Control de Pappophorum con herbicidas no residuales

Los tratamientos de control químico de esta gramínea analizados por especialistas de San Luis, en especial aquellos con efecto más prolongado, representarían estrategias de manejo válidas para reducir la competencia entre los cultivos y la maleza, e impedir su diseminación.

La especie Pappophorum caespitosum Fries R.E., comúnmente llamada cortadera chica, pasto criollo o pasto de liebre, es una planta perenne cespitosa (se dispone en matas densas) perteneciente a la familia Poaceae, con cañas simples de hasta 80 cm de altura; láminas linear-convolutas rígidas y glabras de hasta 35 cm de longitud e inflorescencia dispuesta en una panoja densa subespiciforme

Esta gramínea, originaria de regiones tropicales y subtropicales del continente americano, habita frecuentemente en ambientes con baja disponibilidad hídrica y suelos pobres, y a menudo salinos, de diversas regiones de Argentina (Pensiero, 1986). En esta zonas, puede ser consumida por el ganado bovino antes de la maduración de sus frutos (Wainstein y González, 1969; Marzocca, 1993).

Sin embargo, en la región semiárida central del país, específicamente en el centro y sur de la provincia de San Luis, P. caespitosum se convirtió en los últimos años en una especie invasora tanto de cultivos agrícolas como forrajeros, dificultando el manejo de los sistemas agropecuarios y, eventualmente, atentando contra su productividad, como ocurrió en el sudeste de la provincia de Santiago del Estero (Cosci y Coyos, 2014). Para reconocerla, es necesario identificar caracteres morfológicos previamente definidos (Pensiero, 1986) que, a su vez, permiten distinguirla de otras tres especies del mismo género que habitan en San Luis [P. pappiferum, P. subbulbosum (o vaginatum), P. philippianum (Rosa et al., 2005)]: inflorescencia dispuesta en una panoja densa de 3 a 40 cm de longitud con espiguillas multifloras (4-6-floras) menores a 7,5 mm de longitud, con 1 a 2 antecios fértiles, lemma no pubescente generalmente con más de 15 aristas de 4 a 5 mm de longitud, y glumas con una longitud menor a 7 mm.

Se trata de una maleza con crecimiento preponderantemente primavero-estival. Emerge y rebrota a inicios de la primavera, florece luego de un lapso de aproximadamente 30 días, fructificando hacia mediados del verano (Prina et al., 2015), llegando a producir hasta 15 mil semillas de elevado poder germinativo por ciclo (Pica, 2013). Esta característica reproductiva le confiere la capacidad de diseminarse desde montes o pastizales naturales hacia lotes lindantes en producción.

El ejercicio de labores mecánicas, como el pasaje de rastras, rolos y desmalezadoras, es una de las tácticas tendientes a controlar la maleza. Si bien requiere una inversión económica y mano de obra reducidas, conlleva desventajas significativas: puede permitir el rebrote de la maleza y su implementación está supeditada a la topografía del terreno. Además, en la región semiárida central de Argentina, donde los suelos son generalmente de textura gruesa, este tipo de control puede incrementar los riesgos de erosión eólica y/o hídrica (Colazo, 2015).

Otra de las tácticas de control es el uso de herbicidas. Los herbicidas que se aplican al suelo, que generalmente poseen un efecto residual, actúan sobre la emergencia de la maleza; y aquellos de acción sistémica y de contacto, como el glifosato y paraquat dicloruro, respectivamente, actúan sobre el follaje de plantas (Cosci y Coyos, 2014). Sin embargo, cabe destacar que, conforme avanza el desarrollo de la maleza, se incrementa su capacidad de manifestar tolerancia a las dosis indicadas para gramíneas perennes en el marbete del herbicida glifosato (Palau et al., 2015), e incluso mayores (H. Otamendi, comunicación personal, 2014). En este sentido, los lotes infestados por matas de individuos adultos de P. caespitosum, como resultado de un manejo del lote y/o control ineficientes, representan un problema de difícil solución para el productor, que incluso puede agravarse si no se impide la fructificación y posterior diseminación de la maleza.

El objetivo de este trabajo fue evaluar el control que ejercen dosis contrastantes del herbicida sulfosato (glifosato con variante de sal potásica, y coadyuvantes que mejoran el mojado, ingreso y translocación del principio activo), y su combinación con otros herbicidas no residuales (haloxifop-R-metil éster, o paraquat dicloruro y diuron) sobre la cobertura verde de P. caespitosum durante estadios vegetativos tardíos.

 

Materiales y métodos

En la campaña 2014/2015, se condujo un experimento a campo en un lote que no había sido cultivado durante los últimos tres años, altamente infestado por P. caespitosum (nivel aproximado de cobertura de 84%; ver a modo ilustrativo la abundancia de biomasa verde de la maleza en el sitio experimental; , contiguo a un pastizal natural de la llanura arenosa de Justo Daract, provincia de San Luis (Lat. 33° 47´ S, Long. 65° 17´ O), sobre un suelo Haplustol Entico de la serie Villa Reynolds, con un perfil A-AC-C de textura franca arenosa con un pH de 6,5-7,5. El contenido de materia orgánica en el horizonte superficial era de 1,5%; y con una capacidad de retención de agua de 100 a 110 mm por metro (Peña Zubiate et al., 2000).

Hacia fines de la primavera (17 de diciembre) se aplicaron cinco tratamientos (Tn; Cuadro 1) sobre matas de individuos de P. caespitosum en estadios vegetativos tardíos de su tercer período de crecimiento. Los tratamientos se distribuyeron mediante un diseño completamente aleatorizado con tres bloques, en parcelas experimentales de 4 m de ancho y 25 m de largo. Para la aplicación de dichos tratamientos se empleó una mochila de presión constante de 2,5 bar por fuente de CO2 con un caudal de 120 L ha-1 y una velocidad de 4,5 km h-1, provista de cuatro picos cono hueco 110-05, separados a 0,5 m. Las precipitaciones diarias de toda la campaña se midieron in situ mediante el empleo de dos pluviómetros.

Para cada tratamiento, se midió la cobertura verde de la maleza de acuerdo a la metodología propuesta por Ustarroz y col. (2010) en tres momentos diferentes: 20, 30 y 60 días desde la fecha de la aplicación (dda). El nivel de control de la maleza se calculó como el porcentaje de cobertura verde respecto al testigo sin tratar, utilizando una escala de 0 (cobertura verde igual a aquella del testigo sin tratar) a 100 (cobertura verde nula).

*Las condiciones meteorológicas durante la aplicación (8.00 h) fueron las siguientes: temperatura = 22,7 °C; HR = 53%; velocidad del viento = 7,4 km h-1.

Se aplicó 7 días luego de la aplicación de Sulfosato Touchdown (en doble golpe), bajo condiciones similares: temperatura = 21 °C; HR = 39%; velocidad del viento = 3,7 km h-1.

 

En cada momento de observación, los valores registrados de control se analizaron por medio de un modelo de ANOVA con efectos fijos en InfoStat Profesional 2012 a fin de evaluar el efecto del tratamiento químico. Se utilizó la prueba LSD para detectar diferencias significativas (p < 0,05) entre las medias de los diferentes tratamientos químicos.

 

Resultados

Las precipitaciones acumuladas durante el periodo de crecimiento de la maleza, comprendido entre el inicio de su rebrote primaveral y la última evaluación de los controles químicos (mediados de febrero), ascendieron a 552 mm. Este valor resultó ligeramente superior al promedio de las precipitaciones acumuladas de los últimos 10 años para el mismo periodo (478 mm, Cuadro 2). Tal diferencia estuvo asociada principalmente a los elevados niveles de precipitación registrados alrededor del periodo en que se efectuaron las últimas mediciones del control de la maleza (enero y febrero, Cuadro 2).

 

Cuadro 2. Precipitaciones mensuales registradas durante el experimento y promedios históricos mensuales (PH) de los últimos 10 años de la estación meteorológica de Villa Reynolds Aero del SMN, provincia de San Luis.

 

A los 20 dda, la mayoría de los tratamientos presentó niveles de control de P. caespitosum elevados (80%), excepto T1 que tuvo un nivel ligeramente menor (70%; Figura 3). En la siguiente observación (30 dda), el nivel de control de este último tratamiento se redujo sustancialmente debido a la producción de nuevos rebrotes, alcanzando un valor del 40% (Figura 3). En esa misma fecha, los niveles de control de los tratamientos restantes, por el contrario, resultaron estables (80-90%; Figura 3). Asimismo, se pudieron apreciar visualmente variaciones en la cantidad de biomasa verde de la maleza entre las parcelas asignadas a los distintos tratamientos (Figura 4). Sin embargo, a los 60 dda, sólo T4 mantuvo un nivel de control elevado de la maleza (90%). Aunque los niveles de control ejercidos por los demás tratamientos resultaron bajos (< 50%), se registraron diferencias significativas entre ellos (T1 ≤ T2 ≤ T3; Figura 3), como resultado de un rebrote diferencial.

Figura 3. Control de P. caespitosum durante estadios vegetativos tardíos ejercido por cuatro tratamientos químicos (Tn) para tres fechas diferentes desde de su aplicación durante la campaña 2014-2015.

*Letras distintas señalan diferencias significativas (p < 0.05) entre tratamientos en una fecha dada.

 

Figura 4. Imágenes de las parcelas experimentales a los 30 días desde la aplicación de distintos tratamientos químicos (Tn) utilizados en el control de P. caespitosum durante la campaña 2014-2015. En (A) parcelas correspondientes a T0 (izquierda) y T4 (derecha); y en (B) parcelas correspondientes a T1, (izquierda) y T2(derecha).

Discusión

Bajo las condiciones en las que se llevó a cabo el experimento, propias de la región semiárida central, todos los tratamientos químicos tuvieron un efecto negativo inmediato sobre la cobertura verde de Pappophorum caespitosum presente en estadios vegetativos tardíos. La pulverización de una dosis de 5 L ha-1 del herbicida sistémico sulfosato, o de 3 L ha-1 pero combinado con el graminicida haloxifop-R-metil éster, fueron tratamientos efectivos para controlar durante al menos un mes la cobertura verde de la maleza. Sólo la aplicación combinada de una dosis de 5 L ha-1 de sulfosato con los herbicidas de contacto paraquat dicloruro y diuron logró controlar la cobertura verde de la maleza durante un intervalo de tiempo aún más prolongado (de al menos dos meses).

En otras palabras, la dosis incrementada de sulfosato y el agregado de otros herbicidas de acción sistémica o de contacto tenderían a retrasar el rebrote de la maleza y, consecuentemente, aumentar la perdurabilidad del control. Cabe destacar que, en ambientes productivos menos áridos, la efectividad y perdurabilidad de los controles aquí utilizados podrían resultar más elevados.

 

Conclusiones

Los tratamientos de control químico evaluados, y en especial aquellos con efecto más perdurable, representarían estrategias de manejo válidas no sólo para reducir la competitividad de la Pappophorum caespitosum en estadios avanzados de su desarrollo frente a cultivos agrícolas o forrajeros, sino también para restringir su capacidad reproductiva y, por ende, su diseminación a lotes aún no infestados.

Asimismo, dichos tratamientos contribuirían a resolver una situación crítica para los sistemas productivos de zonas semiárida. En este sentido, los tratamientos químicos permitirían recuperar lotes altamente infestados por la maleza. Dependiendo del tamaño de las matas, la condición hídrica del suelo y el régimen de precipitaciones predominante, sería factible la implantación en el corto plazo de cultivos de grano o forrajeros (soja de ciclo corto, moha, mijo y alfalfa, entre otros).

Más allá de los hallazgos obtenidos, todavía resta evaluar el efecto que ejercen los herbicidas analizados sobre individuos de Pappophorum caespitosum en estadios vegetativos tempranos (cuando la sensibilidad a los herbicidas sistémicos y de contacto es mayor), al aplicarlos en forma aislada o combinada con herbicidas de efecto residual.

Fuente: Prensa Aapresid