideraron las lluvias registradas durante el ciclo del cultivo.

 

¿Qué pasó con las lluvias?

Las lluvias registradas durante el ciclo del cultivo en 2014 y 2015, fueron de 241 y 298 mm, respectivamente. Sin embargo, en la semana previa a la cosecha, las mismas fueron escasas (3 y 14 mm). Por el contrario, en 2016, de los 120 mm caídos durante el ciclo del cultivo, casi la mitad correspondió a la semana previa a la cosecha (56 mm).

¿Qué resultados se obtuvieron?

En los tres años de estudio no se detectaron enfermedades de importancia en el cultivo, por lo que no fue necesaria la aplicación de fungicidas.

Año 2014 Los hongos Alternaria, Aspergillus, Rhizopus y Cladosporium presentaron la máxima prevalencia (100%), destacándose además los dos primeros por tener la mayor incidencia promedio (Figura 1). Otros géneros observados con muy baja incidencia fueron Chaetomium, Diaporthe-Phomopsis, Epicoccum, Penicillium, Phoma y Stemphylium. El cultivar Yams presentó el mayor porcentaje de grano libre de hongos (86%). La baja incidencia de hongos se debió probablemente a las escasas lluvias registradas en la semana previa a la cosecha, y en parte al efecto a la desinfección previa que recibieron las muestras antes de ser analizadas. Por esta última razón, en los años siguientes se descartó este tratamiento.

Figura 1. Incidencia de los pricipales hongos presentes en granos de arveja. Años 2014, 2015 y 2016. Victoria, Entre Ríos.

Año 2015

Los géneros Aspergillus, Cladosporium, Alternaria y Penicillium presentaron la máxima prevalencia. De éstos, Aspergillus spp. se destacó por la mayor incidencia promedio (46%). Otros hongos hallados en muy baja incidencia (menos del 0,5%) fueron Bipolaris, Chaetomium, Epicoccum y Rhizopus. Los cultivares Yams y Navarro presentaron los mayores porcentajes de grano libre de hongos (75 y 68%, respectivamente).

Año 2016

Los hongos con la máxima prevalencia (100%) fueron Penicillium, Cladosporium y Alternaria. Las abundantes lluvias que ocurrieron en la semana previa a la cosecha incrementaron la incidencia de Alternaria y Cladosporium hasta niveles de 100 y 80%, respectivamente. Otros hongos hallados en muy baja incidencia (menos del 1%) fueron Aspergillus, Curvularia, Drechslera, Epicoccum y Stemphylium. A diferencia de los años anteriores, el porcentaje de grano libre de hongos fue muy bajo y estuvo comprendido entre 0 y 1%.

Algunas consideraciones

Las especies pertenecientes a los géneros Alternaria y Cladosporium (Figura 2) se consideran “hongos de campo” ya que colonizan la semilla antes de la cosecha, mientras el cultivo está todavía en el campo. Asimismo, la mayoría de los “hongos de campo” son más frecuentes cuando las lluvias son intensas hacia el final del ciclo del cultivo. El género Alternaria es uno de los más comunes e incluye numerosas especies ampliamente distribuidas en el suelo y la materia orgánica en descomposición, además de especies patógenas que pueden invadir los cultivos antes y después de la cosecha, ocasionando pérdidas económicas. Las infecciones de Alternaria, y en menor medida de Cladosporium, pueden ser importantes y producir micotoxinas cuando se demora el secado del grano en el campo a causa de las lluvias y la alta humedad. Además, estos hongos pueden persistir en los granos almacenados si éstos están suficientemente secos para impedir el crecimiento de Aspergillus y Penicillium.

Los géneros Aspergillus y Penicillium (Figura 3) son conocidos como “hongos de almacenamiento” y por lo general se encuentran presentes en pequeñas cantidades antes de la cosecha o al momento de ingresar al almacenamiento, o bien en las maquinarias de cosecha y transporte. El desarrollo de los mismos durante el almacenamiento está influenciado por el contenido de humedad del grano, la temperatura, el tiempo de almacenamiento, así como la presencia y actividad de insectos y ácaros. Además de inhibir la germinación y alterar el color, pueden producir calentamiento, amohosado, apelmazado y finalmente podredumbre del grano. Bajo ciertas condiciones ambientales, una pequeña cantidad de inóculo puede incrementarse rápidamente dando lugar a la producción de micotoxinas con el consiguiente efecto negativo sobre la salud humana y animal.

La oportunidad de cosecha no sólo se relaciona con la madurez, sino también con las condiciones ambientales que ocurren durante dicho período. En ocasiones, la cosecha de arveja puede ser una tarea complicada debido al porte rastrero de algunas variedades, la fácil dehiscencia de las vainas y su maduración heterogénea en una misma planta y entre plantas. Asimismo, deben tenerse en cuenta los pronósticos de lluvia con la finalidad de reducir las mermas de calidad en caso de producirse un retraso en la cosecha. Luego de la misma, el grano recolectado debería protegerse con elementos que lo aíslen de cualquier tipo de contaminación física, química o biológica, así como ser mantenido en condiciones adecuadas de higiene.

La presencia de hongos en el grano no implica necesariamente la producción de micotoxinas. Del mismo modo, puede existir contaminación con micotoxinas sin la presencia visible de hongos en el grano o de cambios de aspecto, olor o sabor del alimento. En caso de dudas, se recomienda realizar un análisis del grano en un laboratorio acreditado.

En síntesis…

  • Los granos cosechados de arveja procedentes de Victoria (Entre Ríos) presentaron una gran diversidad de hongos, la mayoría de ellos saprófitos.
  • Cladosporium y Alternaria fueron los principales “hongos de campo” e incrementaron su incidencia cuando ocurrieron lluvias abundantes durante la semana previa a la cosecha.
  • Se destaca la presencia de géneros potencialmente productores de micotoxinas, principalmente “hongos de almacenamiento” como Aspergillus y Penicillium, además de Alternaria y Cladosporium.

 

Fuente: INTA por Pablo Daniel Velazquez